NUEVO CURSO
Siat, contrato 300 personas para montar la cañería del gasoducto Néstor K, desde Vaca Muerta, pero como no se están respetando los tiempos en la entrega de insumos, y por eso usó esa circunstancia para dar la baja del contrato laboral de 13 operarios, buscando reducir paulatinamente la planta de obreros». Frente a esto a comienzo del pasado mes de setiembre., Los trabajadores de Tenaris Siat del grupo Techint, que laboran en la planta ubicada sobre el Riachuelo en el partido de Valentín Alsina, iniciaron un plan de lucha por el despido injustificado de esos 13 trabajadores
Después de la conciliación obligatoria más larga en la historia dictada por el Ministerio de Trabajo, y por la continuidad en el reclamo, quedaron ratificados los 13 despidos, por los que se inició el conflicto que puso en riesgo la continuidad del gasoducto Néstor Kirchner.
Sin embargo, días después de esa instancia, como viene ocurriendo en otros conflictos de otros sectores, por caso emblemático en el de los obreros del neumático , se llegó a un acuerdo que destrabó la controversia asegurando la continuidad de los puestos que eventualmente continúan, por lo menos hasta abril del año próximo , lo que implica que la situación se congela por los seis meses que demandaba inicialmente la comisión interna metalúrgica, con la promesa empresarial de cumplir un contrato que, hasta ahora y en los hechos, los Roca y sus secuaces patronales ,desconocen según se les antoja.
En Argentina, los trabajadores, cualquiera fuera el sector que se exprese en la contienda por la magnitud del precio que se paga por la fuerza de trabajo o por el mantenimiento de la fuente de trabajo, aún continúan encorsetados dentro de las estructuras sindicales y las acciones de la dirigencia a cargo de las mismas.
Este desarrollo de las acciones, por sus alcances, pone un techo a la conciencia de clase limitando la confrontación social, a un puro economicismo de programa mínimo de reproducción de la fuerza de trabajo en condiciones mínimamente dignas. En ese escenario se ubican también quienes actúan por el aparato político de la cooperativa electoral FITU, quienes por su propia matriz ideológica se revelan incapaces de ser consecuentes con las tácticas ligadas al empleo de consignas transicionales y la estrategia de poder obrero a pesar de pasear por los pasillos de las universidades las fotos de León Trotsky.
De esta forma, pese a la sucesión de conflictos y las movilizaciones callejeras que pueden estar ligados a controversias emergentes de la propia materialidad desenvuelta en situación de aporte de la fuerza de trabajo en producción o servicios , la única salida para mejorar esas mismas condiciones de trabajo y de vida , se conecta al fortaleciendo y sostenimiento de una oferta electoral, divergiendo por un lado en la paradoja de ver superación en lo que, curiosamente está gobernando y el consiguiente encolumnamiento detrás de Cristina y por otro en la aparente alternativa de sumar más diputados al parlamento del Estado burgués.
Así, en un paneo de la lucha de clases solo se advierte en las calles banderas de diversos colores, pero en los hechos un común denominador, el ajuste de las luchas a las estrictas condiciones reproductivas del modelo capitalista, que lo único que hace es exhibir su decadencia y su barbarie.
El conflicto en Vaca Muerta-Gaseoducto Néstor K, solo exhibe el verdadero rostro capitalista en con base en la forma sustantiva a través de la cual se produce el valor y la apropiación del mismo por los dueños de los medios de producción. Así es que aparecen en escena, contratos a término, tercerizados, monotributismo y diferentes iniciativas de contrato que colocan a los trabajadores al borde la subsistencia, siendo estos incluso los que más peticionan porque se respete “el contrato” que no es otra cosa que la forma jurídica de la explotación en sí. Una ingeniería legal con engranajes empresarios, gubernamentales y sindicales, que por incidencia directa de la crisis permite ver claramente que es solamente un soporte que habilita incluso a su incumplimiento, activando mecanismos legales para la superación de la ilegalidad, con lo que está más que claro que no hay norma que venga en auxilio de los explotados, porque de haberla, el sistema productivo, se tiraría un tiro en los pies.
Vaca Muerta, es un espacio productivo que tiene específicas implicancias políticas. La burguesía lo ve con claridad y actúa en consecuencia. No ocurre lo propio con la clase trabajadora que solo vuela bajo en la medida que no rebasa las conducciones sindicales y estas negocian “acuerdos” sobre la base de la propia legalidad burguesa. Se omite ver que los emprendimientos anexos a ese polo extractivo y contaminante, como lo son la construcción- mantenimiento del gaseoducto y luego el ahorro generado por la venta de ese combustible, son factores que concurren a integrar los componentes y los alcances contradictorios del fenómeno implicado en la reproducción capitalista en su totalidad dentro de nuestro país.
La incidencia de ese espacio productivo, tiene significación en tanto ha sido presentado como un símbolo bíblico del porvenir, un mito del que corresponde esperar que mane leche y miel para los argentinos sacándonos milagrosamente de las carencias acuciantes , cuando en realidad contiene en sí , solo los beneficios de la burguesía, y la posibilidad de cumplir con las metas impuestas por los usureros para que se garantice el pago de sus empréstitos o se recuperen y realicen los bonos que obran en su poder
La crisis capitalista, los efectos del desenvolvimiento de este modo de producción y su sociedad civil de orden y control social, que dejan ver su barbarie y la incertidumbre en la que se ubica desde ellos al pueblo trabajador, no pueden ser superados si no se comprende por los trabajadores mismos que la matriz del infierno radica en la propia explotación capitalista y el Estado que le da institucionalidad y legalidad a la opresión burguesa.
Sin organización política independiente de los trabajadores, sin uso de los métodos específicos de la clase obrera y sin definición estratégica en torno al objetivo instrumental de consolidación del poder obrero, no hay vía de superación real alguna del fenómeno. En sentido inverso, la continuidad de lo dado y los métodos de lucha empleados solo aciertan a materializar salidas transitorias que a la vuelta de la esquina nos ponen nuevamente de frente al mismo monstruo.