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Nuevo Curso

PROPAGANDA Y ORGANIZACIÓN LA CONFORMACIÓN EXTENDIDA DE CONCIENCIA SOCIALISTA EN LA CLASE TRABAJADORA .

NUEVO CURSO

El relevante papel que le cupo a Lenin, Trotsky y sus compañeros, en el triunfo de la revolución y en la dramática guerra civil posterior, elevó a la categoría de dogma indiscutible todas las orientaciones y resoluciones que se tomaron en materia de organización de la militancia concreta y las referencias culturales de esa estructura en la sociedad civil de conjunto.

En este mismo contexto, tiene aproximación a la verdad, el concepto según el cual, el triunfo de la Revolución Rusa fue posible por la existencia de los bolcheviques en tanto partido centralizado y disciplinado, en tanto esa experiencia histórica específica planteó tempranamente el imperativo de la unidad de acción para que esta lucha resultara exitosa. El poder económico y político del capital, centralizado en el Estado, sólo podría contrarrestarse o quebrarse si los explotados reunían en un solo haz sus fuerzas dispersas.

 Sin embargo la experiencia no se puede generalizar, imponiendo su aplicación mecánica en cada sociedad en particular y en cada momento histórico, en particular porque la necesidad imperiosa de unidad de acción sólo puede asentarse en la convicción de los trabajadores, y ésta no se logra por imposición sino por consenso aun cuando en algún momento de ese proceso específico el acuerdo haya sido logrado por una victoria ideológica de un sector sobre otro. Esto explica además la necesidad imperiosa de la difusión de ideas en los más amplios formatos para constatar su incidencia o no en el conjunto de la clase trabajadora y en particular en la vanguardia militante.

La libre confrontación de ideas y opiniones es indispensable para arribar a la unidad de acción y al desarrollo del movimiento de lucha.

 La más amplia democracia es para los trabajadores la condición en la que fundamentan su unidad de acción. Esa condición y ese resultado no se puede lograr si esa práctica democrática no existe desde la base misma de las acciones concretas de los trabajadores y sus organismos de masa. Es imposible pensar, como se lo trafica en todo lo que lleva este siglo por las llamadas organizaciones políticas de “izquierda” que la concentración de la discusión en un breve período en “asambleas” precocidas como las hamburguesas de una famosa cadena de ventas mundial de ese producto puedan ser asimiladas a la presencia democrática de la vanguardia de la clase, en una organización política.

 Ese tipo de prácticas culturales inveteradas, son las que deben caer por lucha política de la propia vanguardia orientada hacia nuevas formas más elásticas de construcción orgánica que sea permeable a una dirección pero no esclava de burócratas auto referenciados. Difícil es que un burócrata de partido sea creíble y gane adhesión política cuando censura y adjudica todos los males a la burocracia sindical, cuando se sostiene precisamente en un esquema burocrático.

Nos encontramos frente a la crisis capitalista en un tránsito militante que requiere de propaganda de ideas para muchos y agitación concreta de ellas donde la clase se da alguna forma de lucha, sin adaptaciones demagógicas ni apologías sobreactuadas respecto de los méritos revolucionarios de esas iniciativas concretas.

Debe precisarse el concepto en función del cual es advertible por los datos de la historia de la lucha de clases que la  restricción autoritaria en la discusión y la más férrea obediencia a la dirección, no se compadece con la acción de los trabajadores en este estadio de esa misma lucha, porque eso preceptos no se adecúan a las condiciones cambiantes de la lucha, máxime cuando simple y mecánicamente , se ha optado desde las pretendidas conducciones políticas por la vía reformista y su formato de  cretinismo parlamentario.

La tarea del partido no consiste en discurrir medios de moda para ayudar a los obreros, sino en adherirse al movimiento obrero, en alumbrarle el camino y en ayudar a los obreros en esta lucha que ellos han iniciado ya». Se trata de lucha política contra el populismo y el reformismo por eso hay que superar a la cooperativa electoral condensada oportunistamente en el FITU, a partir de la agonía que exhibe en los hechos solo disimulada por despliegues de aparato de esa misma burocracia a la que aludimos, haciendo  hincapié en el partido como un partido de la clase obrera que se apoya en, y generaliza, su experiencia de lucha, y no como una organización particular, distinta de la organización obrera, que trata de inculcarle sus propios medios y formatos  de moda, que paradójicamente hacen centro en la diferenciación por problemas específicos y no en un programa clasista socialista comprensivo de todas esas diferencias secundarias a la relación capital- trabajo.

Aquí el famoso texto del Manifiesto Comunista: «Los comunistas sólo se distinguen de los demás partidos proletarios en que, por una parte, en las diferentes luchas nacionales de los proletarios destacan y hacen valer los intereses comunes a todo el proletariado… y, por otra parte, en que en las diferentes fases del desarrollo porque pasa la lucha entre el proletariado y la burguesía representan siempre los intereses del movimiento en su conjunto».

Esta construcción conceptual que demanda aplicación práctica desde el mismo sujeto y su actividad donde se origina, no desconoce en modo alguno, la lucha teórica contra los economistas, y la presencia de militantes profesionales formados en la teoría revolucionaria, pero eso no puede ser reducido a la simple existencia de trabajadores que abandonan sus labores para trabajar en el partido percibiendo un ingreso, sino definido por la dedicación exclusiva en el existir a la militancia revolucionaria, de modo que en su proyecto de vida no exista otro objetivo que la transformación socialista de la sociedad. .