La complejidad de los hechos sociales que se suceden en nuestra existencia y que el aparato ideológico del poder burgués destaca u omite en su consideración pública, según se acerquen o no a sus intereses de clase, obligan a fuerza de resistir este operativo , a detenerse en cuestiones de orden general que afectan nuestros procederes en la militancia y acompañan un elemento más a la complejidad del fenómeno reproductivo de condiciones de explotación y opresión que impone el capital.
Una de esas operaciones es el desarrollo de la tesis según la cual el marxismo, debe ser considerado como una simple ideología alejada de toda posibilidad de conocimiento, generadora de una falsa aproximación a lo real y por ende una herramienta inadecuada para afrontar los escenarios de barbarie capitalista en donde nos encontramos .
Puestos a sintetizar estos planteos que motivan este escrito, es posible exhibirlos desde esta este cuadro de premisas :
• No se puede seguir así, tenemos que debemos realizar una crítica profunda a la teoría en la que nos formamos, esto es, una crítica al marxismo en su conjunto.
• no podemos seguir reproduciendo las mismas premisas de hace 100 años,
• no podemos hacer de cuenta que no cayó el Muro de Berlín,
• la experiencia del llamado “socialismo real” fracasó,
• que el marxismo, en suma, hace mucho tiempo que no nos explica la realidad, que no tiene relevancia política, que no existe.
Así descripta, esta operación ideológica a la que aludimos debe ser enfrentada por la vanguardia trabajadora. Marx trabajo inicialmente en el intento por formular una teoría, advertido del agotamiento y fracaso en igual propósito de los que hoy pueden agruparse al solo efecto expositivo , como Neohegelianismo , y las limitaciones del materialismo de Feuerbach.
Ese trabajo de determinación voluntaria hacia la teoría y con ella a la enunciación de categorías conceptuales, con señalamientos de regularidades como sucede con los significantes de la lucha de clases y su carácter de ley histórica , es en sí mismo el cuerpo intelectual con el adicional del método empleado para llegar a ese status del saber, que es lo que lo ha hecho trascender incluso hasta nuestros días sea por aceptación o negación, objetivo este último que se desplegó durante su vida y continuó con sentencias de caducidad cíclicamente dictadas por el vacío ideológico que si ve, en sentido inverso, como sus propias teorías “superadoras y modernas”, caen una tras otra por manifiesta incapacidad de dar cuenta razonada de cuanto nos ocurre en los escenarios de barbarie que gesta de continuo en cada una de sus crisis, el orden social capitalista.
Sin embargo Marx, sobre todo en su juventud realizó también un esfuerzo político de militancia concreta, buscando según su propio método de filosofía de la praxis , transferir sus teorizaciones en acciones políticas que las corporizaran y se fundaran en un análisis nacidos desde esas categorías. La lucha de Clases en Francia y el 18 Brumario de Luis Bonaparte , son ejemplos de esta segunda situación actitudinal de Marx, a la que nos referimos .
Precisamente, de esta referencia y de esta experiencia, se recoge con carácter probatorio de su naturaleza, la tesis Leninista expuesta en “Que Hacer”, según la cual “
Sin teoría revolucionaria, tampoco puede haber movimiento revolucionario”
Un segundo espacio temporal , ya por fuera de la experiencia existencial de Marx, esta marcado , para fijar una suerte de nuevo estadio, en lo que opera desde la práctica concreta del proceso de lucha de clases en Rusia a comienzos del siglo XX, que llega al enfrentamiento directo clase contra clase conformado en guerra y desencadena en la toma del poder desde los soviet con dirección del partido bolchevique , organizado y concebido bajo los lineamientos documentados en “Qué hacer” , por suponer una relación lógica inversa de cuanto se gesto desde la producción teórica de Marx, pero a la vez por su empleo contextualizado como herramienta del pensamiento concreto y su necesaria acción.
Es a este fenómeno, proyectado en el tiempo , y recogiendo el pragma cultural contemporáneo que instituye posmodernamente la prevalencia del vacío sobre todo intento de buscar lo verdadero sentenciando su imposibilidad , al que hoy de modo arbitrario se lo presenta como marxismo , para paso siguiente ubicarlo en el plano de la “ideología” en su sentido estricto de representación falsa de lo verdadero.
Ahora bien , dicho esto, cuanto corresponde es referenciarlo con el hecho histórico de una revolución permanente hacia el socialismo realmente operado por el poder de los soviet, con objetivos específicos de construcción de nueva sociedad y con ella de nuevos hombres .
La acción y la teorización de cuanto precede de manera inmediata a la revolución, las características específicas de esta y sus proyecciones ulteriores hasta su caída, tienen las mismas implicancias en plano del problema del conocimiento que las que el propio Marx puso en texto tras la Comuna de París.
En los dos casos y como muestra de la continuidad necesaria de uno y otro , se pone en acto la premisa
presente en sus Manuscritos de Economía y Filosofía de 1844 :
“Las relaciones burguesas de producción son la última forma antagónica del proceso social de producción… pero las fuerzas productivas que se desarrollan en el seno de la sociedad burguesa crean, al mismo tiempo las condiciones materiales para resolver este antagonismo. Con esta formación concluye, por consiguiente, la prehistoria de la sociedad humana (Marx, K., 1980, pp. 5-6).
En la fase superior de la sociedad comunista, cuando haya desaparecido la subordinación esclavizadora de los individuos a la división del trabajo… cuando el trabajo no sea sólo solamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital; cuando con el desarrollo de los individuos en todos sus aspectos, crezcan también las fuerzas productivas y corran a chorro lleno los manantiales de la riqueza colectiva, sólo entonces podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués y la sociedad podrá escribir en sus banderas: ¡De cada cual, según su capacidad, a cada cual, según sus necesidades! (Marx, K., 1952, p. 17)”.
Se sigue de lo expuesto, que lo real contraría la construcción abstracta y artificiosa de tomar a los hechos gestores y gestados en la revolución bolchevique de los soviet y los desarrollos conceptuales y teóricos que le corresponden como pura “ideología”.
Ese arbitrario procedimiento descalificatorio, encuentra la posibilidad de su exposición pública por vía de ocultar que precisamente durante el período revolucionario que traemos a cuento como segundo momento histórico marxista , lo mayormente significativo es precisamente que durante su corto período de desarrollo se produce unintenso proceso de interpelación real a la ciencia desde incluso, los problemas de la vida cotidiana, ya que las propias acciones políticas revolucionarias así lo imponían a diario frente a las hostilidades bélicas que se debieron afrontar y las contingencias de carencias materiales derivadas en gran parte de ese inagotable escenario de guerra.
Dicho de otra manera y visto en contexto histórico, eso que hoy se da en llamar marxismo al que se lo degrada como ideología a la par que se decreta su caducidad a la hora de instrumento del conocimiento de lo real existente, desdeñando el empleo de sus categorías y aportes, todos emergentes de la revolución de los soviet, no es otra cosa que la contatación de elementos genuinos y eficientes para comprender en plano de conocimiento humano desde la propia producción real de los hechos, con su confirmación o negación en la experiencia implicada en ese proceso de lucha de clases.
En este sentido, David Harvey destaca que “la dirección político-militar lograda en un proceso concreto de lucha de clases que involucró a millones de personas suponía altas cualidades para analizar la estructura social y los enfrentamientos que allí acontecieron , pericia que no puede explicarse sino como el correlato de una rigurosa capacidad de trasladar la teoría pura a la teoría histórica” (Espacios del Capital-pag.276).
Todo esto, nos pone en el lugar de la advertencia práctica y no especulativa, con referencia a este nuevo operativo ideológico al que asistimos , donde tras un disfraz de preocupación por la barbarie existente, y por diferentes medios comunicacionales, se apunta a terminar por sentencia de caducidad, con todo lo emergente en términos conceptuales desde aquella experiencia histórica de marxistas trascendidos a revolucionarios concretos.
En sentido inverso de esta sentencia de caducidad que hoy se vende como una mercancía mas, Luxemburgo, Lenin, Trotsky ,Gramsci son los actores integrales en donde de se sintetiza intelectualmente todo este proceso de uso y defensa de las categorías marxistas, que se extiende si buscamos un indicador hasta el texto “La agonía del capitalismo y las tareas de la Cuarta Internacional “ y su necesaria remisión a los escritos de sobre el ascenso al poder de los Nazis todos de la autoría de Trotsky.
La utilización discursiva de los sufijos «-ismo» e «-ista, que en nuestro caso se traduce por “marxismo” y “marxistas”- se admite para formar palabras que se refieren a sistemas, o a personas que siguen o apoyan ideas. «Ismo» indica una doctrina, teoría o movimiento, mientras que «-ista» indica un partidario o seguidor.
El uso del ismo y el ocultamiento de los istas en la operación ideológica que describimos, tiene incidencia en lo real porque no reconoce otro propósito que la confusión .
En un avance mayor del fenómeno, esa técnica de confundir tiene acentuado propósito cuando se la usa para imputar todos los males a lo que se indica como Trotskismo, y también de modo peyorativo se alude al Trosko.
Sobre el punto hay que aclarar que el tercer momento abierto desde la practica marxista avanza desde los inicio de la segunda guerra mundial, la dispersión de quienes habían tomado la decisión de fundar la cuarta internacional según el documento al que aludíamos y el asesinato de Trotsky, propósito que finalmente no llega a cumplir con su objetivo y en la postguerra se traduce en distinta experiencias de seguidismo a los partidos comunistas de perfil Stalinista o a los movimientos de la pequeñas burguesías en proceso de liberación nacional en diversas partes del mundo.
Quienes hoy ocurren a los emblemas de la cuarta internacional y se valen de textos de Trotsky para coronar una liturgia huera, tras la que ocultan su reformismo no guardan relación alguna con los revolucionarios de octubre y su lectura aplicada de Marx. Esto debe ser explicado, por cuanto los que se constituyen en la misión sepulturera de terminar con Marx por vía del marxismo, circunscriben a esta ideología a lo que identifican como Trotskismo.
Desde los textos de Marx se puede advertir una herramienta necesaria para el abordaje de los fenómenos sociales que se precipitan en el decurso de lo que se lleva andado de este 2025 en el proceso de lucha de clases
En particular , y en torno de lo que hemos señalado, es adecuado detenerse en La guerra civil en Francia, donde entre otras afirmaciones, Marx dice alegando que la dominación política de los productores es incompatible con la perpetuación de su esclavitud social que el contexto histórico de desarrollo de esta premisa lo constituyen todas las incidencias contenidas en la Comuna de París porque deja planteados los problemas políticos que son propios y específicos de la revolución socialista en particular desde la presencia del Estado en tanto institucionalidad jurídica constituida desde la forma de ley, denunciando con ello que el escollo a vencer por los trabajadores es precisamente ese Estado.
En ese sentido puede advertirse que el aporte de la experiencia de lucha contenida en el breve proceso de la Comuna de París, es significativo en cuanto se refiere al desarrollo de las categorías conceptuales que a partir de esa experiencia histórica se pudieron volcar a la filosofía practica con perspectiva los nuevos desarrollos que pudiera asumir la lucha de clases .
Siguiendo esa metodología, es posible rescatar sin rasgo de arbitrariedad un pasaje, donde se exponen elementos que se juzgan gravitantes en cuanto se refiere a la caracterización de qué es el Estado y cual su función dentro del orden social impuesto por una sociedad de clases como lo es el capitalismo, ya que en vida de Marx La Comuna fue la respuesta de la revolución obrera al problema del Estado.
En esa perspectiva es que sostiene que “La clase obrera no puede limitarse simplemente a tomar posesión de la máquina del Estado tal y como está y servirse de ella para sus propios fines.” (p. 295).
El Estado sirvió en todas las sociedades para mantener la dominación de los explotadores sobre los explotados pero no es un instrumento que sirve a cualquier dominación, sea cual sea la clase social que la ejerza y por eso es que , en tanto institucionalidad, no flota sobre la sociedad ni puede encarnar los intereses de todos.
El aparato reformista de la autodenominada izquierda , reclama, brega, por un lugar en la institucionalidad y deja en claro que su práctica política concreta, se ubica en la expectativa de consolidarse en tanto tal, como la izquierda del régimen republicano.
Para este objetivo, siguiendo los planteos que en su momento hizo Nahuel Moreno, la “teoría y programa” es la tesis de la “revolución democrática” como supuesta “etapa independiente” y anterior de todo objetivo ligado a la revolución obrera y socialista.
Por la misma razón , se dice que el siglo XX es de la revolución permanente y a la par como su negación es decir, un siglo de burocratización revolución pasiva y restauraciones. Se introduce esto para servir de ingreso a decir, que en sentido diverso ,
el siglo XXI, describe la pérdida del horizonte de la revolución donde las masas explotadas y oprimidas
asisten al vaciamiento de la democracia burguesa llevado adelante por el capitalismo bajo la ofensiva neoliberal, lo que implica como tarea previa su defensa y evitar la reversión de la revolución democrática , institucionalizando el etapismo
Dicho de otra manera. Para materializar todo esto, de modo ideológico , es decir, haciendo una representación falsa de lo verdadero , se da por sentado que nos encontramos de hecho en un estadio de lucha de clases donde prevalecen las acciones políticas de corte ofensivo defensivo que desenvuelve de conjunto la burguesía como clase , situación que ha dejado abierta y planteada la necesidad de una revolución democrática
Esto cambia la militancia y posicionamientos concretos de la acción política , frente a los partidos burgueses que se oponen al gobierno que gestiona la ofensiva-defensiva capitalista porque se toma como camino real y eficiente en el proceso revolucionario hacia el orden socialista un régimen burgués republicano democrático conformado en Estado de Derecho y eso impone como herramienta el frentepopulismo por sobre la táctica de frente único
En definitiva y de modo subyacente, apartándose de la visión sobre el Estado que deja Marx y a la que hemos aludido, se considera que el Estado es el arma de los “sectores populares” contra el neoliberalismo y sus políticas de mercado que avanzan de modo ofensivo sobre la república y sus derechos de ciudadanos
Frente a este despliegue de una acción política de corte reformista que descree de toda construcción revolucionaria en el hoy, un nuevo curso en la militancia obliga al señalamiento, siguiendo los lineamientos de Marx, que el Estado es siempre una herramienta para el sometimiento de la clase trabajadora y que el Estado actual posee un carácter burgués democrático que torna innecesario cualquier planteo frente populista en defensa de la democracia como régimen de gobierno.
Nuevo Curso