En Rosario , esta emplazada en la esquina de Vélez Sársfield y Monteagudo una plazoleta, de la que la mayoría de los que pasan por allí cotidianamente ignoran que lleva el nombre Cosme Budislavich . Otros que si lo conocen, ignoran sin embargo, en gran proporción, por qué lleva ese nombre que la identifica dentro de la selva urbana.
A poco que se avance, se podrá advertir que a Budislavich, le tocó correr en la historia, la parte oscura de la vida proletaria en lucha y su conciencia concentrada en un punto específico que hoy se oculta, se desluce, se menosprecia, que no es otro que saber que efectivamente era un trabajador y todo lo que eso implica en una sociedad de clases dominada por la burguesía y su poder explotador y opresor, que tiene desde la ley habilitado el ejercicio monopólico de la violencia.
Dicho de otra forma, no ignoraba aunque no podamos deducir si su saber era producto de la lectura o la experiencia o de ambas a un mismo tiempo, lo que Marx había hecho Manifiesto: «… la burguesía ejerce una relación de dominación sobre el proletariado, la clase trabajadora, a través de su control de los medios de producción y de la riqueza. La burguesía, dueña de los medios de producción, utiliza este poder para explotar al proletariado, creando una relación de desigualdad y opresión.
Tampoco ignoraba que la burguesía, es la clase dominante en la sociedad capitalista, y que ostenta esa condición, debido a su control sobre la producción y la distribución de bienes y la apropiación-realización del valor creado por la fuerza de trabajo desplegada en acto productivo por los trabajadores.
Finalmente, también había llegado a “aprehender” con toda su existencia desplegada , que esa clase social, los patrones conformados en clase antagónica, utiliza y construye el Estado y sus formas institucionales, como un instrumento de dominación, para mantener el orden social que resulta constitutivo y funcional a la reproducción del capital.
Según narraciones de la época , Cosme Budislavich remendaba madrugadas rosarinas de manera cotidiana transitando las calles de la ciudad para llegar a la zona norte, donde trabajaba con la categoría de “elevadorista” en la Refinería Argentina de Azúcar allí emplazada.
Como comprendía y había asimilado estas premisas traídas en su entendimiento desde su condición de inmigrante europeo , el 18 de octubre de 1901 inició junto a sus compañeros de labores , una huelga para exigir condiciones de trabajo salubres, salarios más altos, pago de horas extras y feriados y una reducción en la jornada laboral, que era de 12 horas diarias.
En las incidencias propias de esa huelga, protagonizada sobre todo por obreros ligados a sectores anarquistas de Rosario Cosme Budislavich fue asesinado por la espalda y se convirtió en el primer obrero abatido por la policía en un acto de represión estatal .
En esa protesta, que se hizo en la zona próxima al acceso a la Refinería, Budislavich estaba con un carro y cuando la policía se estaba llevando detenidos a algunos delegados, que estaba participando de la manifestación, él interpuso el carro para que los agentes no pudieran salir, luego de lograr el objetivo se retira del lugar , e intenta en su carrera, subir a través de una pared, momento en el que efectivos policiales le disparan con resultado muerte.
Virginia Bolten, la «Luisa Michel rosarina» como luego la llamó Juan Bialet Massé, quien también vivió en el Barrio Refinería trabajando de zapatera y también como obrera del azúcar fue quien se ocupó de denunciar públicamente, en encendidos discursos callejeros lo sucedido , destacando que la muerte del obrero .fue a manos de efectivos policiales ,
El asesinato de Budislavich generó una extensión de protestas obreras que trascendieron a Rosario. El 23 de octubre, tres días después del asesinato se realizó la segunda huelga general en la historia de Rosario, en protesta por el homicidio
La respuesta política del poder burgués y su Estado , va sobrevenir con el tiempo a través de la ley Residencia y la expulsión de muchos anarquistas del país, su encarcelamiento y nuevas muertes.
Esta es la misma suerte aciaga que corrieron y se desarrollo en el tiempo otros tantos trabajadores en lucha que terminó teniendo su forma más acabada al plasmare en genocidio durante la década del setenta del siglo pasado, prácticas a las que se le suman por su significación y similitud de proceder represivo, en democracia, las que llevaron a la muerte de Víctor Choque y Teresa Rodriguez.
Durante mucho tiempo, las acciones militantes de clase que se generaron en contexto del régimen republicano democrático burgués en donde nos desenvolvemos, llevaron como consigna identificante del programa socialista, aquella que buscando tener presente a los muchos Budislavich señalaba que “la sangre obrera es lucha y es bandera” y que esa misma sangre derramada “no será negociada”.
Hoy con sorpresa quienes dicen haber levantado esas premisas dejadas por quienes dieron la vida por la emancipación obrera, se han metido con todos sus pertrechos a parlamentarios en el poder legislativo del poder burgués, hacen acuerdo táctico con los partidos del régimen que tenían la gestión de gobierno en ocasión del asesinato de Mariano Ferreyra a manos de sicarios de la Unión Ferroviaria.
También en el mismo plano, nos atiborran con propaganda relativa a los actos del 1 de mayo, donde la centralidad la ocupan los candidatos para el próximo acto electoral , y todo el personal político vocero de esas organizaciones lanzado a cuanto resulte necesario para la preservación de bancas en las elecciones de medio término.
Son tiempos diversos de aquellos que dejaron con sangre obrera, vivo testimonio de como operan las acciones materiales represivas del poder burgués sobre la clase trabajadora, pero a la vez , los efectos de los planes de gobierno en lo que refiere a la existencia concreta remiten a escenarios de pobreza, miseria y desocupación y otros padecimientos de quienes viven de vender su fuerza de trabajo en el mercado laboral comienzan a guardar similitud modernizada con los que padecían B y sus compañeros
De esta manera se da el fenómeno de complejidad constatable, relativo a que los escenarios de miseria y pobreza en que hoy nos encontramos, no generan reacciones sociales similares a las que nos relata la historia en tanto ciencia , ya que nos remiten a signos reveladores del estadio más bajo en la configuración de la lucha de clases, donde los trabadores en tanto clase social, por carecer de organización y dirección revolucionaria no trascienden en sus acciones hacia el logro de su interés estratégico de emancipación social ni se constituyen en cuanto tales en fuerza política apta para desenvolver una política autónoma de clases y construir su propia organización partidaria .
Hemos retornado, a una situación de lucha de clases en la que “los obreros forman una masa diseminada por todo el país, desunida a su interior por la concurrencia. Las concentraciones de masas de obreros no son todavía fruto de su propia unión, sino fruto del interés político de sectores de la burguesía, que para alcanzar sus fines políticos propios tiene que poner en movimiento a los trabajadores, sindicados o no, formalizados o no. Tal como supo dejar escrito Marx, en esta etapa, “los proletarios no combaten contra sus enemigos, sino contra los enemigos de sus enemigos…” (Manifiesto Comunista, burgueses y proletarios ,pag. 21 edit. Ips)
Dicho de otro modo, No faltan hoy las luchas en algunos casos masivas y en escenarios de ocupación de calles que dan señales de confrontación pero en todos ellos subyace el interés de algún sector de la burguesía buscando confrontar por el contenido de la agenda de gobierno del Estado, que ocupa rol de dirección en esos movimientos.
Por otra parte ya no hay posibilidades de cortar camino dentro de las estructuras del orden social capitalista , de allí que , ninguna de las variantes reformistas, sirve para enfrentar al capitalismo en descomposición, sino todo lo contrario, ya que en todos los casos, la realidad ubicó a gestiones de esa naturaleza en situación de ser actores funcionales a la reproducción del capital.
El trabajo político militante en rol de vanguardia , se ve necesariamente implicado en lograr destrabar esta situación llevando al conjunto de la masa de trabajadores a trascender en modo ascendente a un nuevo estadio de lucha de clases que suponga morfológicamente una confrontación más abierta de clase contra clase.
Esa militancia concreta y determinación finalista por los objetivos estratégicos revolucionarios ,si bien tropieza con los obstáculos materiales que marca el proceso de decadencia en la propia estructura productiva y reproducción del capital , no obstante no se ve impedido de poner en acto, la construcción del partido revolucionario de los trabajadores, para dotar de una dirección operativa, que conduzca a la lucha en el marco de las determinaciones que emerjan del programa revolucionario puesto en acto.
Sobre esta idea marco, como sendero que marca el trabajo militante, debe sin embargo advertirse que cualesquiera que sean las modalidades que adquieran los partidos expresan siempre un interés de clase y son los instrumentos que usan las clases sociales para su actuación política.
Desde esta perspectiva es que luego hay que avanzar señalando que el partido, expresión de la conciencia de clase, no puede generarse en sectores que manifiestan su atraso pensando y haciendo con la cabeza de la burguesía dominante, con lo que denotan su falta de consideración activa a toda referencia que pueda ligarlos al objetivo de construcción de un nuevo orden social superador del capitalismo
Sólo en su sector minoritario, en su vanguardia es posible plantear a los trabajadores la necesidad de construcción del partido de clase conformado como herramienta para la puesta en acto del programa socialista revolucionario.
En este sentido Guillermo Lora se ocupó de exponer que “La conciencia de clase se concentra en la vanguardia, vanguardia que no es partido automáticamente, que tiene todavía que organizarse alrededor de las ideas claras de la política proletaria; esta vanguardia organizada es el partido, que a su vez es sólo una parte de la vanguardia”
Es por esta razón objetiva nacida del proceso mismo de la lucha de clases, que el partido revolucionario tiene que ser minoritario, no puede comprender a toda la clase obrera -aunque su misión es acaudillar al grueso de las masas en su lucha contra el poder burgués y el capital.
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