Novedades
{"ticker_effect":"slide-v","autoplay":"true","speed":3000,"font_style":"normal"}

Nuevo Curso

ATAQUES A LA CLASE TRABAJADORA

El gobierno insiste con profundizar  políticas de ajuste permanente que lesionan gravemente nuestra existencia en la medida en que reducen el poder adquisitivo de nuestro salario, profundizan la explotación y desplazan a más cantidad de trabajadores hacia espacios sociales propios de la economía informal y el empleo precario.

 Desde esas mismas políticas de ajuste , buscando detener el ritmo acelerado del alza de los precios ,el personal político de la burguesía, ahora apuesta a, enfriar la economía,  es decir avanzar hacia una faz recesiva del consumo y la producción .

En este contexto  la cuestión relativa al trabajo y el empleo adquiere centralidad ya que  una genuina salida de la crisis de reproducción ampliada del capital financiero solo opera con la creación  de puestos de trabajo y expansión del empleo , siendo que lo que se verifica es que , se precarizan las condiciones laborales.

Todas las políticas que se aplican deterioran las condiciones de vida y de trabajo de la mayoría , sin embargo la burguesía de conjunto, obtiene en sus emprendimientos industriales , bancarios, bursátiles y en el agronegocio ganancias extraordinarias facilitadas por las acciones u omisiones del Estado , favoreciendo así el proceso de reproducción, acumulación y concentracióng de la riqueza en pocas manos, todo lo cual contrasta de modo significativo con la extrema pobreza generalizada en el grueso de la clase trabajadora  

El capitalismo vive una etapa de decadencia, de descomposición mundial. No solo no pudo defender la vida de mayoría bajo la pandemia, sino que avanzó la desocupación y la precarización laboral en decenas de millones de trabajadores en el mundo, se arrebatan derechos conquistados hace décadas, se producen migraciones masivas escapando de la hambruna y las guerras, provoca la guerra en Ucrania, crece el hambre y la desesperación. Debemos tomar consciencia de que el capitalismo está agotado, que no hay cómo reformarlo, que su sobrevivencia empuja a los que estamos despojados del acceso a la propiedad de los medios de producción, las especulaciones financieras o la tenencia productiva de la tierra a formas de sobrevivencia que escapan a la dignidad humana y la condicionan severamente como tal.

Las grandes reformas “neoliberales” tienen más de 4 décadas dando muestra de su agotamiento si se las coteja con las bondades con las que vinieron precedidas en el discurso de poder que las impuso . La educación y la salud fueron provincializadas evidenciando hoy fisuras en todos los aspectos contenidos en esos específicos espacios de la vida social. . El petróleo y la minería pasaron a jurisdicción provincial para facilitando de ese modo los mecanismos de apropiación de la riqueza que se genera desde los mismos , habilitando en formato jurídico-legal el extractivismo . Las deudas  que tomaron tanto los estados provinciales, como el nacional han sido generadas por las falencias estructurales del desenvolvimiento del capital en nuestra sociedad, facilitando el enriquecimiento por apropiación de valor del capital financiero y el condicionamiento emergente de esas obligaciones para toda la clase trabajadora

Fernández y Massa son hoy los operadores políticos que desde el poder formal viabilizan esa estrategia del poder económico concentrado. Los trabajadores no tienen forma de acordar con estas políticas sin lesionar con ello sus propios intereses materiales , más allá de los favores  políticos partidarios que digan profesar

La respuesta está en manos de la clase obrera sencillamente porque los trabajadores no tiene ataduras con este sistema, y tiene para ofrecer una política radicalmente distinta, acaudillando en la lucha contra la explotación a los demás sectores sociales oprimidos por el orden capitalista y la burguesía en cuyo beneficio se implementa.

Es necesario gestar una respuesta clasista de frente único para frenar los ataque de la burguesía y su República . Las direcciones de las centrales  sindicales a las que se les suma por razones diversas las burocracias gestadas por la administración de los intereses de los sectores empobrecidos y sin empleo formal no asumen la confrontación táctica con el poder burgués siendo constatable que los dirigentes burocráticos de  la mayoría de los sindicatos están entregadas al gobierno y las grandes patronales.

La crisis de reproducción capitalista agota también la viabiliad de toda táctica de  conciliación de clases. Esto obliga a la dirigencia sindical burocrática a poner empeño en , frenar, sabotear y dividir las luchas de los trabajadores. También ese curso de su gestión esta signado específicamente porque  tienen grandes intereses propios para defender, contra los intereses de aquellos a  los que supuestamente debieran representar.

La emergencia exige responder a la crisis con nuestros propios reclamos, con nuestra organización y  nuestros históricos métodos de lucha, de asamblea de base, y huelga . La situación demanda  la rebelión de los trabajadores, de los desocupados, de los jubilados, de la juventud, y de que esa acción  imponga la organización y los métodos para derrotar estas políticas antiobreras. Es necesario  un paro nacional activo y un plan de lucha en defensa propia.

La unidad en la lucha obrera , impone en la coyuntura un programa político que signifique, desconocer la deuda externa y todos los acuerdos con los organismos internacionales, que estatización de la banca y el comercio exterior, Estas tareas elementales para revertir el desastre que vivimos no será tomadas ni asumidas  por ningún gobierno asumido por cualquiera de los operadores políticos de la burguesía en tanto esta clase de conjunto esta atada a  que se  respete la propiedad privada. Estas medidas no serán votadas por el Congreso, no serán impuestas por una Asamblea Constituyente, ni por medio de elecciones, sólo serán posibles por medio de una auténtica revolución social protagonizada por  la clase obrera acaudillando al resto de la población que ha sido colocada por fuera de la producción . No hay otra vía. Hay que desprenderse  de las ilusiones gestadas en el recorrido histórico político de nuestro pueblo sentadas en la creencia  en que bajo el capitalismo se podrá  reformular la existencia de modo tal que supere la contingencia crítica en que nos encontramos con beneficio para nuestros intereses . Eso ya no es posible. Ninguna forma de reformismo, cualquiera fuera la modalidad accidental que pudiere asumir , es la respuesta adecuada a lo que nos toca sobrevivir

La experiencia reciente de Chile, Bolivia, Perú, muestra que no hay como conciliar nuestras necesidades más urgentes con los intereses de las multinacionales, los banqueros y terratenientes. Si no se termina con la gran propiedad no hay forma de desbloquear las fuerzas productivas.

Nuevo Curso