Uno de los problemas relevantes que tiene una organización política , cualquiera fuese su dimensión, aunque con mayor incidencia en lo que se generaliza como círculos de propaganda socialista , es la reacción que tiene ese núcleo frente a la sociedad en la que actúa, cuando esta le deja ver signos concretos de que le es adversa a su propaganda y sus propósitos estratégicos finales .
Frente a esta expresión de ignorancia o rechazo de los contenidos políticos de la propaganda , la organización debe fijar constantemente que significa esa oposición y si esta es en sí misma permanente y absoluta.
Si de esa situación , el posicionamiento en términos generales, es oponerse en forma absoluta a esa reacción negativa de la propaganda en la población, con lo que se cae irremediablemente en el aislamiento o en asimilar la negatividad y producir a consecuencia la reformular adaptativa a esa presión concreta del tejido social . Usualmente cuando todo esto ocurre, sucede en definitiva , un apartamiento del programa o sus tesis principales lo que indica en mayor o en menor medida una línea adaptativa que implica un nuevo esquema de representación , táctica y estratégica que se aparta del objetivo den transformar ese orden social capitalista , para pasar en el mejor de los casos a una aspiración de reforma.
En la historia, la emergencia de fenómenos de ese tipo, ha traído consigo una sola respuesta que por serlo no evita generar otro problema que es el de la actitud pasiva o la inacción frente a las contingencias de la realidad. Que obliga a la elaboración abstracta de esquemas ideológicos para justificar esa parálisis, como aquellos, por ejemplo que aluden a que una acción política es imposible «porque no da la relación de fuerzas».
Lo cierto por fuera de esto es, que el aislacionismo en que caen con frecuencia, los grupos de propaganda socialista, tiene un efecto negativo en tanto esa marginalidad teórica y en los hechos, más allá de la dificultad de la no receptividad del programa, impide además combatir las ventajas materiales inmediatas frente a los fenómenos que trae consigo la participación oportunista o la aceptación acrítica de las ideas dominantes .
Todo esto trae consigo la necesaria revitalización de la idea de programa , estimada como eje o vector desde donde el desarrollo teórico toma cuerpo práctico en la forma organizada de la acción política en partido de clase, que por la consolidación práctica de su programa hace posible que las categorías analíticas del marxismo no se constituya en una exégesis de los textos clásicos, sino en un desarrollo en los hechos de esa crítica sobre lo contemporáneamente dado.
#La elaboración del programa (conocimiento de la realidad objetiva, de la mecánica de clases y revelación de las leyes del desarrollo y transformación de la sociedad con ayuda del método marxista) corresponde a la etapa en la que algunos elementos, considerados como individualidades, se aglutinan alrededor de ideas políticas centrales…..No se puede esperar que desde ese momento tales ideas agrupen al grueso de las masas o se materialicen por el solo hecho de haber sido incorporadas en el texto de un programa. La férrea organización del Partido y su entroncamiento en la clase constituyen los pasos necesarios y previos para el logro de tal finalidad. (Guillermo Lora «El partido y su organización)
Es el programa, y su construcción dialéctica con la realidad y los escenarios concretos de la lucha de clases lo que en definitiva hace que sea posible ocupares de las diferencias y contradicciones reales , dentro de una nueva estructura de los conflictos de clase, acorde con la coyuntura contemporánea.
El programa es una estrategia y una táctica, una línea política que no nace , ni se desarrolla en plano abstracto, en la media en que el partido revolucionario se organiza para materializar el, para llevarlo por la militancia de la vanguardia trabajadora al seno de las masas. La práctica diaria demostrará cómo el propio programa debe ser constantemente ajustado y cómo su aplicación es siempre una novedad. Las definiciones programáticas son el emento más dinámico dentro de una organización revolucionaria por mínima que esta fuese convirtiéndose en los hechos en el antídoto contra el aislamiento y a marginalidad política de esa organización.
La organización política de los trabajadores, es decir, el órgano colectivo necesario para el desarrollo de la labor de la vanguardia obrera sobre las masas trabajadoras en el empeño por convertir su programa en fuerza material que haga posible en los hechos el pasaje de la clase trabajadora en sí , a clase trabajadora para sí.
Una teoría fijista, que ponga énfasis estático sobre categorías rígidas, no tarda en descubrir que es abstracta con relación al desarrollo de la sociedad y la negativa a recrear en los hechos esas categorías devenidas en discurso abstracto, conduce a utilizarlas de modo erróneo sin advertir que en ese empleo esta en gran medida la matriz del aislamiento.
Nuevo Curso