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LA VERGÜENZA DEL CONSENTIMIENTO A LA EXPLOTACIÓN,NO BAJA DE LOS CIELOS.

Son múltiples los esfuerzos que se prodigan desde distintos sectores para hacer público datos, hechos y circunstancias objetivas que estarían dando cuenta de la decadencia previa a las mediciones oficiales que surgen de los actos electorales de medio tiempo, de la gestión de gobierno actual.
En esa emergencia signada por la necesidad de desgastar la gestión pero preservar la institucionalidad en la que lleva el rol de vanguardia el FITU y demás organizaciones políticas que le resultan satelitales , se saca de manera inmediata y mecanicista que de la difusión de los datos que dan cuenta de los escenarios de barbarie que monta la actual gestión de gobierno , se abre el camino para rebasar esa relación de poder vigente.
Sin embargo, como en todo esquema lo real supera lo esquematizado que nace solamente para dar cuenta simplificada de lo que se habla pero no de sus tendencias contradictorias subyacentes a las apariencias.
Sin embargo eso no sucede y pese al tiempo de gestión ya transcurrido, el gobierno se presenta a competir en las elecciones, advertido de que aún cuenta con aquiescencia de distintos sectores de la población y que nubarrones económicos se avecinan irremediablemente , bajo la paradoja de sentir que necesita de un caudal de votos para contar con parlamentarios propios y dotarse de un poder fáctico para avanzar en seguir haciendo más de lo mismo , es decir , en ser el protagonista político de la ofensiva del poder burgués real sobre el proletariado en su afán de lograr la reproducción social del capital que se ve amenazada aún en el orden internacional.
En ese sentido, lo que se vende como traspié de la gestión gubernamental, frente a la sanción de alguna ley que el mismo no auspiciaba y por el contrario se pronunciaba en contra, o los amparos concedidos sobre la efectiva ejecución de determinaciones por DNU , no es en realidad otra cosa que una interna ampliada del poder burgués y sus distintos sectores, pero nunca un retroceso de la arquitectura política diseñada en diciembre de 2023, concentrada en una ofensiva abierta sobre la clase trabajadora , para desenvolver un incremento real de la explotación laboral .
Dicho en otros términos, el gobierno no se ha bajado de sus determinaciones frente a ningún reclamo gestado desde la ocupación de calles por los sectores de la clase trabajadora que se hayan visto afectados. El gobierno incluso ha soportado huelgas de la CGT y sin embargo , en términos generales las organizaciones sindicales siguen acudiendo a la agenda que este les plantea, manteniendo la iniciativa política.
Lo que ocurre en la materialidad de los hechos, deja ver por un lado la táctica de silencio que se autoimponen los “luchadores” respecto de algunos elementos de esa realidad y por otro la existencia significativa un elemento no considerado, que es precisamente el que exige ser abordado so pena de profundizar en el error de lo que se hace y se dice cotidianamente que obliga periódicamente el rumbo y buscar afanosamente agigantar cualquier foco de lucha, con tal de magnificar esta última como eslabón de una cadena que conduce necesariamente a la derrota de la gestión de gobierno.
En ambos casos estamos aludiendo al carácter voluntario que tiene la aceptación pasiva de los explotados respecto de las medidas que se generan desde el gobierno, siendo este el aspecto, sin el cual ninguna relación de servidumbre sería duradera, por lo que en principio y no de modo estático cabe colegir que el poder formal de la burguesía no recibe señales de amenaza de quiebre institucional significativas, sino variaciones discordantes de crítica a sus efectos.

Expresando lo dicho hasta aquí de otra manera, tal como lo dice Guattari,” … en ciertas condiciones, el deseo de las masas puede volverse contra sus propios intereses y en tal caso la pregunta es ¿Cuáles son esas condiciones? [isa es lodo la cuestión.
Siguiendo este planteo puede agregarse como lo hace Frédéric Lordon en su libro Capitalismo,
deseo y servidumbre que “el consentimiento se ha convertido, cada vez más, en representación aceptable y fundamento legítimo de las relaciones de poder. Sean éstas políticas (democracia) o económicas (contrato laboral), lo que las vuelve efectivas es su capacidad de desacoplar a la relación mando-obediencia del exclusivo dominio de la coacción.
Dadas así las cosas, es necesario advertir que estamos ante la construcción de un nuevo orden capitalista en el que el gobierno busca las condiciones materiales de acumulación y reproducción del capital que habiliten a que la sociedad se organice a partir de proyectos fundados en el encuentro entre libertades opuestas pero complementalias, vale decir, la existencia prevalente de una libertad empresarial con alta incidencia del capital financiero , capaz
de enrolar tras de sí y una libertad del trabajo que, por las condiciones críticas de la productividad en el país , se halla dispuesta a articular su propio deseo al deseo empresarial.
Ese es el punto central en el espacio de cuanto sucede en el plano subjetivo en nuestra sociedad de clases.
Quienes posan de opositores pugnan por lograr en definitiva un nuevo consenso social para la funcionalidad no coactiva del capital marginando cuanto puedan desplegar las agencias represivas, por eso lucen indignados frente a los efectos lesivos de esas acciones y acompañan a las víctimas directas, victimizándose, pero colocan sus expectativas en los resultados electorales, con los cuales ubicarse con mayor o menor fuerza política en la mesa de concertación .
La conflictividad propia de la objetividad de la lucha de clases se alza frente a todos estos diseños políticos de la clase dominante como el único factor desde el cual conseguir quebrar esta nueva versión en ciernes de la explotación y la opresión aceptada por la clase trabajadora previa rendición frente a los factores desencadenados por la crisis de reproducción del capital en estas tierras.
Es necesario propagandizar desde la vanguardia militante de los trabajadores que está dada una exigencia en la lucha política contemporánea centrada en la determinación de escapar de las obviedades y mecanizaciones que impone el sentido común forjado desde el propio poder burgués para lo cual una nueva militancia exige evadir de estas nuevas prisiones que nos imponen los explotadores
que nos recluyen incluso , en la banalización
de lo que en otro período y estadio de lucha de clases, fueron instrumentos legítimos y eficaces de lucha, contra la destrucción de ló común, y la
normalización de nuestrás vidas aliendas por el orden social capitalista y la fetichizacion de las mercancías.
Esa situación, estos objetivos, solo admite en definitiva, que la necesaria confrontación constitutiva de los trabajadores en fuerza política sea gestada desde su propia organización como partido-programa y la definición permanente de una política autónoma e independiente de clase dirigida hacia la construcción del poder obrero y socialista.
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