Nuevo Curso

VLADIMIR MAIAKOVSKI, LENIN y EL SOCIALISMO HOY

Se puede leer en el sitio del Colectivo Avanzar Argentina, un texto que produce Jorge Montero , lo siguiente :
¿Quién es ese hombre de camisa blanca que emerge de la muchedumbre a viva voz, mientras la tormenta oscurece la tarde?
¿De quién es ese vozarrón que alcanza como un látigo interminable hasta al último de los obreros agolpados en la puerta de una fábrica de Moscú?
¿Quién es ese joven que se deshace en gritos, y gesticula, y se quema de furia, y ataca, y muerde, y sangra en la puerta de una fábrica?
¿De quién son esos versos, salvajes, brutales, grotescos, que estallan en mil pedazos en los ojos de los obreros, que resuenan con un eco infatigable hasta en la última callejuela de Moscú?
«Oid, todos,
/ hasta los más inútiles,
/ deben vivir;
/ imposible,/ es imposible enterrar a los vivos/ en tumbas de trincheras y refugios:
/ ¡asesinos!/
Y él,/ el hombre,/ el justo en el que creo vendrá,/ creedlo,/ creedme», grita y gesticula,
y la venas del cuello parecen partirse, y sus manos escriben las palabras en el cielo nublado.
La muchedumbre de trabajadores lo escucha, algunos se burlan, otros aplauden emocionados, de atrás lo insultan, pero nadie lo ignora.
¿Quién demonios es ese hombre de camisa blanca que escupe versos en la puerta de una fábrica, una fría tarde de noviembre de 1915?
La revolución estalla, por fin, en los ojos de la vieja Rusia. Moscú es un vendaval, discursos, ejércitos, fuego, hambre, gritos, muertos, obreros, campesinos, todo comienza a reventar con la furia de cien años de sometimiento.
Los poetas salen a la calle se cruzan con sus soldados y con los obreros, y hablan y se dicen futuro, anuncian el socialismo en los bares, y saludan a Lenin desde la muchedumbre anónima.
Luego y por fuerza de la lucha de clases y la derrota bolchevique a manos de una burocracia creciente el realismo socialista, «ese arte elaborado por funcionaros con pluma obligados por funcionarios con pistola», según se ocupó de decir en su batalla Trotski y la oposición de Izquierda , pasa a disimularse como una herramienta, ésa es revolución que ya lleva en su vientre la forma perversa de la traición necesaria para que finalmente todas las relaciones sociales propias del capital se restauren y con ella , la cultura de la decadencia y la extensión en nueva forma cultural de esa sociedad de clases , de explotación y opresión
El 14 de abril de 1930, a las 10:15 horas de la mañana, Vladimir Maiakovski, el hombre de camisa blanca , «el poeta de la Revolución», se pegó un tiro en el callejón de Luvianski, tenía 37 años.

Hoy 22 de abril de 2025 , como si fuera un trazo de una paralela, todos los espacios políticos de la que asimismo se da en llamar “Izquierda”, y así lo ha “legalizado “ obteniendo el permiso de actuación que le otorga la justicia electoral de la república que da forma al poder burgués y a su sociedad de explotación y opresión , rinde culto a Lenin , haciendo como corresponde, por las formas, por las imágenes y en ningún caso desde el necesario juicio crítico que impone el tiempo transcurrido desde su deceso hasta hoy.
Pareciera que no fuera necesario que la joven vanguardia de trabajadores se detuviese a la lectura, comprensión y análisis críticos de las intervenciones conjuntamente teóricas y políticas de este revolucionario y en igual sentido de los frutos de esa producción. Esta carencia , se hace mucho más peligrosa cuando la ideología de la clase dominante y sus operaciones mediáticas lo identifican con su versión inversa y de la que se ocupó de alertar en sus últimos momento de vida consciente , el Stalinismo.
Tampoco hay voluntad política de detenerse en sus escritos liminares en tanto Lenin se ocupó de identificar al reformismo como un obstáculo para todo proceso revolucionario en curso. En particular, hay atención de la polémica del revolucionario con aquel a quien bautizó como “el renegado Kausky” en su condición de determinante teórico de la socialdemocracia alemana de comienzos del siglo XX.
Todo esto no es casual sino la demostración por otros modos de la decadencia de esa “izquierda”, con el agravante de ella misma y de manera oportunista, permite que se la tilde de troskista sin si quiera dedicarse a realizar la aclaración del origen espúreo del termino, más allá del apartamiento de todos sus planteos de las categorías del pensamiento crítico que Trotsky expuso aislado, perseguido, desterrado en defensa de Marx y los aportes de Lenin, hasta el último de sus días.
El suicidio de M no es otra cosa que la forma simbólico-poética de hacer realidad su advertencia de la agonía de la revolución y la tendencia restaurativa del capital yacente en el esquema Stalinista nacido al calor de la burocracia naciente en los momentos más difíciles de la revolución y al amparo del deceso prematuro de Lenin.
Hoy es imperioso volver a Lenin pero no como recuerdo sino para tener presente con él que :
“A diferencia de los anarquistas, los marxistas admiten la lucha por las reformas, es decir, por mejoras de la situación de los trabajadores que no lesionan el poder, dejándolo como estaba, en manos de la clase dominante. Pero, a la vez, los marxistas combaten con la mayor energía a los reformistas, los cuales circunscriben directa o indirectamente los anhelos y la actividad de la clase obrera a las reformas. El reformismo es una manera que la burguesía tiene de engañar a los obreros, que seguirán siendo esclavos asalariados, pese a algunas mejoras aisladas, mientras subsista el dominio del capital”.
La autoproclamada Izquierda argentina, organizada en una estructura de aparato asimilable a una cooperativa electoral bajo la sigla FITU, hoy cuenta con una bancada parlamentaria integrada por varios .
Esto sin embargo, en vez de proyectar influjo en la movilización de masas sobre la base de la propaganda de un partido revolucionario de trabajadores dejando ver lo imperioso de su construcción sobre la base del programa socialista acorde a nuestra estructura económica , parece mostrar como techo que solamente es posible mantener y sumar parlamentarios y paralizar toda estrategia revolucionaria
El FITU hace recordatorios formales de Lenin pero en los hechos y a diferencia del partido bolchevique del que fue su máximo dirigente , desarrolla una estrategia de presunta acumulación de fuerzas evolutiva con el propósito principal de fortalecer su aparato político desde el propio parlamento de la república burguesa.
Esta táctica reformista de formato y contenido puramente evolutiva es la expresión de un aparato cooperativo disfrazado de frente político, esencialmente conservador y por lo mismo oportunista.
El conservadurismo burocrático es entonces esta mentalidad política que antepone los intereses del aparato por sobre los de la lucha de clases cuya materialidad y dimensiones concretas tampoco se ponderan a la hora de fijar las acciones militantes que pasan en corto plazo de pretendidas acciones de lucha callejera a la caza mediática de votos en la confrontación electoral que el orden burgués le ponga por delante, escenario donde solo discute candidaturas y personalidades siguiendo mecanismos de propaganda asemjables al vacío político que impone el poder burgués , desmereciendo la situación para toda propaganda política programática .
Esto explica por lo demás, que el FITU solo apoya y procura inmiscuirse con su política de aparato, en los movimientos de masa en su fase «ascendente» cuando ve que puede capitalizarlos, para la estrategia de juntar votos y recolectar bancadas que exhiben como “el único camino”.
Todo esto también explica que se haga con referencia a Lenin advertidos por el calendario , lo mismo que se hace con los candidatos: se muestran imágenes, se hacen evocaciones breves y citas descontextualizadas del contexto historio.
Con acierto, Rolando Astarita reseña sobre este último extremo lo siguiente:
En El 18 brumario de Luis Bonaparte, Marx hizo referencia a “aquella peculiar enfermedad que desde 1848 viene haciendo estragos en todo el continente, el cretinismo parlamentario, enfermedad que aprisiona como por encantamiento a los contagiados en un mundo imaginario, privándoles de todo sentido, de toda memoria, de toda comprensión del rudo mundo exterior… (p. 81, edición Fundación Federico Engels, Madrid)
Marx en el “Prólogo” a la Contribución a la crítica de la Economía Política señala que : lo jurídico y político tienen como base real la totalidad de las relaciones que los seres humanos establecen en la producción social. Por lo cual “no es la conciencia de los hombres la que determina su ser, sino, por el contrario, es su existencia social la que determina su conciencia” (pp. 4 y 5, edición Siglo XXI). Pero por eso mismo hay que distinguir entre “el trastocamiento de las condiciones económicas de producción” [por ejemplo, el que ocurre en una crisis y depresión económica] “y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en suma, ideológicas, dentro de las cuales los hombres cobran conciencia de este conflicto y lo dirimen” (p. 5)…..Traducido a lo que nos ocupa: el “rudo mundo exterior” no desaparece por más leyes o decretos “de necesidad y urgencia” se aprueben o dicten. Por eso, en tanto permanezca el dominio del capital, ese tipo de medidas son “papel mojado”, y “no las cumple nadie”. Y esto hay que decirlo a las masas».
La vanguardia de los trabajadores en su militancia real hacia la penetración del programa socialista debe refugiarse en Lenin, para configurar la continuidad del marxismo en nuestros tiempos , y advertir una y otra vez que la alienación que sufre por un proceso objetivo propio de una sociedad de clases ordenada para la producción generalizada de mercancías , describe conceptualmente, la separación del trabajador del fruto de su labor, de su propia humanidad y de sus compañeros de clase.
Este fenómeno se desarrolla cuantitativamente y se profundiza en sus efectos concretos, bajo las nuevas formas en que se ocupa y se realiza la fuerza de trabajo en el proceso de producción y fragmentando a quienes se encuentran como sujeto pasivo de ese particular desarrollo existencial en condición de clase trabajadora
Trabajo fragmentado y deslocalizado espacialmente hace que la fuerza de trabajo tome espacio de realización, a través de la realización de lo que se da en conocer como «microtareas» o servicios esporádicos, que se inserta con tal significación que busca quitar centralidad a un colectivo laboral estable cuyos componentes se identifiquen entre sí como trabajadores .
Se vende desde la ideología dominante y con formación de sentido común en la sociedad tomada en su generalidad, la idea de «libertad» (elegir horarios, ser tu propio jefe), pero es una ilusión que oculta la explotación: salarios volátiles, ausencia de derechos laborales y dependencia total de la plataforma.
En el mismo sentido, se propicia a través de dispositivos tecnológicos facilitadores que el trabajador no se identifique con un oficio o habilidad asimilable a la que despliegan otros , sino que su existir esté siempre ligado a una comunicación abstracta y virtual con imágenes y relatos que no implican relación corporal. Dicho de otra forma, el teletrabajo, naturaliza la soledad del trabajador, reduciendo y colocando en el espacio idealista, la noción de construir solidaridad.

Sobre esta materialidad diversa en la que se concreta la relación capital- trabajo y en la forma en que se pone en acto la fuerza de trabajo, se monta además también desde los dispositivos ideológicos, el discurso del «emprendedor» o del «éxito personal» que responsabiliza al individuo invisibilizando o entorpeciendo la posibilidad de advertir la existencia real de estructuras de desigualdad.
Es así que sucede en el cotidiano existir , que en nuestro siglo, la precariedad es un problema del otro y un factor a eludir por el propio esfuerzo en competencia con otros iguales a los que no se les considera como tales sino a la inversa, como un enemigo en el mercado de venta de fuerza de trabajo. Esto deja por fuera a la crítica al sistema.
La fragmentación lleva a que Las demandas sean puntuales y no cuestionan el orden social como generador de los factores objetivos de alienación en su conjunto. Es allí donde toma cuerpo, aún con el tiempo transcurrido, la necesidad imperiosa de un intelectual orgánico colectivo que ponga en plano consciente de todos los trabajadores esta nueva realidad y con organización leninista se presente como el modo de realización del programa socialista en la comprensión de las masas trabajadoras , encausando el proceso ineludible del paso de la situación de clase “en sí” a “clase para sí”
La conciencia socialista debe ser introducida dentro de las masas objetivamente trabajadoras en su espontaneísmo y aún cuando ellas perturbadas por los dispositivos tecnológicos que hemos enunciado, desde fuera.
No obstante todo ello, la explotación sigue generando conflicto social y choque de opuestos por intereses objetivamente antagónicos. Esto impone la tarea militante de reconstruir la conciencia desde la alienación a partir de la determinación voluntaria de reconocer la explotación compartida.
Este legado metodológico de comprensión de los fenómenos sociales de matriz leninista, es un prerrequisito necesario para que los actores políticos, la vanguardia trabajadora militancia con sus acciones concretas, teoricen sobre su situación dentro de la complejidad de la lucha de clases y puedan, a partir de allí, aprender de las luchas de la clase obrera.
Todo esto implica, no sólo una preocupación científica por aprehender las realidades del proceso de la formación de la conciencia de la clase obrera, sino también un compromiso teórico con la autonomía política de la clase obrera.
La tarea necesaria, dentro de un período en que la militancia asume formas de propaganda preparatoria y agitación , es develar la explotación común tras las distintas formas de trabajo precario. Luchar por la unificación de demandas dispersas denunciando como factor común el proceso de desubjetivación alienante y la explotación emergente de la relación capital-fuerza de trabajo.
Centrar la propaganda militante en la vanguardia y por ella a la masa trabajadora de que el «fracaso individual» es, en realidad, una crisis colectiva del sistema solo superable por vía de la eliminación de las relaciones sociales de producción que le son propias y la destrucción de las formas jurídicas que les dan institucionalidad en el Estado.
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