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MARECHAL Y LA LUCHA DE CLASES

A 55 años de su fallecimiento, traemos al presente a Leopoldo Marechal , una escritor cuya lectura deviene imprescindible , a quien los trabajadores deberíamos conocer profundamente , en particular los jóvenes que buscan con afán su lugar en el contexto de sobrevivencia capitalista , para hacer parir de sus letras una visión transformadora de ese orden social , con las premisas convivenciales del principio de justicia comunitaria, intentando resolver los problemas y conflictos dentro de una comunidad, priorizando la participación, la deliberación, y la búsqueda de soluciones que beneficien al conjunto de sus miembros, en lugar de centrarse exclusivamente en el castigo o la retribución.
Marechal nació el 11 de junio de 1900, en la Ciudad de Buenos Aires. Según lo refiere y lo narra su entorno familiar, comenzó a escribir a los 12 años, sin embargo sus impresiones emocionales se ven fuertemente marcas por su ingresó laboral a una fábrica contando con trece años , sitio donde entrecruza su experiencia familiares con las objetivas relaciones de producción que hacen que su “otro” en proximidad sean quienes como él , entregan gran parte del día a esas actividades buscando satisfacer o colaborar con su familia en la cobertura de las necesidades básicas.
Mas temprano que tarde , los claroscuros de esas experiencias alienantes determinaron la protesta y su despido .
Con esa impronta emocional como determinante, en 1916 ingresó en la Escuela Normal de Maestros N° 2 Mariano Acosta. Egresó a fines de 1919 con el título de Maestro.
Mas tarde ese mismo derrotero lo lleva a ser bibliotecario y profesor de enseñanza secundaria y reciclar una y mil veces su afán por la escritura, tanto sea como poeta, o como dramaturgo, novelista y ensayista.
La crítica concuerda en señalar como su novela fundacional, la que llevó el título : Adán Buenosayres, que fue publicada por primera vez, el 30 de agosto de 1948, tras muchos años de elaboración.
Su lectura deposita al lector en un estilo que lo ubica en una suerte de complicidad con el autor a partir de claves que deposita a lo largo de la narración . Es así que quien se ocupa de su lectura , descubre detrás de los personajes principales a escritores y personajes de la vanguardia porteña que Marechal supo frecuentar en en su juventud.
También en 1941 obtuvo la más alta distinción de la poesía argentina: el Primer Premio Nacional de Poesía, por sus libros «Sonetos a Sophia» y «El centauro» (ambos de 1940).
Sin embargo, nuestro propósito no es dar cuenta de una trayectoria y sus devenires , sino reparar en y reproducir un señalamiento paradigmático que Marechal vuelca en su novela “Megafón o la guerra” , cuando nos dota a sus lectores y proyecta a través de la vanguardia militante hacia la masa de trabajadores de esta brújula metodologíca:
• “Los conflictos del hombre no son muchos en lo esencial, se repiten a través del tiempo apareciendo bajo distintas formas despistantes en su modernidad” l

Después de los fusilamientos del basural de José León Suárez y del Gral. Valle en la penitenciaria nacional en 1956, por personeros de la “Revolución Libertadora”, Megafón quiere dar batalla a los usurpadores cíclicos del poder mal habido. Tiene una teoría: que la patria es una víbora enroscada en un árbol, la cual tiene dos peladuras. La primera está materializada de forma fantasmal por hombres y cosas que habían muerto en el país, políticos ya desintegrados en sus tumbas, asaltantes ya históricos en el poder y en el dinero. Estos fantasmas reencarnados constituyen la exterioridad visible del país, la peladura externa de la víbora. La segunda está encarnada por un pueblo sumergido, que quiere salir a la superficie y mostrar sus escamas al sol, pero la peladura externa de la víbora no lo deja.
Con el fin de que la víbora suelte su pelecho de fantasma, Megafón planea una guerra que consta de dos batallas: una celeste y otra terrestre.
La terrestre estará integrada por una serie de enfrentamientos dialécticos que realizará con su grupo comando a los responsables del “drama nacional”. La celeste se centrará en la búsqueda de una mujer mitológica, llamada Lucía Febrero o la Novia Olvidada que ha sido raptada. Finalmente, Megafón, además de ser asesinado es descuartizado y sus partes son arrojadas en diversas geografías.
Brota, se mantiene y busca proyectarse en el tiempo esta impronta política desde la literatura que marca la vida de Marechal, que con igual afán busca ser silenciada y oscurecida en el olvido por los instrumentos culturales del poder burgués. Tal vez Megafón no haya muerto y su vitalidad anide en las manos, en el esfuerzo, en el intelecto de cada trabajador pujando por un nuevo orden social , diverso de la existencia en la barbarie del capitalismo y su sociedad de clases
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