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Nuevo Curso

“Los girasoles” de Vincent van Gogh. Su  vandalización y la vigencia del programa SOCIALISTA

NUEVO CURSO

La situación política mundial del momento, se caracteriza, ante todo, por la crisis histórica de la dirección del proletariado.

La premisa económica de la revolución proletaria ha llegado hace mucho tiempo al punto más alto que le sea dado alcanzar balo el capitalismo. Las fuerzas productivas de la humanidad han cesado de crecer. Las nuevas invenciones y los nuevos progresos técnicos no conducen a un acrecentamiento de la riqueza material. Las crisis de coyuntura, en las condiciones de la crisis social de todo el sistema capitalista, aportan a las masas privaciones y sufrimientos siempre mayores.(La Agonía Mortal del Capitalismo  y las tareas de la Cuarta internacional)

Las familias del Reino Unido se verán obligadas a elegir entre calentar o comer este invierno, ya que las compañías de combustibles fósiles obtienen ganancias récord”, expresó Holland; al tiempo que acotó: “Pero el costo del petróleo y el gas no se limita a nuestras facturas. Somalia se enfrenta ahora a una hambruna apocalíptica, provocada por la sequía y alimentada por la crisis climática. Millones se ven obligados a mudarse y decenas de miles se enfrentan al hambre. Este es el futuro que elegimos para nosotros si presionamos por nuevo petróleo y gas”. (Infobae, comentando el ataque de activista a una pintura de Van Gogh en  la National Gallery de Londres)

Traemos a cuento esta cita y la referencia del hecho protagonizado por jóvenes exponentes  del activismo en formato siglo XXI, nacido a partir de ideologías sostenidas en afirmaciones presuntamente objetivas, donde supuestamente se habían agotado los grandes relatos, la lucha de clases era discutida como motor de la historia, y la premisa , la vida es hoy mañana no hay nada, para dar cuenta,  que huérfanos de toda explicación de cuanto implica el capitalismo, solo atinan al daño cultural con tomates. Es todo un fresco de la impotencia sin sujeto que exhiben nuestros tiempos de redes asociales, aplicaciones telefónicas, y otras yerbas.

Sin embargo, nuestra referencia al fenómeno del que da cuenta la cita, busca indicar -puertas adentro- el agotamiento por objetividad evidente en la denuncia de los propios militantes de aquel discurso nacido desde las entraña de los que aparentando , bajo el  paragua de la actualización crítica del marxismo del siglo XX, rápidamente salieron a predicar la impertinencia del documento fundacional de la Cuarta Internacional , conocido como Programa de transición, en base a señalar que contrario a cuanto se postulara en ese documento “las fuerzas productivas siguen creciendo bajo el capital”.

La crisis energética que agudizan las confrontaciones bélicas en varias partes del mundo pone énfasis en señalar la carencia proyectada de recursos de ese tenor para motorizar en ritmo dinamizador la industria productiva y la propia vida cotidiana en las grandes urbes, que no cesan de incrementar la demanda de esos recursos y sostener una economía solo sustentada en el consumo.

La economía, el Estado, la política de la burguesía y sus relaciones internacionales están profundamente afectadas por la crisis social que caracteriza la situación pre­-revolucionaria de la sociedad. El principal obstáculo en el camino de la transformación de la situación pre-revolucionaria en revolucionaria consiste en el carácter oportunista de la dirección proletaria, su cobardía pequeño-burguesa y la traidora conexión que mantiene con ella en su agonía.(programa de transición, pag.31 Edit Crux pag. 31)

Habrá que advertir que la interpretación del texto liminar del marxismo del siglo XX (“el programa de transición) no puede hacerse sobre la base de un antejuicio negativo que concurre a declarar su caducidad, sino de su pertinencia en términos amplios sobre una coyuntura histórica de aquellos tiempos que puja por encontrar nueva realización en sus aspectos centrales con la que atravesamos en la actualidad , en particular en cuanto refiere a las implicancias de la alternativa socialismo o barbarie.

En los últimos años, el movimiento obrero ha comenzado un lento y tortuoso proceso de recomposición subjetiva. La necesidad de contar con un instrumento revolucionario internacional como el que se propuso construir Trotsky con la fundación de la IV Internacional , es tan aguda  como en aquellos momentos. La tarea de todo trabajador consciente de su condición de clase, no puede soslayar este aspecto de la realidad en la que se desenvuelve su lucha.