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Nuevo Curso

Ideología en el documento del 8 de marzo. Nuevamente la búsqueda de formación de falsa conciencia.

NUEVO CURSO

Se conoció un documento firmado por numerosas organizaciones , convocando a conmemoración callejera del 8 de marzo. La premisa del texto se concreta de esta manera: ¡no hay democracia con un Poder Judicial al servicio del poder económico; no hay democracia con deuda externa ni bajo el control del FMI!

La simple observación, desmiente lo afirmado. Los hechos, no las ideas, dejan en claro que sí hay democracia con poder judicial al servicio del poder económico. Esa es la democracia real y no la abstracta que reivindica el documento. La democracia que existe es la forma de gobierno que delimita la república burguesa a través de la Constitución Nacional. En ella existe división de poderes y el Estado de la burguesía cumple con su función orgánica en el orden social capitalista.

La pregunta se impone: ¿piensan los firmantes que el poder judicial se organiza para defender conceptos diversos del de propiedad privada, que el mismo texto constitucional diseña como la base estructural de todo el orden social capitalista?¿Piensan los firmantes que el poder judicial del estado burgués , ese mismo que según los propios firmantes convive con el patriarcado al que se dice necesario abolir, puede actuar de forma diversa al interés general de la burguesía?

El democratísimo abstracto que drena este texto y es su premisa fundante, no es otra cosa que la declaración de un franco anunciado por las mismas tendencias contenidas en el fenómeno al que se alude. Ese democratísimo de vigencia en lo imposible pues desmiente objetivamente las bases fundantes del orden social capitalista, genera la falsa conciencia en la igualdad de derechos y los Estados derechos, que no han generado otra cosa que ilusiones y ninguna realidad.

Debe quedar claro que no se trata de mejores gestiones en los órganos de poder. Es la base material de la reproducción social del capital la que contiene la desigualdad y la injusticia material por vía de la apropiación del valor creado por los trabajadores. La única ley que tiene este régimen es la ley de valor y su correlato en la propiedad privada. La única resultante es la explotación y la opresión social.  Esto imposibilita toda alternativa reformista como la que pregona el documento.

Hay además una visible segmentación del problema colocando en prevalencia al poder judicial, que se inscribe en la táctica de un sector de la burguesía que busca negociar en mejor forma su impunidad definitiva, buscando que ese resultado no tenga costo político y le habilite incursiones operacionales en los dos restantes poderes. Es un error poner una puja de distintos sectores de la burguesía como eje de un documento que apunta a una tarea conmemorativa, a la condición social de trabajadoras de las mujeres y exhibir los factores específicos que la explotación y opresión capitalista tiene a su respecto en su particular posicionamiento social.

En esa misma función ideológica formadora de falsa conciencia el documento avanza en señalar:

Las consecuencias del pago de la deuda con el FMI, contraída por el gobierno de Mauricio Macri, siguen recayendo de manera diferencial sobre las mujeres, las lesbianas, bisexuales, travestis, trans, no binaries; y hoy afectan al pueblo entero que vive de su trabajo

La condición mayoritaria de miseria y pobreza que se vive en nuestro país, no es tributaria exclusiva de una deuda contraída por la gestión Macri. Ese sesgo, resaltando una parcialidad como generalidad, se inscribe en la señalada tendencia del documento de agruparse tras las filas de un sector de la burguesía emparentada con los negocios del Estado para presionar en función de sus intereses sobre otro espacio de la misma burguesía.

Es erróneo transferir a una sola causa las razones de la miseria, sobre todo porque ella no nace de la gestión Macri, sino que la arrastra el orden capitalista desde antaño. La línea de pobreza nunca ha cedido, ni ha dejado de mantenerse en guarismos insostenibles en plano de dignidad humana.

La deuda ha sido un manotazo de ahogado de la burguesía, en tanto en ningún caso ha sido repudiada por gestión política alguna desde su generación, ni observada por los demás poderes del Estado, para sobrevivir en su espacio político de dominación sobre explotados y oprimidos.

De esta manera, siguiendo esta puntualización el documento falsea los hechos, para luego buscar gestar un nivel de consciencia comprensivo de esa visión que indica un más de lo mismo y el señalamiento de un camino al precipicio.

En un tercer momento, el documento sin dejar ver solución de continuidad con las premisas falsas ya expuestas, dice lo siguiente:

Vemos cómo se evidencia cada vez más el vínculo entre los poderes económicos concentrados y el poder judicial y su intervención directa en la vida cotidiana de los sectores más precarizados cuando interponen recursos a favor de las corporaciones y en detrimento de nuestros derechos. También a través de la criminalización de protestas y, en particular, de las comunidades que defienden los territorios frente al avance extractivista.

Hablar de poderes económicos concentrados y no denunciar a una clase social explotadora y opresora, oculta en sí, la admisión de un sector de la burguesía dominante redimible y tras del cual encolumnares para obtener reformas del Estado de esa clase.

Esto lejos de luchar por un desarrollo superador en una suerte de dialéctica negativa, implica en los hechos lo inverso, la pretensión extemporánea de volver a lo extinguido. El discurso alfonsinista con apología del preámbulo de la Constitución Nacional, ha dado en los hecho acaba cuenta de su impotencia frente a los hechos de la realidad, precisamente por esa sumisión a sectores de la burguesía.

En otros espacios del documento se reclama la investigación de los comportamientos que derivaron en disparos de arma de fuego dirigida contra la vicepresidenta, acompañando ese extremo con el reclamo por la libertad de cuatro mujeres mapuches.  Es observable que un extremo no guarda relación con el otro, más allá de la legitimidad de ambos reclamos. En el primer caso sin embargo, se advierte que la intentona no tiene en los actores a la hora de la determinación final de sus conductas la condición de mujer de la vicepresidenta. Incluso esto lo deja ver que entre los imputados suman voluntades mujeres. Sin embargo, y más allá de ello, lo relevante es que el documento se contradice con su premisa fundante. Como puede el poder judicial y su estructura a la que se le califica de ser órgano de sectores del capital concentrado, ser a la vez el medio para profundizar las investigaciones y generar las libertades de las compañeras detenidas. En todos los casos las evidencias fácticas de que lo demandado, no se compadece con las posibilidades del sujeto a quien se demanda, pone a esas pretensiones en el espacio de falsa conciencia y el señalamiento nuevamente de un camino impertinente al resultado buscado.

Por último se concluye indicando: “salimos a las calles a exigir una democracia que enfrente a los poderes coloniales, internos y externos, que nos quieren disciplinar. Y a decir que la deuda sigue siendo con nosotras y nosotres!

Nuevamente la ideología supera lo real. Lo concreto en la proclama es la ausencia en el reclamo respecto a cómo y de qué manera la democracia que instaura la república burguesa como forma de gobierno, que lleva más de 4 décadas en funcionamiento, puede responder a demandas como las cursadas.

Habrá que advertir, que por esta vía los caminos se hacen dificultosos. Habrá que plantear a la lucha otro contenido, sostenido desde lo real y no en los discursos de contexto gestados desde pujas políticas al interior de la burguesía en referencia a cuál de sus grupos gestiona estatalmente el interés del conjunto de esa clase.