Cuando se dio en el Congreso la votación que determinó el rechazo al “Veto a la ley de emergencia en discapacidad “ Patricio del Corro salió corriendo a escribir en las redes: “Ganó la lucha. Fin”. El oportunismo del luchismo gestor de la “representación “ de víctimas colocadas en ese rol por políticas de Estado que ellos mismos integran con un bloque parlamentario, por sobre toda construcción en procura de una política autónoma de la clase obrera ocupando en ella el rol de vanguardia , intentó confirmar su tesis de que había que luchar y luchar , sin programa, sin construcción de partido y con mucha foto e imagen donde se exhibía el acompañamiento de sus eternos candidatos.
Hasta ahí todo redondo para el reformista Del Corro , su partido y su frente. Pero ocurre que tras cartón el mismo parlamento confirma el veto del ejecutivo a la ley que disponía un ajuste en haberes jubilatorios. Esto no sucedió en otro momento, político, en otra situación diversa en lo fáctico, sucedió con espacio de horas. Luego la tesis de que la lucha con cartelitos, pancarta, mucho grito lleva a esas acciones al triunfo, se desbarrancó , dejando en claro que uno y otro resultado, el festejado y atribuido a la lucha y el reprobado-repudiado atribuído a los parlamentarios deshonestos, no responde a la pintura de apariencias que el FITU día a día dibuja por las redes y ante cualquier micrófono que se le presenta.
Si se cuentan las idas y venidas de la lucha de jubilados, dada casi en paralelo con los que se expresaron en favor de discapacitados, se puede advertir que ni la inicial sanción de la ley que estableció un aumento miserable, como ahora la sesión que confirma el veto presidencial a esos incrementos , nada tienen que ver ni se referencian directamente con esas tumultuosas manifestaciones, donde las fuerzas de seguridad hicieron su entrenamiento represivo contra los cuerpos de los más débiles o incluso contra los barras de las hinchadas futboleras.
En todos los casos son expresión de la decadencia de la república burguesa y de una jornada más de cretinismo parlamentario, donde por supuesto los parlamentarios rentados por el Estado de la burguesía, pertenecientes al FITU cumplieron el rol de oposición y nunca de superación , que les asigna el régimen burgués.
También hay otra enseñanza que hay que recoger de lo sucedido. La apuesta por lo diverso y la lucha con ese eje, hace que al no haber un programa de lucha y una estrategia revolucionaria, quienes lucharon por el problema generado por el Estado a los discapacitados, vean hoy satisfecho su reclamo y por ende carezcan de fundamento para acompañar en la lucha a los jubilados . Si la construcción de la oposición es de clase y se confronta la política socialista de la vanguardia con el orden jurídico del Estado en su totalidad , las instancias de lucha continuarían de forma uniforme, con los métodos históricos de la clase denunciando al parlamento como órgano de ese Estado. Hoy los mismos parlamentarios que paran el veto del gobierno, en horas habilitan el veto del gobierno.
Es tiempo propicio para reparar en todo lo sucedido , mientras todas las fuerzas políticas sumergidas en la legalidad burguesa, salen a manguear el voto y advertir de esto que hoy ha sucedió , que esta en la realidad y no en las redes , que no es el camino del cambio social la vía parlamentaria y que no hay superación de cualquier expresión de la dominación burguesa , de su explotación y opresión sobre los trabajadores si no se enfrenta al Estado en expresión directa de una confrontación abierta clase contra clase y se opta por hacer seguidismo de las formas jurídicas que nunca y en ningún caso resultan aptas para solucionar esas situaciones materiales de servidumbre cotidiana.
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