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La juventud trabajadora y la conciencia de clase.

La frase «paso a la juventud revolucionaria», tantas veces invocada, hacía referencia en su momento histórico de gestación como consigna a un momento de transición y cambio, usualmente asociado con la entrada a la edad adulta y la asunción de nuevos roles y responsabilidades en la sociedad. Esta etapa se caracteriza por el vigor, el entusiasmo y la capacidad de adaptación, tanto física como intelectual. Históricamente, la juventud ha sido considerada un motor de cambio social, capaz de revolucionar legados y construir nuevas realidades.
En el contexto específico de la premisa , «paso a la juventud revolucionaria» hay una referencia necesaria a un cambio de etapa vital, donde se deja atrás la adolescencia y se ingresa a una fase de mayor autonomía y participación en la vida pública. Esta transición no solo implica un cambio biológico y psicológico, sino también una transformación en la forma en que se interactúa con el mundo y se contribuye a la sociedad.

Sin embargo, la intervención en el anhelo de comprender la situación de la juventud trabajadora en el día a día , no puede someterse a preceptos dogmáticos o afirmaciones generales que transitan por lo abstracto y como tales no necesariamente expresan la materialidad de la existencia.

Los jóvenes que se referencian en la clase trabajadora y aquellos que han quedado en el lodazal de la exclusión de la economía de producción formal y desalojados hacia lo que se conoce como población sobrante , en términos generales no se consideran como lo indica su objetividad existencial sino por su condición etaria vital desde donde reclaman para sí el derecho de ser jóvenes como si esa situación dejase de ser transitoria y tuviera permanencia en el tiempo, por lo que no reconoce ayer ni mañana, lo que indica que no se piensa en quienes estaban en ese ayer y mucho menos en los podrían estar mañana
Puede decirse estirando el concepto que la presencia de lo joven es hoy más que una edad de la vida sino una categoría excluyente que implica para lo que no lo representa , su negación conceptual, expresada en la idea de caducidad, tal como si los seres humanos no tuvieran otras notas esenciales diversas de los objetos y más aún , de las herramientas,

Todo se concentra y se exhibe como una situación que montada ideológicamente y por sedimentación de comportamientos análogos ,desplaza a las clases y con ello los efectos de confrontación social que aquellas implican, tal punto que las organizaciones políticas centran sus despliegues en los jóvenes a los que les atribuyen naturales capacidades transformadoras de lo social por esa sola circunstancia .Lo “joven” generaliza el existir de quien así se consideran o autoperciben , por encima de cualquier confrontación interna que pudiera darse en el seno de ese pretendido colectivo.
Sin embargo, también hay que detenerse en que toda esa superestructura realiza en los hechos, una sustitución de “odios” en con eje en lo diverso, es decir, odio a lo que no es joven y a todo lo que pretenda permanecer .
Hoy es tolerable un joven se afilie a la sumisión y endiosamiento de cualquier fetiche mercantiles inscribiéndolo incluso en su cuerpo señalando pertenencias abstractas que lleva también , en su vestimenta, , cualquiera fueses sus ingresos, pero en el mismo momento no vea nada peor que “el viejo” o “lo viejo” al que abomina y que siempre es adjetivado con su asimilación imaginaria en “la mierda”.
Dicho de otra manera, ya no hay un “burgués de mierda” hay un viejo de mierda. Con este último ni olvido ni perdón , como si la existencia se tratara de una adolescencia prolongada donde la responsabilidad de aquello de lo que se adolece, la tienen los adultos, que por tales también son aborrecibles .
De toda esta situación actitudinal llevada al plano de la cultura y de las consiguientes determinaciones de voluntad , se sigue una adolescencia prolongada como única forma válida de andar por la vida y desde donde imputar, esgrimir y sobre todo demandar a lo diverso haciendo de esto el sentido detenido en lo temporal, del existir, todo a cambio de un plazo de gracia para la irresponsabilidad
Los que buscan razones insisten en que sin embargo los motivos que llevan a todo esto que enunciamos, siguen priorizando factores subjetivos en tanto se perfila en ultima instancia, una nueva comprensión intelectual de la condición humana solo reducida a fuerza de trabajo.

En ese contexto los jóvenes trabajadores no buscan reflejarse en lo que perciben segmentariamente fuera de ellos sino que en sentido inverso se construyen sobre sí mismos y otorgan un espacio más significativos a las vacilaciones, las dudas y relativizan las posibilidades de acceder a certezas.
En paralelo y de manera generalizada, toman opción por una visión de la libertad ajena a todo concepto de contribución individual a un orden social totalizador y mucho más de toda idea de cooperación solidaria reconociéndose en la sociedad y no por sobre la sociedad .

De este modo, en teoría, los jóvenes no están ya disponibles para nada que no sea lograr su propia zona de confort al costo que ella implique y sin que las razones relativas a los obstáculos se liguen en el entendimiento generalizado a un conflicto de clases derivado de relaciones de producción que implican explotación y dominio cultural opresivo lanzado sobre una clase social.
En esa inteligencia la ideología dominante hace un primer movimiento que consiste en negar la existencia de Dios y toda finalidad trascendente del ser humano; el segundo, en correlación con esto , apunta a eliminar la subjetividad exaltándola , reduciendo el mundo con el hombre dentro a un sistema de objetos vinculados entre sí por relaciones universales de intercambio .
Nuevamente se presenta entonces, en el escenario de crisis de reproducción de la relación social “capital”, otro aspecto omitido por la propaganda política que es olvidado o en sentido inverso, sustituido por una exaltación oportunista de los jóvenes sin desarrollo de todos los elementos narrados precedentemente que conspiran para su intervención revolucionaria de independencia y autonomía de clase por los trabajadores en busca de la construcción de su propio poder político .
Dicho de otra manera, el déficit de la política reformista y oportunista que se traduce en términos generales, en seguidismo a un sector de la burguesía que contiene toda la acción política de las organizaciones también se expresa en la consideración que se tiene por la juventud trabajadora.
La lucha en clave de propaganda política implica cuestionar lo dado en la realidad con juicio crítico desde el punto nodal de adjudicar a la juventud trabajadora un rol esencial en la militancia revolucionaria , denunciando todas las acciones ideológicas que se vuelcan sobre ella para reducir sus potencialidades .
En «Paso a la Juventud Trabajadora» Trotsky también en un contexto histórico de crisis del capital , analizó la importancia de la juventud trabajadora en la lucha revolucionaria y su papel en la construcción del socialismo. En esa intervención , destaca la necesidad de integrar a los jóvenes trabajadores al movimiento revolucionario, reconociendo su potencial como fuerza de cambio y su capacidad para romper con las tradiciones y el conservadurismo.
En ese sentido, enfatiza que la juventud trabajadora necesita ser educada en los principios del socialismo científico y en la teoría marxista para poder comprender la lucha de clases y participar activamente en ella. Esa es una faceta de la militancia partidaria que juega como una verdadera escuela de formación de cuadros.
La realidad muestra que la cuestión no es ni adaptación ni negación por el silencio en lo que refiere a la cuestión de la juventud . Se abre un nuevo capítulo en nuestras vidas y sus primeras hojas están casi en blanco. Ese vacío nos habilita a reclamar desde la militancia y la propaganda política la reinstalación del análisis de clases en la sociedad y desde ese cimiento, dotar a la juventud trabajadora del reconocimiento de sus especificidades dentro del combate clase contra clase que en forma prolongada se viene desenvolviendo en el día a día.
El escenario es: no hay trabajo. Los estudiantes están teóricamente desorientados. En vez de la eterna prosperidad, solo ven bancarrota. Los jóvenes están buscando fórmulas para salir de esa situación , que no pueden pasar por la simple adaptación organizada a sus intenciones, si ellas no reflejan en hechos la búsqueda y construcción de una superación revolucionaria de ese escenario
El actual plantel de operadores políticos que gestiona el desenvolvimiento y reproducción de los intereses del poder burgués, desde la forma jurídica republicana y democrática que asume la institucionalidad constitutiva del Estado y su orden constitucional, afronta una serie de problemas y pujas de intereses contradictorios gestados desde su propia acción.
Esos conflictos no son derivados de la acción autónoma e independiente de los trabajadores en tanto clase social, sino que emergen del choque de intereses al interior de esa institucionalidad que se implican en una fuerte tendencia al quiebre del orden constitucional, que viene siendo manejado como plan alternativo ante la posible incapacidad de ese elenco gubernamental para seguir consolidando las posiciones tácticas ganadas en la lucha de clase mediante operaciones políticas.
Esa situación de conflicto interno, toma forma externa con actos antagónicos a la gestión emergentes tanto desde el poder legislativo como del poder judicial. En ese sentido hay que leer la suspensión judicial de los efectos derivados del decreto que ordenó , el cierre de Vialidad Nacional, y en el mismo sentido con la inaplicabilidad del decreto que buscaba imponer la restricción al derecho de huelga
En paralelo esta lista de conflictos acelera el quiebre de la marcha del plan económico puesta de manifiesto por una suba del dólar, el incremento de la emisión monetaria y el endeudamiento interno y externo Asimismo, crece la desocupación y el salario real no detiene su caída.
Este escenario lleva además a la generación de acciones defensivas por parte de los explotados y oprimidas, todas reveladoras de un primer estadío de la lucha de clases, donde la juventud no toma prevalencia por el simple carácter defensivo de sus materialidades, todas ligadas a la forma del reclamo dirigido hacia el propio poder burgués que no traducen en ningún caso siu impugnación como tal.
Los jóvenes trabajadores, desconociendo las recetas rutinarias del pasado reciente que solo indican una búsqueda de refugio en la propia legalidad burguesa , han generado una débil tendencia a autoconvocar que expresa su determinación de no seguir los canales convencionales del enfrentamiento de clase sino una acumulación de indignación que busca encausarse hacia una situación de revuelta carente de programa y concentrada en el repudio y la desconfianza hacia las direcciones de las organizaciones sindicales ,
La inmediata expresión de este fenómeno se deja ver en una tendencia hacia la autoconvocatoria obrera se concentra y debe seguir haciéndolo por vía de la abstención a votar o expresarse por esa vía.
El descreimiento de significativos contingentes congregados alrededor del concurso opositor de explotados y oprimidos ,en las instituciones y en los partidos políticos, se expresa con la abstención a concurrir a sufragar, pero esa mayoría es carente de dirección política y habilita la viabilidad del gobierno de los pocos.
Por eso esa tendencia, necesita ser tomada por la juventud de la clase trabajadora y llevada a las calles por vía de una campaña coordinada que torne activa esa simple abstención, inorgánica y desorganizada
La juventud trabajadora militante debe dejar en claro que el régimen político democrático burgués no sirve para solucionar los problemas del pueblo trabajador y que lo que se impone es desarrollar un conflicto abierto de clase contra clase sin expectativa alguna en las reformas o las medidas de transición ligadas todas a la reproducción social de la existencia .
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