NUEVO CURSO
Desde el Estado, se opera por políticas sobre la sociedad civil, haciéndolo desde una legitimación formal que se gesta a partir de las leyes, decretos, reglamentos que se dictan en concordancia con parámetros generales que a modo de paradigma se inscriben normativamente en la Constitución Nacional.
En esa estructura abstracta a la que se da en llamar ley suprema se ha diseñado desde 1994 una determinada forma de Estado que incorpora en su declaraciones de principios, tomadas en conjunto como basamento de derechos subjetivos, diversas convenciones internacionales que el orden capitalista financiero mundial a debido predisponer por reflejo de la globalización productiva y comercial que insume la reproducción ampliada del capital . Es en ese aparato conceptual abstracto donde se inscriben los llamados derechos del niño y se crea en concordancia la categoría infancias o su equivalente niñez.
Desde esa plataforma el Estado se inserta en la sociedad civil omitiendo ideológicamente considerar a esta última en su objetividad , como continente de la puja de intereses entre dos clases sociales irreconciliables entre sí. Con esto proyecta el mito de la imparcialidad y la visión conforme a la cual todo el aparato burocrático institucional ubicado en su seno resulta un ente con vida propia, colocado por encima de esas clases sociales entre las que hace las veces de árbitro.
En ese contexto los funcionarios del ramo , han propuesto e impuesto dejar de decir ‘Día del Niño’, para reemplazar esa celebración de matriz puramente comercial para utilizar la categoría día de la niñez o de las infancias. Con ello se dice que la iniciativa toma nota y la diversidad de toda la niñez, haciendo esto con perspectiva de género .Se agrega además que es muy importante que el Estado acompañe las transformaciones culturales que parten de los usos adoptados en la sociedad civil e impulse cambios que colaboren en visibilizar inequidades, favoreciendo prácticas más inclusivas.
Siendo lo transcripto el eje de la intervención gubernamental , conviene alertar en referencia al “fraude de etiqueta” que se contiene en estas expresiones.
Para esto habrá que recordar que el Estado capitalista cualquiera fuera la definición que se adopte , tiene en su génesis la nota distintiva de ser en definitiva un instrumento político de clase la dominante. Este elemento que define su esencia y su funcionalidad hace que su desenvolvimiento por vía de cualquiera de las formas de poder que adopte, revele su incapacidad para trascenderse a sí mismo en tanto superestructura político-institucional de la burguesía.
Esa determinación gestada desde el gobierno de turno, denuncia en si mismo una faltante en la medida en que se omite toda ponderación de clase y no se deja ver las asimetrías sociales generadas por la explotación capitalista que implica el sometimiento de un porcentaje altamente considerado de niños en situación de pobreza y miseria . Al factor material estructural que se constituye en causa eficiente de ese cuadro de situación se lo oculta tras la exhibición de practicas inclusivas solo centradas en una perspectiva de género.
Esa carencia no está ligada a un factor subjetivo o voluntario de quienes transitoriamente gestionan como personal intelectual al servicio de la burguesía dominante .sino por un factor y requerimiento objetivo que opera en desenvolvimiento real del propio modo de producción capitalista .
Es esto último lo que ubica a la iniciativa estatal como una falsa alternativa centrada únicamente en el lenguaje o las denominaciones sin modificación superadora de la relación productiva que hace que existan en ese seno matriz de la existencia , explotadores y explotado , apropiadores de valor y productores de mercancías que contienen precisamente ese valor realizable en el mercado.
Afirmar, declarar, publicitar, que la búsqueda y desarrollo de un proceso social inclusivo se gesta a partir del cambio de denominación relativa a un determinado sujeto social solo ubicado por su situación de persona en desarrollo desconociendo su situación de clase transferida desde el posicionamiento de sus progenitores o quienes se encargan de su cuidado, ocultando la asimetría e injusticia encarnada en esa objetividad-
Por otro lado, si se eludiera la gestión de falsa conciencia y fraude ideológico desenvuelto en esa operación semántica y mediática acudiendo a la búsqueda de la superación de la pobreza y miseria en la que se ubica hoy la mayor parte de nuestros hijos menores, ello implica que de hacerlo en forma consciente y consecuente la burguesía como clase estaría encarnando su propio suicidio social. El dato histórico de la derogación de la Constitución Nacional dictada en 1949 , bajo el paradigma según el cual, los únicos privilegiados son los niños, da cuenta en el tiempo del carácter abstracto de ese postulado y la comprensión ideológica por la burguesía de su carácter meramente declarativo , sin posibilidad alguna de concreción material .
Esto se explica-también en sentido histórico- por su contrario, ya que si lo que se pretende es incluir, ese resultado en el mejor de los casos elude decir que aquello a donde se estaría colocando a los niños y adolescentes menores de edad, cualquiera fuera su situación de genero es a las realidades emergentes de la explotación capitalista, y sus injusticias sociales congénitas.
Mas aún , si el paradigma es la inclusión y se dice que ella empieza por un problema de lenguaje y tratamiento discursivo , esta claro que la mentada declaración formal y abstracta que se busca no apunta a la integración social de las personas en desarrollo a un orden productivo justo y dignificante de la condición humana .El capitalismo no se ubica en ese paradigma y por su propia reproducción como capital financiero niega toda posibilidad al respecto. En este sentido , son innumerables los hechos de la vida cotidiana que da cuenta del desplazamiento de los niños a los escenarios de vulnerabilidad propios de la pobreza y miseria. siete de cada diez niñas y niños están bajo la línea de pobreza. A pocas cuadras del corazón político y económico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires una niña de apenas 11 años, con signos de desnutrición murió el 12 de agosto
De esta manera cuando se habla de políticas sociales, de acciones reasignativas de derechos vulnerados , de justicia restitutiva, desde las usinas ideológicas del reformismo , lo que se hace es ocultar o en el mejor de los casos, perder de vista, que el factor primario de la acción política, su objeto en sí, son las relaciones de poder entre las clases Si se tiene presente esa dialéctica mando obediencia operativa en una sociedad de clases, se habrá de advertir que es el interés superior de la clase dominante y no el del niño ubicado en una familia de trabajadores o desplazados del trabajo, quién le otorga el ser a esas acciones y define sus fines, en todos los casos dirigidos a evitar que se comprenda esa incapacidad ínsita del modelo de reproducción social que establece el capital.
Emplear y desenvolver un discurso que aluda a políticas inclusivas de la infancia y asignarle a los infantes la condición de sujeto social demandante desvía el dato estructural anteriormente apuntado. Con esto se saca el problema de la explotación y la opresión de su matriz original para llevarlo al espacio menor de una actividad diferenciada a partir de un sujeto propio que no tiene base real sino construcción ideológica diseñada por la propia clase dominante y sus operadores en las estructuras formales del poder estatal en todos sus niveles –
La política que tiene por objeto las relaciones de poder entre clases antagónicas históricamente irreconciliables, es la que en definitiva y en última instancia define el devenir de nuestra existencia y como tal supone un todo contradictorio, mutable , cambiante cuyas modificaciones formales siempre operan en orden al necesario ajuste de las pautas culturales requeridas por el proceso de hegemonía , para que este último no entre en crisis como resultante de la lucha entre las clases sociales antagónicas que el propio modelo capitalista pone en escena.
Sin embargo de ese todo conglobante, necesariamente se desprenden acciones específicas o de posicionamiento en el terreno de la realidad que conforman esa necesaria prevalencia, siempre en orden al consenso y en su caso ,vencido el mismo y puesto en crisis, a naturalizar con forma jurídica legitimante la violencia.
Tampoco se puede dejar de lado la existencia al interior de la propia burguesía de conflictos políticos como los que nos toca atravesar en este momento histórico de la lucha de clases. Esta objetividad lleva a que sectores internos de la clase dominante pujen entre sí por la prevalencia de modelos y para ello acudan a la búsqueda de aliados ocasionales y transitorios en núcleos colectivos del propio proletariado o de los sectores oprimidos, para lo cual necesitan darle una identidad que trascienda su condición de clase y les permita operar en acuerdos transitorios que eviten un desarrollo orientado a la construcción consciente de otro orden social en donde el proletariado asuma condición de clase dirigente .
Con esa pauta estratégica, los intelectuales orgánicos del poder burgués , diseñan y han diseñado “paradigmas”, con formato de principios declarativos y abstractos desde los cuales armar de modo artificial un sujeto que no tiene verificación concreta en la convivencia social, de modo tal que este sea por propia definición , genéticamente vulnerable en tanto quienes asumen su propagandización son la voz de un artificio , y deudores eternos del autor de todo ese bagaje de creaciónes intelectuales.
La categoría infancia, en tanto idea, es decir, en tanto construcción abstracta , requiere otorgarle el ser a los infantes, y para ello debe avanzar incluso sobre la idea de niño, desplazándola por vía de un colectivo que a su vez no es único sino diverso, so pretexto de acudir a considerar diferencias culturales, geográficas, y de género en su interior. Por eso se habla desde el progresismo de “las infancias” , se apunta a celebrar el día de la niñez Se lo pregona y se le da forma, advertidos de que el desenvolvimiento reproductivo del capital no permite la satisfacción digna de las necesidades vitales de una persona en desarrollo para sobrevivir.
educativo básicamente reproductor de ese modelo por instauración de roles sociales .
Dicho de otra manera. La política de aseguramiento posicional en el mapa de relaciones sociales en confrontación de clases objetivamente antagónicas que diseña la burguesía desde su totalidad conformada con estructura jurídica en legalidad , impone la consideración del problema objetivo dado por la incapacidad del modelo para atender a las necesidades mínimas que permitan la existencia de una persona como tal desde su nacimiento, a través de la generación de una categoría analítica ,”infancias” que demanda otorgar artificialmente al niño la condición de componente natural de ese colectivo artificial desde donde acudir a pretendidas especialidades o especificidades de ese sector. En sentido inverso , los trabajadores deber pacientemente explicar que el fenómeno no tiene esa objetividad sino que su matriz debe necesariamente buscarse en la clase a la que pertenecen esos niños por su intergración en un contexo social humano primario desde su nacimiento que viene condicionado por ese factor objetivo. La categoría infancia solo es válida para dar una indicación del lugar de esa persona en la totalidad del grupo humano en sí, desde una definición de edad, cualquiera sea la histórica relación de producción dominante, mientras que lo real prevalente es que es el capitalismo, lo que informa a los seres humanos genéricos y los determina como seres sociales en contexto de clases antagónicas.
Los trabajadores por todas las vías y de modo paciente, deben enfrentar esta formación de falsa conciencia revestida de formato discursivo que pretende enunciar una atención a problemas que no es tal. Desde la perspectiva consciente de los intereses objetivos de la clase a la que pertenecemos es necesario desmoronar ese edificio de naipes indicando que en ningún caso se debe partir del ser humano genérico sino de un período histórico determinado”, siendo éste el que confiere a los sujetos la especificidad social propia de las relaciones dominantes de su época, y esa situación solo opera en torno a la determinación identitaria de las clases sociales en pugna y en ningún caso de algunos exponentes de esa clase ligado por su desarrollo evolutivo a un contexto humano que satisface sus necesidades vitales en inmediata oferta en venta de su fuerza de trabajo.
Existe la clase trabajadora y el conflicto social de clase, determinado objetivamente por la forma en como reproducimos nuestra existencia. La categoría infancias, la alusión al día de la niñez puesta como mercancía en el mercado de la diversidad artificiosamente construido busca ocultar esa primaria realidad. Lograr que el esfuerzo por un orden social diverso acabe con esos antagonismos primarios es el objetivo central en donde puede inscribirse la puja transicional por derechos declarados y no materilizados , pero nunca a partir de categorías conceptuales abstractas diseñadas para negar precisamente esa transicionalidad hacia un orden social superador de la reproducción capitalista. El modelo del activista especializado en niñez, es antagónico a la militancia revolucionaria , precisamente porque su ser esta dado por un artificio que lo ubica en situaciones simbólicas , que en fenómenos concretos y tangibles. Abandonar esa experiencia de atajo inconducente hacia la nada, es imperativo categórico de esta época tumultuosa y compleja.
El discurso de la actividad pro infancias , cualquiera fuera la forma en que se lo revista, con el neologismo que se le quiera insuflar , solo pone en evidencia una falsa contradicción entre sujeto infante y adulto, de forma tal que lo que en definitiva es un conflicto de clases con centralidad en la imposibilidad de atender a las necesidades vitales para la consolidación de ese sujeto, se transforme en un reclamo de un colectivo imaginario hacia quienes son víctimas directas de la explotación capitalista.
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