Vacío y Magia.  Los cartelitos y las sillas vacías.

Una semana preparando flechas y arcos. Gastando suela, saliva y por que no, mucho entendimiento. Semana de cartelitos, de deliberar en torno al qué hacer . El tipo al parecer piso mal y se dobló el tobillo, entonces todos los piques de las pelotas que constantemente le lanzamos, tienen que ir a ese tobillo. Tal vez vuelva a pisar mal y ya no camine más. Tenemos un picadito el 1 de marzo en el congreso. Ahí hay que operar para seguir corroyendo la “imagen”. El tipo se erigió armando una imagen , vamos a pagarle con la misma moneda. La operación de paga en imagen.

Toda la semana gatillando donde fuere, criptomonedas y “Milei ya fue” “Milei ya no existe”, como si por repetirlo el tipo mágicamente realmente desaparecería. La analogía de la niñez, cuando nos repetimos que el diablo “no existe” y nos tapamos la cabeza con una sábana antes de dormir cuando se apaga la luz.

Claro, también la imagen infantil , requiere de un ser querido, preferente la madre , que nos lea un cuentito o simplemente nos lo relate, rescatándolo de su memoria.

Sin embargo, ni el diablo, ni “el no existe mas” son reales, son representaciones ficcionales que una desesperada militancia del culto a la oportunidad  descargan desde que habiendo participado en una farza electoral los resultados no le dieron como esperaban , quedaron girando en el aire, y alguien en la desazón dijo “a la carga” y con los rocinantes a mano, avanzaron sobre los molinos de viento, que construía otro prestidigitador enviado en urnas llenas de votos, por el poder burgués para entretener a las masas trabajadoras , mientras el avance sobre sus bolsillos y el incremento de la explotación harían lo suyo, todo para que la relación social Capital, no se resienta en su cada vez más difícil desarrollo .

Lo que si existe es el vació existencial de una clase social que tiene necesariamente que ocuparse de su emancipación y con ella la del resto de la sociedad oprimida por el orden capitalista, a la que debe acaudillar. Porque es vacío lo que no se ocupa y realmente los agitados operativos mediáticos y las imágenes a la venta y ofrecimiento de todos los enrolados en el “Milei ya fue”, no tienen otro derrotero que aquello en lo que les hizo de cierre. El tipo que “ no es” se empeña en hablar, discurrir, tomar medidas de poder significativas y montar su propio circo, los eternos ladradores a la luna, son solo vacío y cartelito.

Esto que parece dos polos, dos extremos unidos sin embargo, por el factor común de la política de imagen  no hace otra cosa que intentar ocultar el vacío con vacío, algo así como auspiciar un tratamiento para superar el alcoholismo, en base al uso frecuente de alguna bebida blanca diversa de la que se venía ingiriendo y a la que el alcohólico se esclaviza.

Lo cierto es que todo suma para que el vacío se profundice y ahora la cuestión sea sacarle la silla al que la tiene, sin saber que hacer cuando quede vacía y en particular establecer quien ha de ocuparla. En todos los casos la cuestión es hacer todo lo posible para que “ el que ya fue” “el que no existe” produzca o sea sujeto pasivo de un acto político concreto, su destitución. Luego, si está muerto políticamente , si “ya fue”’¿ como es necesario hacer que se vaya?

Por lo pronto, los parlamentarios del FITU han declarado abiertamente que los reyes existen y puesto sus zapatitos en las bancas vacías esperando ver este domingo gris, los regalos que le deja el vacío, esto es , que la magia de unos magos les entregue en concepto de pago por el éxito de su gestión, la cabeza empelucada o pelada, de quien ocupa el lugar institucional que le otorga el poder burgués para manejar sus intereses como clase de conjunto.

La magia, sobre todo para los niños, es divertida, pero a condición necesaria de que no te la confundas con la realidad misma. Y es lo real lo que interpela desde el orden lógico. Si los que pegan cartelitos en sus bancas, no tienen un programa que indique como sigue la película después que efectivamente suceda que “el presidente no es, que ya fue”. ¿Auspician la aplicación de la ley de Acefalía llevando a Villaruel de la mano a la gestión ejecutiva  o procuran otra semana de siete presidentes para que emerja un nuevo Duhalde, que no demore en generar otra masacre de Avellaneda con los brutales asesinatos de Kosteki y Santillán.

Las consignas, los cartelitos, los reportajes y los videos , enturbian el escenario de la realidad, como las bengalas de las barras demoran la iniciación de un partido. Detrás , detrás esta la gente y su vida cotidiana, sus necesidades y la forma de satisfacerla. Para ellas y sobre todo para los jóvenes en vulnerabilidad por carecer de empleo estable, el “que ya fue” anuncia incremento de penas privativas de libertad de forma que no procedan las excarcelaciones y la prisión preventiva se convierta en pena anticipada aplicada con anterioridad a un juicio, es decir, lo inverso de lo que hace respecto de su persona, al ser imputado de un delito. Ayer sábado 1 de marzo, tuvimos entonces la ocasión del milagro metafísico de un ser “que ya fue” revisitando a Blumberg, con sus recetas punitivas y fijando una política criminal abiertamente represiva.

El desarrollo de un sentido  político concreto como clase  puede verse frustrado en la medida en que las metas, anhelos o expectativas de vida  del  que sobrevive por su fuerza de trabajo,no sean realizados por los propios trabajadores   afectados por situaciones de ‘crisis’  del capital y  no se cuenta con las herramientas adecuadas para afrontarlos.

En tales situaciones, la presencia de un conjunto de sensaciones y cambios en nuestro día a día, surgen como ‘síntomas’ de un estado de frustración existencial que afecta nuestro sentido de vida como operarios y nuestro objetivo de emancipación social. Cuando a la masa de trabajadores en sí, les ocurre cuanto les ocurre en nuestro tiempo,  cada trabajador se separa  radicalmente de los demás trabajadores en tanto carece de la organización política que lo exprese en tanto clase y configuración programática de su estrategia emancipadora. Dicho de otra forma, está incomunicado con las fuentes mismas de las que normalmente debería alimentarse, ya no tiene nada a que poder aplicarse, porque no hay un espacio políticamente militante para dar cuerpo a una política de clase . Si a la clase trabajadora se la conduce para hacer el vacío a su alrededor, lo que se consigue es lo que existe : el vacío dentro de sí misma y  no le queda nada más para reflexionar que su propia miseria

Es tiempo, de advertir el vacío y denunciar las falsas opciones para cubrir lo inexistente. Eso no se logra, negando que el que tiene la pala con la que se terminó por construir ese hueco exista, sino advirtiendo la confrontación de clases que se desenvuelve en el seno de la sociedad cotidianamente y que la superación exige el enfrentamiento clase contra clase de forma directa, para lo cual la organización y centralización de la política obrera, impone la construcción de un partido-programa de la clase trabajadora.

Nuevo Curso.