Nuevo Curso

Los procesos electorales y los trabajadores.

Los trabajadores, somos espectadores inmediatos de situaciones que denotan los espasmos terminales del movimiento obrero sindicalizado según el modelo de conducción burocrático ,que nació y se consolidó al amparo de la intervención estatal impuesta por el peronismo, por vía de las llamadas “leyes de enfriamiento” , entre las que se destaca la que faculta al Ministerio de Trabajo, para llamar a las partes a conciliación obligatoria, reproduciendo la ficción de que el empleo de la fuerza de trabajo adquirido en el mercado implica un acuerdo de voluntades de forma contractual en que existe igualdad de partes.
En los hechos y con insistencia constante , se desenvuelven con evidencia tendencias que buscan ocultar o camuflar, lo que es una realidad palpable , que no es otra que la mengua significativa de la fuerza social sindicalizada en los conflictos sociales y la predisposición a eludir por las CGTs, la dirección unificada de los intereses económicos de los trabajadores frente a la ofensiva que buscando intensificar la explotación le desenvuelve la burguesía entendida como totalidad, y más allá de las disputas sectoriales a su interior.
Ese lugar vacío lo ha gestado en gran medida el desarrollo autónomo de la técnica como factor dominante en la producción con cambios en los modos y la forma de empleo y contratación de la fuerza de trabajo, en la que los ritmos laborales se intensifican, buscando mayor productividad y se simplifican las tareas en manera tal que la capacidad de trabajo mengua en su significación de calidad, a la hora de evaluar todo el proceso productivo.
Se inscribe en esa misma tendencia la constante precarización del trabajo y la presencia sombría como posibilidad real para el trabajador, del escenario del desempleo.

Por otro lado las acciones de lucha desplegadas o por desplegar, sin dirección unificada, se adhieren al formato del espectáculo democrático, que incluye la ocupación transitoria de las calles con marchas que no consiguen implicar una verdadera movilización de la clase trabajadora buscando poner freno a toda esa acción ofensiva de la burguesía.

En ese sentido, la presencia en las calles de grupos de jubilados, pone de manifiesto en primer orden la grave crisis subjetiva en que nos encontramos, en tanto exhibe sin proponérselo, la ausencia de los trabajadores activos que permanecen ajenos a esa problemática particularizada, que tienen quienes reciben en pago un haber previsional notoriamente insuficiente como para reproducir con dignidad su existencia.
Pero lo mas significativo, es un aspecto que no muchas veces se pone de manifiesto y es que con su presencia los grupos de jubilados demuestran que la polea de transmisión, entre dos generaciones está absolutamente rota y pone a los adultos mayores en situación absolutamente inconexa, con la de los jóvenes trabajadores.
En definitiva, todo esto lleva a una primer afirmación o advertencia: Si no se critica el pensamiento político en todos sus aspectos, y no se destierran sus gestos de nuestro alrededor, las posibilidades dentro de la coyuntura para la suerte de los intereses emancipatorios de los trabajadores se reducen sensiblemente.
Un movimiento que se mueve por demandas parcializadas no habla de nada, cualquiera fuese su entidad, en tanto no señala las causas y mucho menos produce alternativas superadoras sobre sus efectos negativos en la clase trabajadora de conjunto.
Una operación política que encara la labor de agitación y propaganda solo a través de consignas, no avanza en la construcción cultural de la necesidad del socialismo como imperativo categórico o única vía socialmente posible de superar los escenarios de miseria y barbarie en donde nos desenvolvemos dentro del orden social capitalista.

La propaganda y la acción tecnológica del poder burgués , con su institucionalidad desenvuelta a través de formas jurídicas, ha logrado que los trabajadores que se representan a sí mismos como tales , solo se concentren y limiten en evitar que las preocupaciones inherentes a la defensa de sus intereses reales y su libertad, no sea puesta sobre sus espaldas .
Con todo este escenario , se abre la posibilidad de comprender, como basamento de toda acción de lucha, que no se trata de conservar la memoria de un pasado y comunicarla de forma ortodoxa a los nuevos individuos conscientes que se constituyen por eso en clase social
En sentido inverso y sin dejar de admitir un recorrido histórico , es necesario comprender que se hace necesario conformar, entre los que se reconocen social y culturalmente iguales, un nuevo curso, , dentro del espacio de la protesta y la construcción de una vía revolucionaria.

El desarrollo tecnológico no solo implica modernas formas de producir, sino también afectación novedosa sobre la menguada subjetividad del ser humano por la que el capitalismo, se ocupa de lograr consenso alrededor de su ficcional capacidad de superar sus propias contradicciones o de instalarse cómodamente en ellas.
Es significativo salir del esquema propagandistico que fundamenta y justifica la lucha por la emancipación humana en la perversidad del capital , y en sentido inverso destacar, su inviabilidad para atender a las demandas en los trabajadores de sus propios paradigmas fundacionales , esto es, libertad, igualdad y fraternidad.
No se podrá ir a ningún lado si no se rompe con la concepción de la revolución como reapropiación del aparato productivo existente, ni se admite que la emancipación humana pasa por la destrucción del orden social capitalista institucionalizado en las formas jurídicas del Estado.

No queda ningún aspecto de las relaciones humanas que no haya sido tecnificado y, por lo tanto, derivado al exclusivo control de expertos, intelectuales orgánicos a los intereses generales de la burguesía movidos por la necesidad de reproducción del capital sin escenarios críticos como sucede en nuestro tiempo .
En nuestra sociedad el ser humano es servidor de la máquina y la técnica abarca todos los sectores de la existencia, determinando a la vez las relaciones de los individuos con la naturaleza y las vinculaciones que se dan y mantienen desde los individuos entre sí, buscando satisfacer sus necesidades de sobrevivencia.

La burguesía fundamentándose en el conocimiento científico, ha conseguido de manera tendencial y con el empleo de violencia estatal ordenar la economía al dictado de sus propias exigencias y se ha apoderado de la sociedad entera, mientras que los seres humanos han acabado siendo perfectamente equiparables a los objetos y reemplazados por máquinas. La ideología de los tres paradigmas de la revolución democrática burguesa se ha deshecho y el «hombre», abstractamente considerado, ha dejado de ser la medida de todas las cosas.
De esta manera, la técnica se constituye a sí misma, en el contenido concreto de la falsa conciencia propia de nuestra época de individuos desubjetivados , convertidos en cosas y alienados en las mercancías .
Todas estas constataciones emergentes de lo real , nos ubica en la conformación dentro de este contexto, del enemigo de clase y en particular de la elite que concentra riqueza dentro de ella y hace a la par que, el acto concreto de sufragar se configure como una herramienta obsoleta e ineficiente, para poder asumir una tarea emancipatoria.
La vanguardia de trabajadores debe explicar con suficiente claridad el fenómeno en cuestión y construir herramientas de superación de todo lo dado, amparada por la significación estructural de la crisis y sus manifestaciones de superficie en formato de carencia, vicisitud y alienación en la miseria existencial.

Los trabajadores y aquellos que han sido desplazados estructuralmente del circuito productivo, han intuido lo señalado, y su expresión se manifiesta por vía de la abstención al voto o el voto nulo. La tarea es superar ese estadío y dotar de contenido programático sobre sustentos clasistas de construcción del poder obrero a esa significativa actitud de no acompañar a la farsa electoral . De las posibilidades de lograr ese objetivo inmediato depende la conformación de los próximos y mas inmediatos sucesos en el orden de la superestructura .
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