Vivimos en un contexto que marca una secuencia reiterada de pronunciamientos de distintos colectivos sociales , que implican ocupación de calles y espacios públicos por manifestantes motorizados en ese formato de acción por intereses específicos que en términos generales le son afectados por determinaciones tácticas y estratégicas del poder burgués, que emergen según los tiempos que la propia burguesía se fija para su materialización secuencial.
Esa expresión de lucha aislada, con algún atisbo de unidad que es proclamado, pero no conformado por los partidos de la izquierda del régimen dentro de lo que es su propio objetivo táctico que es su intervención en los próximos actos electorales de medio tiempo en la provincia de Bs. As en setiembre y en la nación en octubre , no alcanza a trascender en definitiva y a poco que la mirada sobre los mismos se aproxime a superar un momento específico del conflicto social que es aquel que describiera Marx en La Lucha de Clases en Francia cuando habló de una etapa en la que los proletarios no combaten contra sus propios enemigos, sino contra los enemigos de sus enemigos y todo el movimiento histórico se concentra en manos de algún sector interno de la burguesía y cada posible victoria que pudiera lograrse termina siéndola en ultima instancia en una victoria de la burguesía. Puede verse este fenómeno si se tiene presente que tanto en la lucha de los jubilados, la del presupuesto universitario o la del sistema de salud, pone el cuerpo el jubilado , el estudiante ,o el personal que produce el servicio de salud, pero en trastienda, medra con el conflicto algún sector de intereses contenido como sector interno de la burguesía que puja por la ventaja que se obtiene en el río revuelto que se arma frente a otro grupo burgués que emplea la institucionalidad del Estado, para su propio beneficio.
Todos estos factores no son nuevos, ni mucho menos, razón por la cual nos parece necesario ,tomando como referencia una indicación del calendario que indica un nuevo aniversario, poner énfasis en un proceso histórico y sus resultantes extremas, para dar cuenta de las derivaciones políticas de la lucha de clases y la importancia de tener presente en los balances y análisis que se hacen de jornadas callejeras de confrontación , la relevancia que tienen tanto la comprensión de como se conforma una fuerza social productiva y política y cuales son los alcances de dos tácticas antagónicas para los trabajadores; el frente popular y el frente único obrero.
El 18 de julio de 1936 inició el levantamiento militar fascista contra la República española que finalmente terminaría con el último episodio de la oleada revolucionaria que se inicia con la Revolución Rusa y culmina en la Segunda Guerra Mundial escenarios todos estos en los que de una u otra manera la presencia militante de Trotsky y los bolcheviques ocupa un sitio relevante en los espacios propios de la militancia revolucionaria.
El 14 de abril de 1931, fecha en la que fue proclamada la II República española, acompañada de una inmensa ola de popularidad. Cinco años bastaron para que el régimen democrático burgués se hundiera.
Por aquella fecha , el proceso de lucha de clases tomaba un desarrollo significativo en lo que hace a la velocidad de los acontecimientos. La monarquía de Alfonso XIII, que había apoyado la dictadura de Primo de Rivera, estaba agotada por una crisis económica y revueltas sociales haciendo las veces de una resultante de largos años de agitación política.
En ese escenario Trotsky describe el panorama español , destacando el atraso económico , y el papel del aparato militar, la fuerte presencia de la Iglesia Católica y se apronta en señalar a la clase obrera como sujeto de la tendencia inversa a lo dado en búsqueda del l cambio social.
Describiendo la estructura productiva y los elementos subjetivos que integran esa sociedad, tres meses antes de la emergencia republicana Trotsky indica en forma resumida ya en enero de 1931, que “los campesinos ,que formaban el 70 % de la población soportaban sobre sus espaldas el peso principal del edificio del Estado, y que a la vez la masa principal de los analfabetos estaba concentrada precisamente en ese sector social.
Con la misma orientación en el abordaje del fenómeno, destacaba que el retraso del desarrollo económico había debilitado las tendencias centralistas del poder económico que son inherente al poder burgués , de manera tal que la pobreza de recursos de la estructura económica real, alimentó en sentido inverso , una tendencia separatista .
En igual medida el estancamiento económico descomponía las formaciones específicas que sostenían a la vieja clase dominante haciendo que la monarquía se forjara en condiciones de decadencia y descomposición de esas clases y a la vez se bloquearan las posibilidades para el parlamentarismo , con fuerte incidencia del ejército y el clero que eran ambos los factores congregantes de la pretensión de desarrollo del Estado nacional.
Finalmente destaca que, la juventud descontenta protagonizaba convulsiones sociales , y por eso se encontraban frente a la creación de ciertos hábitos rebeldes que eran desproporcionados a su real importancia numérica . Sin embargo no son los estudiantes los que crean un régimen.
En ese espacio social , emergió la república española que lo hizo con un programa social extremadamente conservador , que distanció al elenco político representativo del interés burgués de los perfiles propios de los jacobinos en Francia , en la medida en que su miedo a las masas era más fuerte que sus conflictos con todos los que se cobijaban bajo la monarquía decadente.
Los republicanos no podían llevar a cabo sus reformas democráticas sin cuestionar los intereses de la burguesía y de los sectores dominantes. Los republicanos no eran revolucionarios, su proyecto era la modernización del capitalismo español, aprovechando el apoyo prestado por las principales organizaciones obreras. Por lo tanto, para completar la revolución burguesa, no podían ni querían enfrentarse a una burguesía que se sentía amenazada por ella y que no estaba dispuesta a llevarla adelante.
En ese panorama, Trotsky insiste en destacar un elemento que luego resultará absolutamente relevante señalando lo siguiente :..”Si las grietas y los poros de la sociedad burguesa se llenan en España con los elementos desclasados de las clases dominantes, con los innumerables buscadores de empleos y de provechos, abajo en las grietas de los cimientos, el mismo sitio es ocupado por numerosos lumpenproletarios, por los elementos desclasados de las clases trabajadoras. Los desplazados con corbata, lo mismo que los desplazados en andrajos, forman la arena movediza de la sociedad y son tanto más peligrosos para la revolución cuanto menos esta última encuentra un verdadero punto de apoyo motor y una dirección política “
Con ese basamento, lo cierto y objetivado en el tiempo fue que ninguna de las tareas democráticas con las que los políticos republicanos se habían comprometido, fue resuelta. El problema histórico que arrastraba el país, la reforma agraria, quedó en una serie de tímidas medidas que frustraron las esperanzas del campesinado, asustaron a los terratenientes pero en ningún momento pusieron en peligro la existencia de los latifundios. Las cuestiones nacionales catalana y vasca seguían sin resolverse, limitándose en el primer caso a un estatuto de autonomía gravemente recortado por el Parlamento español, mientras que en el segundo, no llegaría a ponerse en marcha hasta una vez empezada la guerra. La reforma del ejército no afectó a su naturaleza tradicionalmente golpista y ultra reaccionaria. La Iglesia mantuvo intacto su poder y sus inmensas propiedades.
A medida que la frustración crecía, las clases se radicalizaban, depositando su confianza en sus propios métodos. Simultáneamente, la burguesía que había apoyado a la república como un mal menor, fracasados sus intentos para realizar, por la vía parlamentaria, una reforma autoritaria de ésta, entregó la defensa de sus intereses al ejército, el único obstáculo que todavía se interponía entre la amenaza revolucionaria y sus propiedades.
Enseña Flabian Nievas, que “en los procesos de confrontación relativamente desarrollados , es decir, de lucha abierta , se conforman objetivamente dos fuerzas sociales ,pero ya no productivas o de circulación sino que adquieren otro orden de desarrollo , como fundamento de toda acción política aún cuando no son ellas mismas partido…….La presencia de fuerza social productiva y política está presente en todos los estadios de la lucha de clases . Ambas fuerzas se centralizan en el desarrollo de la lucha de clases
Dicho de otra forma, y siguiendo al mismo autor ,” las tensiones políticas se expresan en la conformación de fuerzas sociales; las distintas fracciones toman posición traccionadas por tales tensiones; se oponen a una situación o a otra ferza , constituyéndose en bloques, en fuerzas sociales políticas. La dinámica de las acciones actúa como un poderoso polo que atrae o expulsa a las diferentes fracciones, ordenándolas en dos o más fuerzas que actúan oponiéndose mutuamente ( a mayor tensión menor cantidad de fuerzas operantes)
El 18 de julio de 1936 se instaló una lucha definitivamente política . que reconoce como desarrollo la forma político -militar . Se trata de una lucha por la apropiación de un espacio y la Re-territorialización del mismo por la reconfiguración social del mismo.
En los hechos, todo este fenómeno analíticamente descripto, significó en concreto que mientras los republicanos desaparecían prácticamente de la escena, los partidos obreros del Frente Popular ocupaban su lugar en la defensa de la república. El Partido Socialista y el Partido Comunista negaban, desde los primeros momentos, que lo que estuviera en el orden del día fuera la revolución socialista. Las colectivizaciones, los comités, las expropiaciones, la negativa de la población trabajadora a reconocer la legitimidad del gobierno (desprestigiado por haber permitido, con su pasividad, que el golpe militar no hubiera sido derrotado definitivamente en los primeros momentos) eran, para los dirigentes de estas organizaciones, la obra de una minoría de exaltados que manipulaban a las masas.
Sin embargo, la realidad mostraba un escenario donde la mayor parte del ejército se había sublevado, las unidades que no lo habían hecho se habían disuelto, víctimas del contagio revolucionario. La burguesía y los terratenientes habían huido abandonando sus propiedades por temor a las represalias de los revolucionarios, esperando la victoria de los sublevados. Las fábricas, los talleres y los latifundios eran ocupados y expropiados por los obreros y campesinos, que empezaban a reorganizar espontánea y colectivamente la producción. Las instituciones republicanas habían desaparecido para dar paso a las patrullas obreras, que controlaban el orden público y dirigían y organizaban la vida cotidiana en los pueblos y ciudades. La policía y la guardia civil habían desaparecido para dar paso a las patrullas obreras, que controlaban el orden público y dirigían la represión contra los simpatizantes de la sublevación. El ejército había sido sustituido por entusiastas e improvisadas milicias revolucionarias, que se enfrentaban a los sublevados allí donde éstos se habían hecho fuertes. Todo fue llevado a cabo por los trabajadores de forma espontánea, sin que mediara para ello la dirección de los partidos y sindicatos obreros, ni siquiera los más radicalizados.
Los dirigentes socialistas y comunistas calificaron la guerra civil como un enfrentamiento entre la democracia y el fascismo, como una guerra de «independencia nacional», en la que la República era agredida por las potencias fascistas, en colaboración con un sector del ejército que estaba traicionando la soberanía del país. Pese a las diferencias que existían entre las diferentes corrientes que apoyaban al Frente Popular, existe un elemento común entre todas ellas: el rechazo a la existencia de una revolución socialista española.
En ese orden de cosas, es preciso traer a cuento que el frente popular fue una política que resolvió el 7 congreso de la III Internacional , ya totalmente dominada por las expresiones del termidor Stalinista . Se opone a esta experiencia la táctica del frente único que es una resolución adoptada en el tercer y cuarto congreso de esa internacional en 1921- 22 con incidencia significativa de las intervenciones de Lenin y Trotsky. El primero es una alianza que se propone realizar entre los partidos de trabajadores y las izquierdas de los partidos burgueses , no preserva la independencia de clase de la clase obrera que es un factor esencial de la lucha.
Si la naturaleza de la revolución española era democrática y burguesa, la obra revolucionaria que se había llevado a cabo de forma espontánea debía ser desandada. Por lo tanto, los obreros y los campesinos tenían que renunciar a sus conquistas, había que devolver la tierra a sus antiguos propietarios, reconstruir la policía y el ejército, borrar cualquier huella que hubiera dejado la revolución. Primero era necesario vencer en la guerra contra Franco, después, ya madurarían las condiciones para la revolución.
Desde la óptica del Frente Popular, la profundización de las conquistas revolucionarias suponía el debilitamiento de la lucha «antifascista».
En España el frente popular supeditó a la clase obrera a una parte de la burguesía fingiendo querer derrotar así al fascismo y condujo el proceso de confrontación abierta de clases en fase militar, a la reacción capitalista y su instalación en el poder. La táctica del frente único obrero, implicaba que el proletariado apoyándose en las masas campesinas debía ser considerado la única fuerza capaz de tomar el poder en sus manos por vía revolucionaria que conduce a la dictadura del proletariado, encargada estratégicamente de las tareas de la revolución burguesa no adoptadas por la república y abrir el camino a la transformación socialista . No se trata de reemplazar al rey por un presidente sino de dirigir el arma de la revolución contra las raíces mismas de la dominación burguesa.
Hay que decir finalmente , que en los hechos ninguna alternativa política, ni siquiera las más radicales, era partidaria de llevar la revolución hasta sus últimas consecuencias, por lo menos mientras la guerra no hubiese terminado con la derrota del ejército franquista.
La antítesis «guerra o revolución» falsamente impuesta en el plano de los análisis que se desarrollaban en su momento y también a posteriori, no era real, en particular porque como lo indica Nievas en las citas anteriores , las confrontaciones armadas entre fuerzas sociales y políticas antagónicas no son antagónicas a un proceso revolucionario , sino el estadio superior de la lucha de clases que puede derivar o no en una revolución social según sus resultantes .
Ambos términos, lejos de contraponerse, se complementaban. El triunfo del bando antifascista en los primeros momentos se debió sin duda alguna a esta confluencia. El entusiasmo revolucionario que desencadenó la lucha contra la sublevación, fue uno de los factores fundamentales que decidieron la caída de la república y la derrota de los militares en la mayor parte del país:
En efecto, carentes de organización y experiencia militares, de armas y de mandos, los obreros sólo podían compensar este desequilibrio mediante el entusiasmo, y el entusiasmo no podía generarse por la idea de defender una república que había persegido a buena parte del movimiento obrero y que había permitido que estallara la guerra civil. Ese entusiasmo, que debía ocupar el lugar del ejército, de las armas, de la experiencia militar, sólo podía surgir de la convicción de que se defendía la propiedad del pueblo, es decir, de la revolución.
Nuevo Curso
#para el desarrollo de este texto hemos consultado :
• Benito Toribio Morales. Lecciones de la revolución española.
• León Trotsky. La revolución española y las tareas de los comunistas.
• Flabián Nievas. Lucha de clases. Una perspectiva teórica…
• Enric Mompó .¿ Hubo o no , una revolución española.