Los caminos trazados por los efectores políticos que representan a sectores de la estructura económica argentina ligados al capital financiero han desarmado la tendencia orientada tácticamente a limar la posición de la actual gestión de gobierno con acciones callejeras y precipitadas sesiones parlamentarias que le hicieran de factor expansivo , transfiriendo el fenómeno, sin abandonarlo plenamente, hacia la acción de los grupos de presión internacionales , que en desplazamientos de corte imperialistas le imponen al ejecutivo fuertes condicionamientos en su naufragante política económica , buscando sacar la parte del león en el escenario de crisis y hacerse de activos por la ruta de la exigencia de los compromisos de deuda o de las determinaciones judiciales de tribunales oportunamente aceptados como competencia prorrogada para entender en asuntos de esa naturaleza.
Argentina , en tanto Estado nacional, próximo a recordar un año más desde su declaración de independencia padece hoy , por las propias derivaciones de la reproducción capitalista en crisis de fuertes condicionamientos estructurales que ubican a su clase trabajadora y más aún, a quienes han sido desplazados de la economía formal en situación de graves padecimientos que dentro del orden social capitalista no tienen posibilidad de reversión hacia estadios existenciales al menos más favorables por que esta situación deviene estructural y no existen caminos de inversión que impliquen la gestación de empleos bien remunerados con registros formales.
La formalidad en la relación laboral es exhibida como un obstáculo que impediría la viabilidad para el re-ingreso significativo de fuerza de trabajo al mercado laboral . Es ese discurso ideológico el que hoy empieza a dar sus exactos perfiles de lo real , ya que en definitiva lo que se busca es la informalidad formal, es decir que la forma en que informalmente se adquiere fuerza de trabajo pase a asumir el rol de condición dominante en el mercado y que el orden legal consolide por su imperio en las relaciones sociales ese nuevo status.
Esta tendencia fuertemente desarrollada permite el ingreso y sucesiva salida de capitales que se disfrazan como inversión , cuando en realidad lo que ocurre es una transitoria ubicación de valores que se realizan por formato industrial que más temprano que tarde emigra de la economía local desfinancíandola y dejando a los trabajadores sin posibilidad de empleo a corto plazo , librado a su suerte.
En este contexto, la lucha parlamentaria en la que quedaría reducida la acción política solo opera para catalizar los posicionamientos electorales para la contienda nacional de octubre en un marco de polarización signada por estos grupos económicos para medir las posibilidades políticas a futuro de la actual gestión o bien perfilar el plantel de recambio desde las propias filas de los efectores de la actual oposición.
El poder burgués intenta en el contexto de una crisis capitalista mundial que acrecienta los escenarios bélicos, conformar en Argentina una estabilidad política artificiosa sobre la base de sostener la república y su institucionalidad con el juego en el plano de la representación política de dos opciones que se alternen en el poder formal.
De esta forma se instala en el hoy por fuera de todo el esfuerzo militante de la vanguardia obrera, una arquitectura política que solo tiene para la clase trabajadora el lugar del sometimiento por vía del incremento de la explotación como vía para sostener las tasas de plusvalía que permiten la reproducción del capital con asentamiento territorial en nuestro país.
Esto explica los desesperados movimientos hacia el frente popular que exhibe la izquierda reformista y a su vez las crisis que exhiben a su interior por el fracaso de su política de corte aparatista con táctica de conformación de un frente popular con sectores medios desplazados de la estructura económica que pujan por encontrar ubicación en el futuro escenario según lo señalado en los párrafos que anteceden.
En eso se inscribe el juego de maniobras y escaramuzas que se despliegan entre los partidos del FITU , el NMas y sus colaterales, que afónicos por tantas marchas sin resultados catalizadores de su política despiertan ante la advertencia que la lucha de clases los lleva a una suerte de abismo .
Estos espacios que parecen invulnerables y de rígida presencia política, son a la vez , superado el espacio de las apariencias, el factor objetivo que inclina la balanza hacia la transformación del orden social capitalista por su superación en otra forma social, sostenida por relaciones de producción diversas de aquellas que dan lugar al capital.
No hay mecanismo posible en la realidad social, sino relaciones opositoras de contrarios que implican determinados estadios de lucha de clases. De esto se sigue que no necesariamente de escenarios de barbarie, pobreza , miseria social y cultural, se deriva como por una línea recta a una transformación revolucionaria, países sumergidos por décadas en esos espacios existenciales no hay producido cambios revolucionarios.
Sobre esta última afirmación es donde se instala como factor relevante el pasaje consciente de la situación objetiva de trabajadores o desocupados en la que se refleja la mayor cantidad de población del país, a la de clase política con definición autónoma y conducción de sus acciones por la vanguardia . El abandono de esta práctica por las organizaciones existentes, imponen un nuevo rumbo que asuma lo realizado y perfile su estrategia hacia lo omitido, requiriendo de las bases militantes de esa vanguardia la necesaria intervención transformadora superadora de sus actuales dispositivos organizadoras y la conformación del partido revolucionario de la clase trabajadora . Es ese el camino, que impone la tarea militante que le resulte pertinente .
Nuevo Curso.