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Nuevo Curso

“A la  IZQUIERDA LA PARED” UN SIMBOLO PARA LA FARSA .  RECOLETA NO ES GASPAR CAMPOS

NUEVO CURSO

    El formato político con el que se desarrolló la juventud militante nacida al calor de los acontecimientos de 2001, vino marcado por una fuerte tendencia desde el poder de intentar y lograr asociar la gestión K con paradigmas que le entrelazaran con las luchas de los años 70. Tal vez el gesto más emblemático y simbólico puede ser leído en la operación mediática armada a partir de ordenar se quiten los cuadros de los miembros de la junta militar genocida en las paredes de un edificio público

Ese modo de hacer política derivó hacia canticos que aludían a la presencia de los “pibes para la liberación “y la presencia en derredor de los K de intelectuales veteranos o no que se asociaban a aquella década del siglo pasado.

Hoy acorralado por la crisis , y buscando ocultar que todas las medidas anti obreras , que desplazan a la población trabajadora hacia la pobreza y la miseria de los últimos años , han sido gestadas desde un gobierno que integran y en donde Cristina K preside una de las cámaras del poder legislativo , se utiliza un error no forzado de la gestión política de otra fracción de la burguesía , centrado en la activación de un juicio penal aletargado que tiene a la vicepresidenta por imputada , para recurrir a la misma mística , claro que con un carácter de farsa de imposible disimulo.

La historia en tanto ciencia , nos ayuda a comprender el presente con el pasado reciente, recordando que Gaspar Campos, solo significó una maniobra de la burguesía para desacelerar los tiempos de la revolución socialista en Argentina, y luego ya con Perón en el Poder permitir el despliegue de un plan estratégico para la eliminación de la vanguardia, y pese al carácter farsesco de este movimiento político de Cristina , la correlación de datos nos advierte de la necesidad de abordar la tarea específica del poder obrero desalentando todo acuerdo o acercamiento con programas populistas o reformistas, inviables en su posibilidad de desarrollo objetivo  a partir que los elementos objetivos de la crisis capitalista niegan su posibilidad real de existencia .

Cristina y su entorno, gestionando intereses de un concreto sector de la burguesía, interesado en la mantención de las condiciones en las que realiza el plusvalor en los mercados locales, han apelado a construir una escena que por inadecuada analogía remite a la presencia de la juventud peronista en torno a la casa de calle Gaspar Campos que ocupó Perón en su retorno en el mes de noviembre a la Argentina, en plena dictadura de Lanusse, quien llamaba a un gran acuerdo nacional. Incluso en esa casa se produjo el hecho significativo del abrazo entre Perón y Balbín.

Con memoria selectiva, los constructores del relato K, buscaron sacar a este de su decadencia, victimizando primero a Cristina buscando anclaje en la experiencia vivida por Lula en Brasil, para luego dejar a esta en su casa del barrio de Recoleta esperando esta segunda vuelta de la historia en la que los jóvenes acudirán a su jefa para manifestar adhesión, amenazar con quilombo y requerir pasos a seguir. Por supuesto Cristina luego del circo los mando a dormir, sin olvidar que por peronista el lema es de casa al trabajo y del trabajo a casa.

Pero la escena necesitaba de la mística peronista del combate que siempre es en verdad negociación y conciliación de posiciones, a excepción de la lucha que aquellos jóvenes del setenta inicialmente congregados en derredor de la casa de Gaspar Campos, llevaron adelante con cuerpo y voluntad, para luego de ser inicialmente agredidos por su líder por su condición de chiquilines imberbes y luego desaparecidos por el aparato represivo de conjunto.

Así fue que para la tribuna y aprovechando que en esta semana el humo proveniente del fuego en las islas del Paraná, había preparado físicamente el ambiente, Larreta y su policía metropolitana, le tiraron un abrazo a lo Balbín armando un zafarrancho de combate con los manifestantes provocándolos con un enrejado. Resultado: dos mensajes al final de la jornada, ambos paradojalmente coincidentes en que a la izquierda de Cristina, está la pared, lema que en su momento dio fruto y que como traje de casamiento, hoy da muestras del paso del tiempo y no le queda bien a quien lo porté.

Asombroso fue, que los que, al menos nominalmente se dicen de “izquierda” – su sigla política es FITU- lejos de aclarar que no hay pared sino su presencia, también pugnaron en algún sentido por ingresar al relato buscando quedar en su interior para no topar con la pared. Pero para poder correr el humo, denunciar el carácter de farsa de lo sucedido, y dar elementos para por lo menos alcanzar el entendimiento respecto de cuanto nos sucede es preciso ventilar la situación y desarrollar los elementos que componen el fenómeno en sí.

La situación de la clase obrera en Argentina, está signada por la aguda crisis que exhibe la forma en cómo se reproduce el capital dentro de la sociedad, que sufre además la presión de la crisis general del modo de producción capitalista en su instancia de capital financiero en el mundo, con incidencia significativa de la experiencia bélica que desarrolla la OTAN con formato de guerra en Ucrania y Rusia. Sin embargo la fase actual de la crisis del sistema no se desenvuelve por este fenómeno de confrontación armada en un espacio del planeta, como tampoco lo tuvo el desarrollo del COVID con alcance de pandemia   en tanto ambas situaciones no son otra cosa que una resultante y componente de la dificultad que tiene el capital en reproducirse pero en ningún caso su generador exclusivo Lo cierto es que la estructura económica viene dando signos claros desde la primera década de este siglo de las contradicciones ínsitas a la forma que adopta la producción social de nuestra existencia, que se evidencia con fenómenos de naturaleza económica como lo son el estancamiento del desarrollo, inflación de los precios y desvaloración de las monedas locales o regionales frente al dólar. En definitiva, existimos en un mundo donde lo que manda es la necesidad, propia del capital de concentrar riqueza y en ese afán, acentuar la explotación de los trabajadores buscando afanosamente incrementar la productividad del trabajo, intensificando el ritmo de producción y perfeccionando la automatización del trabajo y los instrumentos empleados en su desenvolvimiento. El resultado observable como tendencia es el descenso de los niveles salariales al punto que en términos reales amenaza con no cumplir con su función reproductiva de la fuerza de trabajo, a lo que se vincula medularmente la precarización creciente de la manera en que se labora con extenuantes jornadas De manera específica, en Argentina, al fenómeno  descripto hay que añadirse que el capital financiero y el sector burgués que lo corporiza , produce prácticas económicas depredadoras de las condiciones territoriales, y extractivistas de la riqueza que presenta la naturaleza por procedimientos extractivistas en  las explotaciones mineras y petroleras , y prácticas agropecuarias de agotamiento de la fertilidad de la tierra, uso extendido e intensivo de agro tóxicos, al que se añaden labores con métodos primarios que afectan el hábitat y el medio ambiente como últimamente se aprecia a través de  las quemas de campos. En ese sentido Mendoza, Chubut, Andalgalá y otras van mostrando el camino de lucha para detener este avance Está  modalidad específica del capitalismo tardío  en nuestra estructura territorial y jurídica como país , exhibe la expulsión de  millones de trabajadores como tales del sistema  productivo  ubicándolos en el renglón categorial de población sobrante , a los que se ligan de manera asistencial y burocrática, con búsqueda de políticas de derechos los movimientos sociales todos los cuales hacen de nexo y contenedor de esa masa  poblacional con el aparato del Estado que solo atina a desarrollar maneras subsidiadas de existencia que la burguesía de conjunto coloca sobre las espaldas de la clase trabajadora por vía de su política tributaria que hace eje en los impuestos al consumo, espacio de la vida social al que los trabajadores no pueden escapar. En la misma vía se incluye el impuesto inflacionario que acota los salarios reales.

 Las organizaciones sociales actualmente existentes se exhiben como fenómeno generado por la dialéctica de su desenvolvimiento en la estructura social Es por eso que trascienden de modo negativo desde la lucha abierta a comienzos de siglo contra el orden burgués tras la consigna “que se vayan todos” al actual estado de generación de una burocracia de gestores y operadores en su seno, que establecen por su despliegue, organizaciones que en forma ordenada se manifiestan buscando un lugar bajo el sol dentro del propio orden burgués inicialmente impugnado en sus orígenes. Las acciones sociales y políticas que se gestan desde este colectivo poblacional se inscriben más en lo que puede considerarse un neo-vandorismo , que en el desenvolvimiento de una lucha que genere un pase al acto revolucionario. Por esta razón es que no puede verse en ellos, dos décadas de su génesis la posibilidad de que se constituyan en vanguardia organizada de un cambio social. Es que en su propia esencia, se encuentra el factor contradictorio de su lucha. No siendo el sujeto que genera valor con su productividad laboral, sino a la inversa quienes reciben parte homeopática de ese valor generado por los trabajadores , su desenvolvimiento solo puede resultar vital para el cambio social en la medida en que se encolumne tras la vanguardia de trabajadores , anexándose por el desenvolvimiento de un programa político de clase de índole socialista que los contenga en sus demandas elementales y transicionalmente los proyecte hacia la construcción de poder obrero y una nueva sociedad. , No obstante ello, en sentido dialéctico el fenómeno de creciente incremento de la población social, presiona sobre la capacidad de lucha y el desarrollo ideológico socialista en la clase trabajadora , en tanto frente a la amenaza de poder engrosar las filas de ese sector poblacional por desempleo  concentra su lucha y existencia en la defensa de la fuente de trabajo y se limita a disputar su salario de modo organizado y burocrático a través de las organizaciones sindicales dominadas por el sindicalismo con programa economicista incorporado a la estructura del poder burgués al que le resulta funcional. Dicho en forma sintética, un importante sector de la clase trabajadora compone su posicionamiento social e ideológico concentrado en la defensa de su trabajo y su negación, es decir, el miedo sustantivo a perderlo. En ese escenario, el despliegue paritario no viene acompañado en término general con lucha sino con la cesión de la gestión de esa iniciativa a la burocracia en poder del sindicato, que como mejor resultado solo atinó a movilizar su aparato el pasado 17 de agosto, centrando esa acción, no en un cuestionamiento al gobierno sino al proceso inflacionario en curso, sesgando sus perfiles a la responsabilidad de los grupos concentrados de capital formadores de precio y ocultando tras ese mecanismo, las razones estructurales del  capitalismo  en crisis que imponen la presencia de ese tributo al trabajador.  

  Desde este relato de la crisis y del panorama con el que se manifiesta es pertinente marcar la necesidad del desarrollo del frente único de trabajadores explotados En busca de la unidad para la acción tendremos que tejer nuevas redes de solidaridad con los sectores poblacionales que han sido desplazados hacia la condición de población sobrante. Esto implica hacer juntos, luchar juntos, pero mantener al programa socialista como elemento estratégico indispensable, más allá de las razones concretas que lleven al conflicto en sí. Esto implica la tarea específica en la militancia de conformación en vanguardia de los trabajadores que se identifican como clase para sí, más allá de su situación objetiva en que se encuentren como tales. Sin la conformación de esa vanguardia, se resiente la tarea estratégica de generación del partido revolucionario de los trabajadores en tanto sujeto dirigente de la vanguardia hacia la concreción política del programa socialista por vía del poder obrero     En este teatro de operaciones donde se desenvuelve la lucha social, existen además quienes buscando hacer pie en la clase trabajadora avanzan hacia ella con un programa y acciones de corte reformista básicamente coincidentes en apuntalar la falsa conciencia derivada de afirmar que en la república burguesa con gobierno burgués en forma democrática que oculta su carácter de dictadura de clase y  en esta etapa del capitalismo  en crisis, podemos vivir mejor  por vía de políticas estatales de declaración de derechos . También emergen aquellos que retroceden hacia discursos reaccionarios de supervivencia individual bajo discursos de ley y orden.      Estamos objetivamente en un sistema social donde las determinaciones generales de la existencia no salen de decisiones autónomas de quienes gestionan los intereses de la burguesía de conjunto por vía del mecanismo electoral sino de quienes detentan la propiedad privada de los medios de producción y de la tierra, ligados a los negocios bancarios y financieros. Las determinaciones que tienen incidencia directa en nuestro existir se toman en orden a preservar los intereses de las empresas industriales, comerciales y financieras organizadas en sus aparatos como la Asociación Empresaria Argentina (AEA), que controla a la UIA, la Sociedad Rural, que controla a la Mesa de Enlace, la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA), que agrupa a los bancos extranjeros, la Asociación de Bancos Privados de Capital Argentino (ADEBA); Cámara de Comercio.  Son esos sectores los que por vía del ministro Massa generan una reducción de las partidas de gastos en seis ministerios por un total de $210.000 millones implicando objetivamente una reducción del déficit fiscal que es requerida por los organismos internacionales como necesario para la atención de sus demandas relativas al pago de la deuda oportunamente contraída por el Estado. Los últimos acontecimientos políticos, generados desde el propio seno del orden burgués y su clase, dejan ver el discurso de la impotencia del reformismo corporizado en el discurso del FIT-U   y del populismo k frente a la burguesía local y extranjera. Fuera de matices entre uno y otro el discurso y las acciones que nacen desde esas usinas, es poner las fichas exclusivamente en el parlamento y las instituciones burguesas. Frente a esto, se impone un nuevo curso traducido en el objetivo de organizar la lucha en cada lugar de trabajo en el plano de difusión y propaganda del programa socialista, las tareas tácticas y estratégicas necesarias para su desarrollo centradas en la construcción del poder obrero revolucionario.  En ese camino destacamos las acciones mínimas de difusión local, en los lugares de trabajo y los territorios que habitamos. También la autoorganización, que surge por determinación directa de los luchadores por cualquier demanda concreta, alentando toda práctica de poder local que permita ir de lo particular a lo general de la demanda primaria al programa político de lucha por el socialismo. Acorralados contra la pared, con unidad en la lucha, con los lazos solidarios que emergen de la clase trabajadora en sí, y no de los empeños individuales, es preciso liberar una violencia nueva suscitada por los viejos crímenes rezumados del capitalismo y sus modelos inhumanos de sobrevivencia