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LIDERES , GUERRAS Y REVOLUCION.

Se ha dejado sentado en profusa literatura ligada al tema y en los artículos periodísticos que lo abordaron en contexto, que la junta militar genocida, puso especial atención en la búsqueda y eliminación física de Mario Roberto Santucho .

Papeles de servicios de inteligencia militar recogidos en forma aislada y  parcializada, daban cuenta de ese objetivo y de la materialización de unidades militares por todo el país para hacerla efectiva como en definitiva ocurrió. En el mismo plano,la definición del enemigo a vencer en términos propios de un discurso de exterminio como el que se concreto en los hechos debía ser prioritariamente las células del Partidio Revolucionario de los Trabajadores y sus  organizaciones armadas constructoras del ejercito revolucionario del pueblo.

Finalmente, todo lo relativo a las circunstancias de la desaparición física de Mario Roberto Santucho, incluso las peripecias del destino final de su cuerpo, tal como ocurriera con otros personajes de la historia argentina, concurren como factor integrante de esta suma represiva.

En paralelo, por fuentes históricas testimoniales de quienes habitaron en los ingenios azucareros del norte argentino, hoy se puede conocer que en el conocimiento de esa población existió y aún sobrevive una suerte de mito criollo según el cual un ser diabólico recorre los ingenios azucareros del Noroeste Argentino: se llama El Familiar y aparece en forma de perro negro con ojos rojos encendidos por la noche. La cadena de hierro que arrastra produce un sonido espeluznante. Ruidos sibilantes van anunciándolo. Desde hace más de un siglo El Familiar pertenece al dueño del ingenio moderno al igual que la centrífuga y el molino industrial. Los dos han pactado que El Familiar cuidará la riqueza del dueño a cambio de que este último le suministre un obrero por año para su alimentación. La forma de vencer los efectos de este relato infinitamente utilizado para explicar las desapariciones de los trabajadores , fue otro relato que construyeron precisamente los mismos trabajadores; “el Familiar, ya no ha de venir, porque conoce que Santucho anda por el ingenio”.

Tomando como eje estos extremos y añadiendo  el prolongado tiempo transcurrido en sentido cronológico y no histórico, en tanto estamos ante un proceso no cerrado dentro de esas específicas coordenadas, es posible advertir que la actualidad exacerba un elemento no visto pero que continúo en desarrollo de toda esa trama represiva: La condición de líder de un sector significativo de la vanguardia obrera y el pueblo trabajador de Santucho y la dimensión de la tarea de organización del partido revolucionario de los trabajadores por él y todos los compañeros que se sumaron a la misma entregando en ese objetivo su propia vida.

Este último extremo toma amplia dimensión en el tiempo y marca su presencia-ausencia en la actualidad de la lucha de clases, por la mínima dimensión que esa tarea tiene en la militancia y en la juventud obrera y fundamentalmente porque a pesar del tiempo transcurrido , no se ha reconstruiído ese liderazgo y sentimiento de aceptación en que lo ubicaba un sector significativo de la vanguardia obrera y las masas trabajadoras, al punto que la clase dominante debió acudir a sus fuerzas armadas para frenar esa tendencia.

Es tan marcada  por el tiempo esta experiencia, que los años transcurridos , la resignifican en términos valorativos, ya que su constatación marca las faltantes y precisamente las faltantes marcan un obstáculo significativo en la construcción subjetiva consciente de la tarea emancipatoria que le corresponde a los trabajadores en tanto clase explotada en este orden capitalista que atraviesa a su vez ,en términos objetivos de desenvolvimiento de la reproducción del capital una crisis significativa que presenta la relación capital-trabajo y la producción generalizada de mercancías como un obstáculo severo para el propio desenvolvimiento de la condición humana en términos de necesaria e imprescindible dignidad.

Dicho en otras palabras, la clase trabajadora en Argentina, carece de la mínima organización política para dar dirección de poder a sus acciones de lucha, y en el mismo momento de modo más significativo aún, advierte la faltante de un líder natural que los unifique en su presencia como pregón del pueblo y conductor de las acciones.

En Argentina aún se dejan ver versiones mercantiles de Ernesto Guevara, en múltiples objetos y no cesan los rituales propios de su merecido homenaje, pero el hombre que junto a toda una organización supo tomar su bandera y mejorarla en términos de teoría de la práxis en un país con desarrollo capitalista tardío y dependiente , no tiene reconocimiento ni es considerado en la valoración positiva que merece precisamente porque quienes hubieron de continuar la revolución ininterrumpida que exige la tarea emancipatoria del ser social, muchos de los cuales ya pululaban desde mediados de la década del sesenta del siglo pasado, no supieron ni pudieron demostrar en los hechos que sus planteos podían cumplir de modo adecuado con los imperativos políticos e ideológicos que dada coyuntura impuso en la lucha por el poder obrero y socialista.

Es más, las sucesiones generacionales puramente burocráticas en los grupos que mutaron la conformación de sus organizaciones abandonando la tarea de construcción del programa-partido dan cuenta de una sucesión de personajes visibles que buscaron más temprano que tarde popularizar su figura y nunca sus programas, tal vez porque como queda demostrado carecen de él en sentido concreto y genuino.

Es este un elemento significativo que explica las diásporas y el raquitismo de los que hoy han decididos llamarse “la izquierda” terminando por confundir aún más porque no solo carecen de programa sino que peor aún, lo único que exhiben son relatos de ocasión que por serlo, lucen contradictorios y carentes de un sentido final en su totalidad.

En el plano internacional, el capitalismo globalizado no puede consigo mismo y las premisas de Lenin sobre el imperialismo en tanto periódo de guerras y revoluciones como emergentes del actual desenvolvimiento crítico del capitalismo cobran respaldo en la realidad y vuelven a emerger desde esa misma realidad . También ahí es donde toma cuerpo la carencia de un liderazgo real de la clase trabajadora a través de su vanguardia consciente y los voceros de sus intereses específicos organizados en un partido internacional .

Los líderes no se fabrican siguiendo modelos de técnicas de mercado. Son líderes porque han establecido una comunicación genuina con su clase a la que pertenecen y con ella buscan hacer de la premisa según la cual la emancipación social solo es obra de los trabajadores mismos inscripta en los estatutos de la primera internacional . Sin esa relación intersubjetiva entre la organización política de la clase en sí donde se produce la asimilación consciente del programa por la vanguardia militante  y la corporización de sus líderes , no es posible superar el problema de crisis de dirección y sin la asimilación-transformación dialéctica de ese factor , la posibilidades de la revolución parecen disminuir significativamente a manos de una burguesía decadente que  de conjunto, acude a lo más extremos de su excrecencia política para gobernar y superar la coyuntura de modo satisfactorio a sus intereses .

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