Cuando ocurrió la transición concertada de la dictadura militar al alfonsinismo, pudimos presenciar en los primeros momentos de ese último régimen, una andanada de fotos y documentos televisivos ligados a los crímenes de Estado, a los que se le sumaron películas de corte democratizante como la república perdida y otras.
Toda esa parafernalia tuvo como único propósito ocultar el complejo entramado de impunidad que estaba en camino y la continuidad institucional y jurídica que se producía entre uno y otro sistema de conformación novedosa de la dominación social, siempre dentro del orden social capitalista. Dicho de otra manera, una metamorfosis de uno en otro para que el capital continue en su proceso de reproducción.
Ahora después de tanto tiempo transcurrido asistimos a una variante del mismo fenómeno.
Por todas las modalidades de comunicación la actual gestión de gobierno que emplea el poder burgués, , van por la exhibición escandalosa y obscena de la fetichización del dinero y su búsqueda obsesiva del dólar como el salvoconducto para toda existencia social posible.
A esto se suma la incorporación a la operación en curso de empleados gerenciales del anterior modelo k-Albertismo, cuyo caso paradigma es el de Daniel Scioli al que se le agregan personal de segundo y tercer nivel y un grupo considerables de gobernadores que fueron electos como representantes del PJ , todo lo cual marca, el desenvolvimiento de la dominación cultural capitalista , sin solución de continuidad en un nuevo estadio marcado por el culto al individualismo, el utilitarismo, el reino de la libertad negativa, la relativización de lo verdadero en múltiples verdades según relatos fuesen posible y en definitiva una ruptura marcada con los íconos de la modernidad , para lograr en plano cultural una nueva instancia superior de esa nueva modernidad, con denominador común en la ausencia de todo principio de colaboración.
En ese sentido, y si nos obligamos a ir un poco más a fondo en esto que estamos marcando , nos posicionamos frente al deber de explicar, una cuestión esencial, determinada por la pregunta acerca del papel que en toda sociedad juega el dinero y la forma que el Estado asume en los desarrollos de capitalismo tardío y dependiente en el proceso de acumulación y distribución de riqueza.
En ese sentido, y en referencia al problema “acuciante” de este mes, en torno a la condena impuesta a Cristina Fernandez, con referencia a comportamientos generalizados en la noción de corrupción, hay que decir que ningún capitalismo se construye con manos limpias. Ese mito debe ser destruido con el relato histórico del saqueo constante y la depredación permanente que sufren los trabajadores a manos de la versión del capitalismo en crisis y sus formas imperialistas.
En ese sentido no es meramente ilustrativo el pensamiento de Marx según el cual: «Si el dinero viene al mundo con manchas de sangre en la mejilla, el capital lo hace chorreando sangre y lodo, por todos los poros, desde la cabeza hasta los pies».
La frase es una cita tomada de su obra magna, «El Capital , que remite al origen del capitalismo y su proceso de acumulación, señalando que este se ha construido sobre la explotación y la violencia.
Son esos dos extremos los que se verifican con magnitud e imagen concentrada en un sujeto para ejemplificar de que manera puede advertirse en un aparato organizado desde el poder con fines particulares o privados la apropiación parcial de una cuota de la plusvalía que generan los trabajadores con su fuerza de trabajo puesta en acto , que se deriva para el funcionamiento de la sociedad a través del Estado de la burguesía.
Es ese el sitio objetivo donde hay que ubicar en sus bases materiales el fenómeno Cristina, que por el contrario solo es observado desde sus aristas más personales y marcado por una fuerte capa de ideología sobre lo real.
Hay que decir entonces que en realidad y fuera de toda apariencia que estamos ante el señalamiento del poder burgués con su expresión formal de turno de los efectos de un delito con proyección económica . Es decir , que estamos frente a un fenómeno emergente de la economía criminal, y en ese sentido no hay que olvidar que el Código Penal tiene capítulos significativos donde el sujeto activo de los delitos que allí se describen es o son los funcionarios o empleados del Estado en tanto institucionalidad orgánica y también delitos que lisa y llanamente tienen al Estado como sujeto pasivo de las acciones de sus propios miembros sean ellos electos o designados.
Toda esa gran masa de dinero que fluye desde ese primigenio momento delictivo y luego se traduce en riqueza que protege el capítulo de los delitos contra la propiedad, es la que da curso a la economía criminal cuyo flujo de moneda y bienes permite luego de cualquiera de las modalidades de apropiación , sea por defraudación o malversación el flujo de dinero que ingresa sin otro fin , en el funcionamiento de la economía legal, sea construyendo hoteles, montando un emprendimiento comercial, ingresando al mercado de compra-venta de inmuebles, etc.
Vale decir , los montos de dinero que se dice fueron apropiados por los condenados, no se detuvieron ni esfumaron, ingresaron al sistema de reproducción capitalista por otra vía, diversa en absoluto de la que hubieran tomado de no generarse el delito .
Una de las formas de ese rol funcional de lo ilegal sosten de lo legal son los periódicos y constantes BLANQUEOS y moratorias tributarias que los gobiernos de turno emplean con frecuencia para hacerse de dinero contante y sonante para atender a sus demandas inmediatas entre las que se cuenta con relevancia el pago de deudas.
Dicho de otra forma. En bolsos, o en transferencias bancarias. En depósitos en el extranjero o en un pozo en algún lugar del país, el dinero es uno solo, y su ingreso al flujo de circulante o no, lo único que señala es que existe una masa de este medio ,que permite la circulación de mercancía, que puede o no inyectarse al desenvolvimiento económico y afectar de modo directo la vida cotidiana de los argentinos.
Cuando lejos de desmantelar la estructura de servicios de inteligencia, se la alimenta con un flujo intenso de dinero, los muchachos hacen su trabajo, para que no se los trate de parásitos.
Por supuesto, con Cristina presa, nadie pensara que la función de prevención general del derecho penal ha de cumplir acabadamente sus objetivos, en particular porque tampoco alcanzó a cumplirla acabadamente con la ex presidente. De hecho la gestualidad y la teatralización de la posición de víctima en un balcón acudiendo a la violación de formas constitucionales se orienta a dejar en claro que el mecanismo penal no ha logrado que el sujeto de la pena impuesta admita su responsabilidad con lo que deja abierta la puerta para la crisis de la pena como mecanismo de prevención de conductas delictivas , como bien lo deja en claro el episodio actual de las criptomonedas donde se sostiene por alguno que fue el rol de presidente lo que le dio significativa a un mensaje emitido por él en las redes.
En esto quiero también recordar a desmemoriados que ya Felisa Michelli ministra de economía de la gestión K , guardaba bolsos de dinero en el baño de su despacho, y no fueron precisamente los Kirchner quienes asumieron su defensa o cosa por el estilo, en un suelta manos que no se emparenta con la gestualidad del balcón orientada a su victimización en clave de marcha callejera.
Es preciso que los trabajadores tomen debida cuenta que no se trata el fenómeno de un problema político de vigencia o violación de libertades democráticas, todo lo que encierra la condena impuesta a Cristina, sino un emprendimiento del orden social dominante para aliviar la presión que la corrupción impone al Estado y lograr reproducir nuevos negocios y dinero sin que ese hacer involucre la sospecha de nuevas “negociaciones incompatibles con la función pública, exacciones ilegales o cohechos pasivos”.
La expresión “ ritos sacrificiales” esta instalada en nuestro entendimiento humano, para dar cuenta de prácticas rituales que involucran la ofrenda de algo, generalmente un animal o un objeto, en nuestro caso una persona , con el propósito de honrar a una deidad en este caso el capital , apaciguar a sus fuerzas o buscar su favor.
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