El problema educativo visto como espacio superador y contenedor del conflicto salarial a través del programa de lucha clasista y socialista.
Una importante huelga de 17 días, con importante nivel de acatamiento en todo el territorio santafecino dio cuenta concreta del hartazgo y la bronca acumulada, por quienes trabajan en el espacio educativo, a partir de la caída de su salario real por efecto de la inflación
Lo que se conoce como el salario del “cargo testigo” está en Santa Fe , como en otras tantas provincias, bajo la línea de pobreza El sueldo de una maestra que recién comienza a trabajar no supera los 90 mil pesos. La propuesta que se terminó imponiendo tras el levantamiento de la huelga hace que ese salario llegará en diciembre a $ 114.729, aproximadamente la mitad de la canasta familiar. El hecho de que la paritaria recién reanude en marzo del 2023 hace que de mantenerse el ritmo inflacionario , ese salario testigo implique un ingreso real de indigencia.
La “Celeste-Frente de Trabajadores de la Educación” (FTE) militó durante toda la huelga la política del gobierno. Es decir, mas allá de alguna pose inicial , terminó activando y avalando un aumento en cuatro cuotas que termina en diciembre completando un 31% que añadido al 46% que ya habían arreglado a principio de año, “cerraba” la paritaria 2022 con un aumento total del 77%, perdiendo aproximadamente,más de 30% con la inflación.
Los docentes nucleados en AMSAFE impusieron en el curso del conflicto y por determinación de sus bases, después de la primera reunión paritaria el rechazó a la propuesta del gobierno a pesar de la amenaza de los descuentos de los días de paro. Sin embargo ocurrió , que casi en paralelo las burocracias de los otros gremios estatales daban por aceptada la misma oferta. Los trabajadores que conforman el sindicato de docentes quedaron en lucha, pero en soledad. Incluso los docentes privados (Sadop) también aceptaron.
En ese contexto el gobierno volvió a convocar a paritaria para reiterar la misma propuesta ya rechazada Sin embargo, a cambio de aceptar, el gobierno se comprometía a devolver los descuentos por los días de huelga que ya había materializado -que en algunos casos se acercaba al 70% del salario- por planilla complementaria.
Esa propuesta fue asumida por la conducción provincial de AMSAFE, quien la diseminó por la base bajo la presión de la posibilidad de que se siguieran descontando salarios de continuar la lucha y otros métodos discursivos intimidatorios, logrando finalmente su propósito por abuso de sus posicionamientos en toda la provincia dentro de la estructura sindical en sí.
Esto permite una primer lectura de los hechos. Es más que evidente, que no se logra superar el dique de contención que impone la conducción del sindicato, que abiertamente es funcional no a los intereses objetivos de los docentes sino a los grandes lineamientos económicos que surgen del diseño del gobierno nacional y provincial en la reproducción social del capital en un contexto de capitalismo atrasado y dominado por el capital financiero .
La conducción sindical de los docentes agrupados en AMSAFE, con entramados funcionales en las centrales sindicales nacionales , está enmarcada en un objetivo táctico de propia sobrevivencia relativo a sostener a como sea al gobierno nacional y por ende al gobierno provincial en la medida en que Perotti , fue oportunamente nominado para cubrir ese cargo de gobernador por la propia vice-presidente de la nación y toda la estructura del PJ y aliados de Santa Fe . La CGT y las CTA están “blindando” al gobierno nacional (y a todos los provinciales) para permitir la reproducción del capital con consenso social por mediación del Estado de la burguesía . Esa “estabilidad” de la relación política que conlleva la relación mando-obediencia por consenso y legitimación por vía del orden jurídico vigente , es la que permite aplicar el ajuste en un escenario deseado que eluda toda cuestión confrontativa y con ello la aplicación del remedio extremo que implica la represión. En ese espacio interpretativo deben ser leído los descuentos, en tanto herramienta legal con la que el Estado impone su política , absolutamente condicionada por el imperativo de reproducir la relación capital-trabajo.
Las direcciones sindicales que se deslizan por esta táctica de sostenimiento del gobierno burgués nacional y provincial , toman decidido partido , en su afán de sobrevivencia, por un escenario de derrota en la lucha de clases y un espacio existencial signado por salarios de miseria, escuelas y hospitales que se caen a pedazos, pobreza , desocupación y espacios sociales de extrema vulnerabilidad generadores de una población económicamente sobrante , cada vez más creciente.
En ese marco aparece un segundo elemento que se desliza por debajo de la necesaria política de frente único en la lucha por las demandas que enmarcaron el conflicto y es el de necesaria puntualización de la actitud de quienes dicen luchar, pero terminan adentrándose en una suerte de oposición a la conducción provincial que es meramente de postura y nunca de carácter sustantivo al punto que cerrado “transitoriamente” el conflicto en sí establecen con el sector burocrático encarnado por la lista celeste una suerte de “convivencia pacífica” que implica la sobrevivencia de ambos frente al conjunto de los trabajadores del sector.
En este plano, las circunstancias concretas del desarrollo del conflicto en las bases también muestra otro aspecto que termina siendo soslayado y le permite a quienes integran desde las conducciones locales del gremio , dentro del bloque que se manifestó en oposición a la gestión del conflicto por la celeste una posición “cómoda”, ya que ocultan su parálisis solamente tras el discurso , es decir, solo son opositores en el mundo de las apariencias, que por tales resultan engañosas.
Ese otro aspecto del conflicto que continúa tan vigente como en su inicio y que lo rebasa del marco paritario de discusión salarial, es precisamente el que le permitía a los trabajadores docentes hacer pie en la sociedad como vanguardia de un reclamo no exclusivamente económico, centrado en la defensa de la escuela.
El pliego docente incluía el reclamo por las copas de leche de 24 pesos y de comedor de 85 pesos por pibe, por aumento de las asignaciones familiares de 870 pesos por hijo, por reformas edilicias de escuelas que se caen a pedazos y que están abarrotadas de alumnos, por asegurar servicios básicos como energía eléctrica agua y gas, por la creación de gabinetes psicopedagógicos ante una población escolar que colapsa junto a la crisis, por el no cierre de cursos en primarias para adultos, por el rechazo a la extensión de la jornada de trabajo en primaria, por las reformas educativas a cuentagotas pero a paso firme que se producen en las secundarias comunes y para adultos que llevan a la decadencia de la calidad educativa. En definitiva por la defensa a la educación pública que, como bien sabemos es el principal destino de los alumnos de la clase obrera y los de abajo.
Nada de esto quedó cerrado tras la imposición de la propuesta del gobierno por vía de la presión de la conducción sindical burocrática que tiene el control de la estructura sindical en la provincia, y nada de eso aparece en el discurso y la acción concreta de quienes desde esas mismas estructuras se manifestaron “opositores” a la línea de consenso al gobierno dada por “la celeste”.
Es este “olvido” de lo central del conflicto, que rebasa el mero planteo economicista, el que emparenta a estos sectores aparentemente confrontativo. Todos han guardado los megáfonos, los micrófonos, las entrevistas en los medios para otro tiempo, y si este se presenta desempolvar esas demandas como simple ariete y no como objetivo estratégico.
En la medida en que la lucha no se expanda del espacio educativo a la clase trabajadora y sectores de población económicamente sobrante, en grado de vulnerabilidad , que ubican a sus hijos en ese proceso de construcción de su subjetividad , siempre presentara como componente el riesgo de no alcanzar masividad y por ende adolecerá del aislamiento sobre el que todos ahora lloran lágrimas de cocodrilo.
Las agrupaciones docentes que encarnan sindicalmente en términos generales las políticas del FIT-U , , lejos de llevar a consideración los datos objetivos de la realidad en el plano educativo, siendo meros reproductores de los dictados de los dirigentes de esa cooperativa electoral bajados desde sus respectivos “comité centrales”, continuaron posicionándose como “socias” de la directiva de Rosario, en un frente dirigido por la burocracia reformista: las direcciones de AMSAFE Rosario, ATE y la CTA A Rosario.
Esta circunstancia apuntada hace que ese frente al momento en que las bases indican una moción de rechazo a la propuesta del gobierno, claudiquen ante la evidencia de la bronca dejando en la superficie su política impotente: ganaron la moción, pero generaron acciones y lineamientos como para tomar la dirección en los hechos del conflicto y organizar una huelga consecuente. Esta claro que no alcanzan las marchas construidas solamente desde los aparatos organizativos con los que puedan contar cada uno de los grupos activos, ni tampoco con simbólicas clases públicas. La movilización implica la tendencia consciente en hacer espontanea la lucha desde los sectores que genuinamente la encarnan viabilizando sus demandas y acudiendo a las iniciativas de organización que surjan desde el sector social en conjunto , hacia el resto de la población .No puede haber lucha victoriosa, si el conflicto no se potencia desde el problema educativo , incorporando en él , cuanto tiene que ver con la recomposición salarial , hacia la clase trabajadora. No hay posibilidad de avance, si no se le explica a la clase trabajadora que éste, el educativo no es un problema exclusivo de los docentes sino de toda la clase en sí , en el objetivo de satisfacer la demanda vital de educar a nuestros hijos.
Un entramado completamente sindicalista da el correlato del economicismo ínsito en las acciones de los sectores políticos presentes en la lucha , da cuenta de la prevalencia del reformismo .
Ese diseño del conflicto obligó y obligara en lo futuro a respetar las propias lógicas y estructuras institucionales de cada sindicato que se vea incurso en un enfrentamiento con el Estado provincial o nacional . cada uno su dirección provincial, sus estatutos… etc. Es precisamente ese , el límite ideológico que debe ser rebasado y para ello se impone la continuidad en la lucha por otros medios , a través de los cuales pueda propagandizarse la necesidad de luchar por un programa socialista y la estrategia del poder obrero para una nueva sociedad, por pertinencia de la dialéctica que impone el tránsito de lo particular a lo general
De esta forma, otro elemento que deja esta fase del conflicto y de la lucha de clases , es que ha quedado expuesto los límites del economicismo sindical y su reformismo que los torna impotente a la hora de transformarse en la conducción de ese conflicto por mandato de la base que rechazó inicialmente la propuesta del gobernador y ordenó la continuidad de los paros . Los que se dicen opositores, pero mantienen sus pies en las estructuras institucionales de cada sindicato como si fueran islas y superando esa lógica, no apuntan a alternativas de los trabajadores de conjunto que superen esas especificidades desde los propios organismos de masas de la clase trabajadora, no tienen ni tendrás por esa vía ,una política para la huelga.
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