Novedades
{"ticker_effect":"slide-v","autoplay":"true","speed":3000,"font_style":"normal"}

Nuevo Curso

POBREZA Y MISERIA. INFLACION-DEVALUACION Y FRACASO DEL PROGRESISMO. VIGENCIA Y NECESIDAD DEL PROGRAMA SOCIALISTA

El frente de todos no es un partido político, por su misma génesis solo cabe ubicarlo como una lista surgida en un momento de la coyuntura de la realidad argentina frente a la frustración social general ante el macrismo.

     Por fuera de esto, y atravesando instancias de presión política, especulativas ligadas al precio del peso, con relación a las divisas, especialmente el dólar, desde los tipos de cambio paralelos y el aparato mediático, el grueso de la clase trabajadora y otros sectores desplazados del mercado laboral se sumerge en la pobreza y miseria estructural situación que emerge de la causalidad eficiente que esa depreciación del dinero genera en la existencia objetiva no pasible de maquillaje ideológico alguno.

     Las estimaciones de diversas fuentes que no pueden ser sospechadas, muestran datos sociales en el sentido apuntado, y señalan que ya ni siquiera teniendo trabajo, formal o informal, se está a salvo de ser pobre. La inflación anual proyectada casi a tres dígitos y la suba sostenida en alimentos y bebidas por encima de la media mensual es un golpe letal a los ingresos familiares, que cada vez alcanzan menos

    Lo concreto es que a pesar de las ayudas económicas brindadas desde el propio Estado la situación deja ver  un aumento de la pobreza alrededor del 39 por ciento, lo que implicaría en términos concretos que habría 500 mil pobres más en este primer semestre del año que con relación al 2021 y que aproximadamente unas 2.800 personas a diario son desplazadas por las circunstancias económicas devenidas de la reproducción capitalista financiera en nuestra sociedad, a las filas de la pobreza .    

       Las patronales, los dueños de los medios de comunicación y sus políticas de formación de relato, hacen su trabajo al respecto en tanto están persuadidos de su operatividad en la medida en que consideran la posibilidad cierta de proponer esa existencia social como viable en la medida en que los salvatajes coyunturales por vía de asistencia social no lleven la relación de lucha de clases hacia estadios donde se ponga en crisis su dominación cultural.

        Es ese espacio de la dominación de clase que ha impuesto la burguesía desde la forma de estado surgida del proceso de salida de la dictadura genocida , el que hace posible constatar en la realidad, junto a la pobreza y miseria material , su trabajo de degenerar la conciencia de la clase trabajadora en forma tal que resulte ausente  en el plano del discurso y la contienda simbólica  una posición  crítica  no solamente  sobre lo dado , sino también en lo que se refiere a  un posicionamiento superador de ese orden negativo de cosas. Esto no es casual sino simplemente la consecuencia del maltrato y abandono sufrido aún en el ámbito del pensamiento social y político, desde el formato de falsa conciencia centrado en la defensa incondicional de la democracia burguesa de la que solo es posible pensar reformas o mejoras que nunca llegan sino que a la inversa se concretan en lo opuesto

      La burguesía de conjunto,  lejos de lo que se sostiene desde las usinas raídas y burocráticas de las organizaciones sociales que oportunamente trabaron alianza política con Alberto Fernández y su frente de todos , no centra su esfuerzo en terminar con el gobierno de éste último, porque esta advertida por la propia locución pública de  Cristina de algo que es del ABC de la superestructura jurídico-política del capitalismo, esto es,  que detentar el poder formal otorgado por la constitución , no es detentar el poder real y sobre todo porque advierte que en definitiva el Alberto no les resulta hostil . Por ello su acción de clase, deja ver que ha optado por dejar que los propios operadores políticos circundantes llámense aliados u opositores, lo tiren abajo.

         Vista la cuestión desde la propia clase trabajadora en sí, sabemos que los trabajadores, el pueblo, las masas en general tienen una representación de cuánto les sucede buscando primariamente que el gobierno del frente de todos mejore su agobiante situación satisfaciendo sus necesidades porque es la necesidad la que mueve sus decisiones políticas, en una suerte de SOS que frene esta catástrofe social. Sin embargo ocurre que el gobierno y su anterior, fracasan a pesar de lo que dicen en las campañas electorales o sus propias redes, y entonces el retroceso político acompaña el desamparo material que nos asecha.

     Los gobiernos que posan con discursos nacionalistas o los gobiernos democráticos liberales en tanto expresiones políticas concretas que adopta la democracia formal en sí, no son otra cosa que la izquierda capitalista. Por formación deliberada de falsa conciencia adoptaron y aún hoy adoptan. un ropaje progresista pero es de constatación objetiva por los hechos que nos toca padecer que nunca los gobiernos progresistas fueron capaces de superar las contradicciones implícitas en la relación capital trabajo dentro de nuestra estructura de capitalismo tardío y atrasado dominada por la forma del capital financiero.

       El aparato de operadores políticos en el gobierno, y muchos progresismos que hoy frente al drama social toman recuerdo de que existen las calles y que en ellas nuestra historia social ha dado cuenta de que es en ella donde se dirimen los aspectos sustantivos de la lucha de clases, salen a la contienda encubriendo un mensaje centrado en la posibilidad de un nuevo capitalismo con base en políticas de derechos para los desplazados de la producción y el mercado de trabajo. Sin embargo, el capitalismo sobrevive bajo condiciones de salvajismo y barbarie políticas. Lo que viene no es el progreso social hacia situaciones carentes de pobreza y salida de la miseria de la clase trabajadora. Lo que emerge es peor al drama que verificamos a diario. El capitalismo en tanto modo de producción y orden social existente no tiene posibilidades de renovación socialmente progresista, que permita aventurar la idea de una existencia humanamente más digna, ni va a tomar vigencia a partir de una nueva situación gestada luego de concretar en los hechos, un crimen social como es la combinación de inflación, devaluación y ulterior estancamiento económico.

. Todos aquellos que se suben a los puentes, pisan las calles con banderas y discursos que dejan entrever por las modalidades del reclamo y su direccionamiento ideológico que hay una burguesía nacional capaz de adoptar determinaciones económicas sustantivas en la cual poder entrever vientos progresistas de cambio, están ocultando la incapacidad social de esa clase social y del sistema en sí para lograr un modelo superador dentro de esa acumulación y reproducción capitalista financiera. Esos ensayos de política aparentemente diferenciadora, están defendiendo al sistema como tal sin atreverse a realizar saltos revolucionarios enmarcados en el programa socialista.  De esa forma, los planteos de programa mínimo de corte economicista conducidos por esas direcciones no pueden en ningún caso tender un puente transicional hacia el objetivo estratégico del poder obrero y la transformación socialista –

La política de frente único en las calles con estos sectores maquilladores de la crisis capitalista, solo puede centrarse en la crítica de su posicionamiento y la lucha por la formulación de acciones superadoras de ese esquema fracasado de capitalismo de izquierda, enunciando la necesidad de la transformación revolucionaria de la sociedad, con conducción política de la vanguardia obrera y su programa máximo.

    Es el momento de revolucionar lo dado acudiendo a la calidad de lucha que nuestra clase obrera supo atesorar a través de la historia. Esto significa ser capaces de interpretar los datos objetivos de nuestra realidad agobiante teniendo presente como todo este drama se construyó por apego, en formas materiales y culturales, a propuestas pensadas al interior de la democracia burguesa y el parlamentarismo sumando a esa constatación la crítica práctica de todos quienes nos rebelamos indirectamente y de modo aún no consciente frente al capitalismo aunque   en forma no contradictoria y combinada en este momento. de manera concreta, salimos por nuestras reivindicaciones elementales ligadas a una vida digna pasible de ser alcanzada al menos en la satisfacción de necesidades elementales para su reproducción cotidiana por un salario, un trabajo, una vivienda en condiciones corporales y psíquicas de salud y educación

NUEVO CURSO