“….mientras la mayoría de los genocidas de la dictadura disfrutan del confort de sus hogares, sin escándalo alguno desde el poder político, judicial o mediático, un sector de las clases dominantes insiste en instalar que la corrupción como el mayor de los males”.
Esto que antecede , lo dice Izquierda Diario quien lo pone como dichos de Myriam Bregman. Es necesario detenerse en el texto en una forma en que no lo hace la nota que lo toma como su encabezamiento.
Hay que detenerse para apreciar el método que deja traducir, que por lo demás luce como herramienta ideológica por estos días , buscando como tal , conformar una falsa acepción de lo verdadero.
Precisamente es Marx quien destaca en su tiempo por lo inverso es decir por centrar su crítica en el llamado paradigma de la inversión apuntando a señal que por la intervención ideológica sobre el fenómeno se invierte su realidad permitiendo que lo falso prime sobre lo real existente.; es decir, la concepción de la ideología como una inversión de la realidad, con lo que “la zurda” de librería abandona los cimientos y hace culto exacerbado de la apariencia de la imagen con tributo pagado y no adeudado al estructuralismo y la posmodernidad .
Bregman y el órgano que difunde la propaganda política de su partido, confrontan de modo arbitrario , genocidio y corrupción , destacando que los sujetos ligados a esto último son materia de mayor disvalor que los primeros.
La arbitrariedad de comparara manzanas con bananas es la que marca el sesgo ideológico y de formación de supuesto argumento de impacto en cuatro líneas y le resta toda entidad en el necesario espacio del conocimiento.
Es usual y frecuente que la propia Bregman participe de la pretensión relativa a que los genocidas permanezcan en cárceles comunes pidiendo tengan igualdad de trato que el resto de las personas privadas de libertad en establecimientos carcelarios del país. Luego si alguno de ellos no lo hacen , es porque razones humanitarias imponen sea por su edad o sus condiciones de salud algún apartamiento de la norma.
Esta situación objetiva que muestra al menos desde lo concreto un tratamiento puntual que se corresponde con paradigmas constitucionales en el sentido de “cárceles sanas y limpias, para seguridad y no castigo de los reos”, diverso al “que se pudran en la cárcel” es precisamente el reclamo que hoy hacen los abogados que asisten a Cristina Fernandez en el proceso que le ha conducido a revestir en la condición jurídica de condenada , explicitado en la demanda de prisión domiciliaria, según lo autoriza la propia legislación.
De manera que la metodología de conocimiento del fenómeno en sí , es cotejar el régimen carcelario de los genocidas y el que habrá de corresponderle a Cristina y no relacionar, genocidio como delito con el delito de corrupción.
Mas allá que se admite en algunos casos diferencia de tratamiento intracarcelario, la regla la fija la constitución que es el texto normativo al que acude Bregman y toda la propaganda política a la que curiosamente se ha adscripto, para impugnar el fallo que ratificó la condena dictada por los jueces de baja instancia a Cristina Fernández.
Dicho de otro modo, se acude a la norma superior constitucional para tildar al fallo de la corte como inconstitucional por avalar violaciones de derecho de esa jerarquía producidos durante el proceso seguido a la ex presidenta, pero a la par se considera que no es posible que los penados por genocidio puedan acceder a regímenes especiales de cumplimiento de pena por su edad y salud y en paralelo que Cristina si debe ser beneficiaria porque su caso se trató de corrupción.
Indirectamente se dice que efectivamente se trata de un caso de corrupción y por otra parte se establecen escalas entre los delitos en la faz del cumplimiento de pena y no en los montos de las penas mismas.
La diversidad entre un genocida y un corrupto, esta dada por el monto de la pena y los beneficios que uno y otro puedan tener en el régimen de resocialización que le sigue a esas penas. Por ejemplo, Cristina podrá recuperar libertad ambulatoria en el curso de aproximadamente cuatro años sobre una condena de seis años de prisión y al cumplir tres años , podrá tener salidas transitorias, más allá de las reducciones de pena que le correspondan por su actividad en ese período que de señalamientos para calificación de conducta ejemplar que habilita esos beneficios dentro de la restricción de libertad. Nada de eso opera con un condenado por genocidio que tiene una modalidad y monto de pena que lo impide.
Mas allá de esto , lo cierto es que la comparación de efecto que busca Bregman es arbitraria, artificiosa y no genera otra cosa que el ocultamiento de la realidad, por las implicancias sociales que tiene un hecho histórico enjuiciado con sus responsables detenidos , que no tiene vestigios de reproducción , con un comportamiento de signo económico que hace incluso hasta el propio desenvolvimiento de la economía por vía criminal y a la desnaturalización de la función pública que es de interés actual e inmediato por el gravamen irreparable que causa a la credibilidad de las acciones de quienes habitan en el poder , fenómeno que no tiene recorte histórico pues en él hay siempre un después y ninguna fecha de vencimiento para el nunca más.
Todo esto sucede en gran medida porque Bregman y su partido , han tomado distancia definitiva e irreparable del camino revolucionario y en paralelo , ascendido a la ruta que marca el reformismo y el oportunismo parlamentario, pecera de confort desde donde se lanzan estas propagandas de neto corte ideológico.
En esa orientación estratégica claudicante al orden social capitalista, Bregman y su partido intentan tener un papel específico en el escenario de apariencias que se monta desde el sector burgués que se referencia en Cristina Fernández y ve amenazada su continuidad en el lugar de poder burgués que siempre tuvo más allá de su fracaso en las urnas por vía del bloque de legisladores que conduce y el porcentaje de adherentes en la población que aún preserva.
Bregman pretende un lugar en la escena y a dos días de que se realice una acción política de calle por esos sectores , emite el discurso que comentamos, acude a un formato ideologizado , para que se la considere como una más en el interés afiebrado de que ese colectivo la incorpore y a futuro parte del mismo le dé su adhesión a no se sabe bien qué, porque en ningún caso se enuncia discurso alguno, ni se dice propagandísticamente que lugar ocupan los trabajadores y su estrategia emancipatoria en todo esto.
La necesaria proyección, construcción y organización de una política independiente y autónoma de la clase trabajadora desde donde diseñar su propio camino al poder obrero, brilla por su ausencia y además complejiza, obstruye y obstaculiza la realización de esa tarea por los revolucionarios que se suman a la vanguardia trabajadora que lucha por otro orden social.
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