El encuentro “Democracia siempre”, celebrado recientemente en Chile , dejó entre sus principales planteos, la regulación de tecnologías emergentes, en favor del multilateralismo, la defensa de una democracia de mayor intensidad, la reducción de las desigualdades, la lucha contra la desinformación, y la cooperación internacional basada en la justicia social.
En la previa al evento, los cinco mandatarios que se convocaron, firmaron una columna en el diario chileno El Mercurio, en la que expresaron:
• «En distintos rincones del planeta, la democracia enfrenta un momento de grandes desafíos. La erosión de las instituciones, el avance de los discursos autoritarios empujados desde distintos sectores políticos y la creciente desafección ciudadana son síntomas de un malestar profundo en amplios sectores de la ciudadanía. A ello se suman las persistentes desigualdades, el retroceso en derechos fundamentales, la difusión de desinformación y discursos de odio en plataformas digitales, y la expansión de redes criminales que desafían la legitimidad del Estado»…..«Ante este escenario, no cabe el inmovilismo ni el miedo. Defendemos la esperanza. En un mundo cada vez más polarizado, como líderes progresistas tenemos el deber de actuar con convicción y responsabilidad frente a quienes pretenden debilitar la democracia y sus instituciones. Porque no basta con evocar la democracia ni hablar en nombre de ella: debemos fortalecerla, renovarla y hacer que vuelva a ser significativa para quienes sienten sus promesas incumplidas. Es con más democracia como crearemos más oportunidades para las personas, y como mejor nos adaptaremos a los retos globales que suponen la inteligencia artificial o el cambio climático. Resolver los problemas de la democracia con más democracia, ese es el principio que convoca a los gobiernos de Chile, Brasil, España, Uruguay y Colombia a la Reunión de Alto Nivel ‘Democracia Siempre’, Luego en el mismo pronunciamiento agregaron:
• «Este esfuerzo compartido no es solo la continuación del encuentro impulsado por los gobiernos de Brasil y España, durante la Asamblea General de las Naciones Unidas del año pasado, sino que da un paso más. Porque lejos de ser un gesto aislado o simbólico, es una iniciativa que busca defender la democracia como un bien común».
Esta prolongada descripción nos muestra como para estas construcciones políticas , las masas trabajadoras, sean estas consideras en sí mismas o en tanto clase social, han sido excluidas de sus discursos y por ende de la realidad, partiendo de la base que para estos mandatarios hay acuerdo en cuanto a que la verdad, queda reducida a un relato y si ese relato no alude a los sujetos que eventualmente serían encargados de sus propósitos específicos, esas masas operarias no existen ni en sí , ni para sí.
A contramano de lo que estos mandatarios sostienen, se hace necesario recordar, que la democracia no es un espacio neutral, sino una forma de gobierno específica a la forma de Estado república por la que constitucionalmente toma forma jurídica el poder burgués y sus políticas descargadas sobre explotados y oprimidos , que garantiza el dominio de clase bajo declaraciones abstractas de derechos subjetivos y garantías individuales que nada garantizan .
En las tesis que presentara al I Congreso de la III Internacional el 4 de marzo de 1919 Lenin pareciera que pese al transcurso del tiempo y a más de un siglo de distancia, pareciera que estuviera dando respuesta a esta cumbre de presidentes auto titulados progresistas. En ese texto el revolucionario bolchevique sostiene lo siguiente:
• “……la burguesía y sus agentes en las organizaciones obreras se mueven convulsivamente con el fin de hallar argumentos ideológico-políticos para defender la dominación de los explotadores …”
• “Entre esos argumentos se esgrime particularmente la condenación de la dictadura y la defensa de la democracia. La falsedad y la hipocresía de este argumento, repetido en mil variantes por la prensa capitalista y en la Conferencia de la Internacional amarilla de Berna[ 1], celebrada en febrero de 1919, son evidentes para todos los que no quieren hacer traición a los principios elementales del socialismo…… Ante todo, ese argumento se basa en los conceptos «democracia en general» y «dictadura en general», sin plantear la cuestión de qué clase se tiene presente. Ese planteamiento de la cuestión al margen de las clases o por encima de ellas, ese planteamiento de la cuestión desde el punto de vista -como dicen falsamente- de todo el pueblo, es una descarada mofa de la teoría principal del socialismo, a saber, de la teoría de la lucha de clases, que los socialistas que se han pasado al lado de la burguesía reconocen de palabra y olvidan en la práctica. Porque en ningún país capitalista civilizado existe la «democracia en general», pues lo que existe en ellos es únicamente la democracia burguesa, y de lo que se trata no es de la «democracia en general», sino de la dictadura de la clase es decir, del proletariado, sobre los opresores y los explotadores, es decir, sobre la burguesía, con el fin de vencer la resistencia que los explotadores oponen en la lucha por su dominación…..”
. La historia enseña que ninguna clase oprimida ha llegado ni podría llegar a dominar sin un período de dictadura, es decir, sin conquistar el poder político y aplastar por la fuerza la resistencia más desesperada, más rabiosa, esa resistencia que no se detiene ante ningún crimen, que siempre han opuesto los explotadores. La burguesía, cuya dominación defienden hoy los socialistas, que hablan contra la «dictadura en general» y se desgañitan defendiendo la «democracia en general», conquistó el poder en los países adelantados mediante una serie de insurrecciones y guerras civiles, aplastando por la violencia a los reyes, a los señores feudales, a los esclavistas y sus tentativas de restauración. En sus libros y folletos, en las resoluciones de sus congresos y en sus discursos de agitación, los socialistas de todos los países han explicado miles y millones de veces al pueblo el carácter de clase de esas revoluciones burguesas, de esa dictadura burguesa. Por eso, la defensa que hoy hacen de la democracia burguesa, encubriéndose con sus discursos sobre la «democracia en general», , son una traición descarada al socialismo, el paso efectivo al lado de la burguesía, la negación del derecho del proletariado a su revolución, a la revolución proletaria, la defensa del reformismo burgués en un período histórico en el que dicho reformismo ha fracasado en todo el mundo y en que la guerra ha creado una situación revolucionaria.
• Marx que aquilató mejor que nadie la importancia histórica de la Comuna, mostró, al analizarla, el carácter explotador de la democracia burguesa y del parlamentarismo burgués bajo los cuales las clases oprimidas tienen el derecho de decidir una vez cada determinado número de años qué miembros de las clases poseedoras han de «representar y aplastar»…
Perry Anderson a más de cuatro décadas de hacer público su libro “Consideraciones sobre el marxismo occidental , publicada en 1976 se constituye aún hoy, en un referente de las matrices intelectuales que subyacen en la trastienda de estas expresiones ideológicas mancomunadas en el encuentro internacional al que aludimos.
Buscamos las referencias que produce Anderson en la pretensión de no esbozar una crítica por las formas sino, en sentido inverso , resaltar los peligros sustantivos que se siguen de la acción de estos aparatos políticos, haciéndolo por las necesarias descripciones, causas , razones y tendencias de ese fenómeno intelectual que fue lo que se conglobo bajo la denominación marxismo occidental .
La gravitación que esta versión ideologizada y corporizada por los mandatarios reunidos en este encuentro internacional desarrollado en Chile, es significativa en tanto en gran medida se constituyó en el pensamiento de la generación que precede a la presente juventud trabajadora y tiene particular responsabilidad en la marginalidad en la que se ubican las organizaciones políticas que recibieron y se hicieron cargo de esos planteos básicamente centrados en el abandono del bolchevismo y toda la cultura militante que le fuera tributaria en los hechos y en los discursos.
De esa ideología según lo indica Anderson , es posible apuntar dos elementos significativos que marcan el apartamiento de las categorías analíticas generadas por Marx ,que se deja ver en el encuentro trasandino.
El primer factor o elemento, al que ya nos hemos referido en anteriores párrafos de este texto, es la producción de un discurso que no tiene a los trabajadores como sujeto de ese discurso, sino más bien que se aleja de ellos como posibles receptores, mucho más aún si se trata de trabajadores que hayan generado por sí algún atisbo de organización.
El segundo elemento es el amparo que estos aportes intelectuales encuentran en la tradición filosófica idealista yacente en los trabajos y publicaciones de Kant y Hegel como fase superior de lo que se agrupo filosóficamente como la ilustración .
El marxismo occidental particularmente generado en el espacio abierto por el período histórico iniciado tras la segunda guerra mundial es una producción intelectual puramente académica, universitaria , sin sujeto del discurso y sin objetivos concretos en la acción política directa e inmediata, sin perjuicio de lo cual le ha sido útil a estos movimientos políticos de los que hacemos referencia en la emergencia de sus lideres estatales, por su fusión sin solución de continuidad con las emergencias ideológicas de lo que se conoce como posmodernismo, dando base explicativa para este momento que implica lejos de la superación de la modernidad capitalista, un estadio superior de la misma en tanto fundamento del orden social dominante que se encuentra , presidido por la decadencia erigida sobre la crisis de reproducción del capital globalizado .
En palabras de José Pablo Feinmann, “olvido del ser, demonización de la subjetividad en beneficio de los objetos “.”Es claramente -según Francois Dosse-esta muerte del hombre la que fascina a la época y son muchos los que se apresuran tras el cortejo fúnebre”
De estos elementos que destacamos subyacentes en el discurso de los mandatarios en el cónclave al que nos venimos refiriendo , se sigue además, una diferenciación categórica con el marxismo-leninismo ,en la medida en que mientras el bolchevismo hizo de la teoría revolucionaria una guía para la acción del sujeto revolucionario , el llamado progresismo se convirtió en reflexión sin sujeto revolucionario, y con eso dejó la puerta abierta al arribo de las tesis del posmodernismo que no tuvo más que atar los cabos sueltos que dejaban los discursos del marxismo sin sujeto y sin revolución frente a la modernidad capitalista en crisis.
Todo esto implica abandono de las categorías específicas de la economía política, del problema político relativo al Estado y su presencia como dictadura de clase cualquiera fuese la forma que pudiera asumir y se instala en el terreno de la cultura, el lenguaje y la estética bajo el paragua de la defensa de la democracia como si esta fuera una construcción abstracta cuyos perfiles se definen en el aquí y ahora desde la sociedad civil desconociendo la relación directa que tiene con la estructura productiva presidida por la relación capital -trabajo.
De la misma manera, al desconocer la significación de los trabajadores en tanto sujeto de la superación revolucionaria necesaria del orden burgués se rechaza con las mismas implicancias, la centralidad de la lucha de clases y se las sustituye por múltiples “formas de dominación” dispersas en las diversidades yacentes en ese régimen con lo que se , prepara el terreno para el pensamiento posmoderno.
No se trata ya de conquistar el poder para abolir las clases, sino de “resistencias” culturales, deconstrucciones infinitas, identidades fragmentadas y rechazo enfático de la noción de totalidad
El discurso que en este siglo se adueñó del lenguaje de las organizaciones que reivindican un lugar y no una representación de clase, acudiendo al término “izquierdas” desgrana con severidad la tesis según la cual, el lenguaje , los signos y los significantes se ubican por encima de las relaciones materiales, con repudio a la idea de verdad objetiva y con ello a toda posibilidad de diseño político de una finalidad estrategia revolucionaria, desplazando la revolución por la integración reformista en el Estado burgués. Frente a esto reaparece Jean Paul Sartre , en una radio abierta en mayo del 68 y su palabra se ubica en el lugar de brújula que marca un norte diverso a las conclusiones de lo que queda del llamado progresismo. Dice el filósofo francés: » …A la juventud solo le queda la violencia para expresarse en una sociedad que rechaza el diálogo con los que no quieren el modelo adulto que se les presenta por el poder” (La filosofía y el barro de la historia. José Pablo Feinmann pag.529)
Por todo esto, no es ocioso volver a Lenin , máxime cuando este en el mismo documento ya citado concluye y nos deja esta conclusión también sumamente orientativa para quienes hoy de manera honesta, desde la clase trabajadora militan por un nuevo orden social superador del capitalismo: “…Es completamente natural, por ello, que la mayoría de los hombres de la Internacional amarilla de Berna se haya pronunciado por la condenación de los bolcheviques. Eso no ha sido la defensa de la «democracia pura», sino la autodefensa de gentes que saben y perciben que en la guerra civil se encuentran al lado de la burguesía, contra el proletariado”.
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