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Nuevo Curso

REVOLUCION vs. REFORMA

NUEVO CURSO

En Argentina, hacia mediados de 1975 la transformación de la sociedad en un nuevo orden superador , construidas bajo el objetivo paradigmático del valor justicia desde un nuevo hombre compartido tras el significado significante Revolución estaba tendencial y mayoritariamente  consolidado en toda una generación que dio su vida por ella al enfrentar al enemigo de clase empeñado en lo inverso , tras acciones genocidas

Es decir, en primer lugar y para llegar a esto que hoy debemos sobrevivir existencialmente, debió mediar  la liquidación física e ideológica de ese programa de vida colectiva impulsada por los jóvenes  para terminar con esa vanguardia . Luego la política burguesa con rostro democrático, pregonando desde los escenarios electorales el preámbulo de su constitución nacional hizo el trabajo restante de hacer mutar a la generación venidera hacia otros paradigmas, todos funcionales a la reproducción y acumulación capitalista

Con ambos emprendimientos la clase dominante dio por abolido el significado transformador de las relaciones  sociales y de emancipación humana contenido en la palabra revolución, quebrando su permanencia y evitando su transmisión generacional en el ideario colectivo logrando que la nueva juventud aceptara un programa de revolución inversa bajo  el paradigma de la llamada teoría del derrame como gran ordenador social, sumado  la impunidad sobre la corrupción generalizada, no solo en el Estado sino en los vínculos relacionales de la sociedad civil  instalando el lema darwinista del sálvese quien pueda

Por todo esto, afrontando un nuevo 1 de mayo, nos envolvemos con otros jóvenes necesariamente diversos de aquellos, en tiempos, por la cuestión fáctica signada por una perdida de l rumbo, derrapando en el laberinto del reformismo y el más elemental economicismo. Ocurre además el fenómeno específico y degradante que se deja ver expresando que en gran medida quienes deben pasar la posta en la lucha, a quien debería correr los últimos cien metros, se demoraron y se atascan en pretendidos atajos o confortantes habitaciones del poder burgués.

Buscando dar cuenta acabada de este fenómeno. Sin embargo la literatura hace su trabajo, humano y creador para poder perfilar cuanto está en juego para cada trabajador y cuanto se debe “invertir emocional e intelectualmente” para finalmente subsanar este desvío temporal, esa tarea inconclusa, que nos amenaza ahora con la perdida de toda humanidad y todo sentido vital de existencia.

Por eso lo siguiente:

La revolución es un hecho de violencia. Tiene urgencia por diferenciarse de su hermana apócrifa: la reforma. Deplora ese arte de la moderación que todo progreso paulatino postula como virtud. Renuncia a los entendimientos. La revolución se impone como acto de violencia, por la fuerza y con arbitrariedad. En “El Estado y la Revolución, escrito en Finlandia entre agosto- setiembre de 1917 Lenin cita a Engels : “indudablemente, no hay nada más autoritario que una revolución”. El mismo había sostenido en “Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática”, escrito en 1905 en Ginebra , que “ los grandes problemas en la vida de los pueblos se resuelven solamente por la fuerza”, que “las propias clases reaccionarias son generalmente las primeras en recurrir a la violencia, a la guerra civil” y que “la oposición al gobierno se efectúa derrocándolo violentamente”. Es la lección de 1905: más vale desconfiar de los posibles acuerdos, porque sólo en el principio del desacuerdo irremediable se abre el camino de la revolución. …La revolución es destructiva por necesidad. Pero no solamente por necesidad, sin esa pasión por el aniquilamiento, perdería su sustancia (otra vez el fantasma de esa hermana menor que se obstina en la voluntad tramposa de parecérsele. La reforma no destruye ni aniquila. Hay que destruir, entonces, hay que aniquilar, para que se note la diferencia) …La eliminación de toda resistencia, la exaltación destructiva hace a la revolución. No obstante, con eso no basta. La revolución tiene que ofrecer también su programa de construcción de lo nuevo

Lenin habla en Las Tesis de abril de “ la construcción de lo nuevo” que es lo que necesariamente sigue al punto y aparte de la destrucción de lo antiguo. Así también puede decirse que la revolución es desorden, pero en” Las tareas de la revolución” Lenin habla de “un orden verdaderamente revolucionario” Están entonces la violencia destructiva, sí , y el desorden , la fuerza , la apasionada arbitrariedad, pero luego, también, más serenamente, el orden revolucionario y la construcción de lo nuevo, y más allá incluso la disciplina del trabajo…..”La revolución enseña , indudablemente con tal rapidez y tal profundidad, que parecen increíbles en los períodos pacíficos de desarrollo político”

Los tiempos de la revolución son su verdadera sustancia: aquello de lo que está hecha. Sus contenidos los provee la teoría marxista, como concepción del mundo y no como falsa conciencia. Pero los contenidos son aquellos que la revolución comunica o aquellos que trasmite y en realidad son aquellos que la revolución ejecuta y lleva a cabo . (Del cuaderno gloria azul y blanco escrito por Rubén Tesare, MUSEO DE LA REVOLUCIÓN. Martín Kohan pag.57/59)