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Nuevo Curso

Otro 24 de marzo. HAROLDO CONTI enseña y orienta

NUEVO CURSO

En  un espacio ideológico-intelectual signado por la deconstrucción del hombre como centralidad fundante de una sociedad y sujeto constructor de verdad . En momentos en que el tiempo de desarrollo de nuestras vidas solo admite una dimensión que es el hoy, sin habilitar presencia del pasado ni proyectar futuro. En tiempos en que con discurso políticamente correcto se diseña la aptitud de la avenida del centro como único remedio a la creciente reconstrucción del discurso y las acciones de acendrado corte fascista, un texto olvidado. cumple función de documento respecto de un gesto en lo cotidiano que define una bandera que nuevamente debe recogerse y ser llevada en alto. No es posible pensar en nueva sociedad, ni construir con sentido humano, cuando la condición humana cede terreno al discurso construido según quien lo escuche y a las actitudes oportunistas  El factor subjetivo es el factor gravitante esencial del cambio social necesario. Otros hombres dieron señales del curso correcto de los actos , sus desapariciones no implican en modo alguno su caducidad. Por el contrario, su vigencia deviene como imperativo.

Una de las maneras en las que se suele ayudar a la estratégica maniobra política que se desarrolla ante el advenimiento de cada 24 de marzo, más allá de la ya perpetrada al institucionalizarlo como feriado, es la de acudir a su banalización con formato de reinstalación del discurso de los dos demonios. Tal es la fuerza que pretenden dar a ese espectro que frente al problema que actualmente se presenta con epicentro en la ciudad de Rosario frente a la emergencia de violencia social atravesada por manifestaciones de la cultura narco y del mercado al menudeo de droga, que ante el desembarco de tropas militares en la ciudad, su intendente saludo el suceso señalando y agregó ““Tenemos una urgencia, defender a nuestra gente”.

Esta claro que si hay nuestra gente, también hay “otra gente” que no es la nuestra. Esa línea visceral de trato estigmatizante y segmentado fue la que también presidía toda la propaganda del Estado genocida en tiempos de la década del 70 cuyo advenimiento al poder da cuenta simbólicamente la fecha 24 de marzo. Paradigmas del tipo “usted sabe dónde está su hijo?”, aniquilar a la subversión a pútrida, etc., crearon por entonces el enemigo y luego ante la evidencia de su contenido terrorista de Estado, el mismo poder desdoblo en la teoría de los dos demonios.

Hoy el intendente de Rosario, entiende que la lógica militar la que resuelve un conflicto social. Que la presencia militar en calle es la respuesta a un complejo problema cultural y básicamente enuncia la creación del enemigo contenida en la dialéctica malos y buenos, donde finalmente, según lo anuncia “ganaran los buenos”

Desde esto, por la envergadura que tiene la palabra del alcaide de la ciudad, enunciada en un acto político, puede verse cuan abierto queda aún un período histórico marcado por el genocidio en nuestras maneras de ver, pensar y actuar en el mundo. Ninguna dialéctica del tipo a la enunciada por el jefe de la ciudad, lleva a buen puerto una sociedad, sino que por el contrario es el anuncio de un nuevo giro en la espiral de violencia que pretende monopolizar el Estado.

Es por eso que , trabajando los dichos de la autoridad, que se replican con igual formato en la mayoría de las fuerzas políticas que la burguesía pone a gestionar sus intereses, y siendo el medio por el que nos expresamos reducido y embrionario carente de toda intervención política proselitista, hemos visto necesario marcar cuanto implica esta estrategia de  pretendida defensa social por grupos armados proyectados desde el Estado opresor reflejándola en las direcciones políticas en pugna en los fines del 60 y la totalidad de la década del 70.

En ese sentido, descartamos también el uso nostálgico que se hace en relación a los militantes de la época. No se trata de ubicarlos por su desgraciado derrotero en situaciones de héroes inalcanzables y sujetos imprescindible. Esto último contribuye y facilite que se los reconozca pero a la vez se los niegue alegando no poder ser nunca como ellos. Esa falsedad y el uso ideológico de la cuestión, lleva al inmovilismo, a la aceptación resignada de lo dado y sobre todo a la aceptación acrítica de lo dado desde el paragua protector de la democracia por las generaciones futuras.

Es así que en tiempo de individualismo exacerbado. De muerte de la historia. De ascensos y reconocimientos acelerados y cómplices, es del caso tratar a cuento un documento que habla por sí mismo y que condensa todo el sentido del hombre que hoy naufraga y que los trabajadores estamos imperiosamente obligados a resignificar. 

En definitiva, no hubo dos demonios, como hoy no hay malos y buenos. Los fenómenos complejos no admiten respuestas sencillas. Las vidas de nuestras generaciones futuras están en riesgo y por esa razón, es hora de decirle basta a estas comedias de oratorias, desnudar la impotencia del funcionario. No se trata de heroicidades, solo se trató de ser hombres, y pretender buscar otra sociedad. Esa es la tarea pendiente.

Carta de rechazo de la Beca Guggenheim (Fragmento) Buenos Aires, 28 de febrero de 1972

 Estimado Señor Stephen L. Schlesinger, de la John Simón Guggenheim Memorial Fundación: Lamento responder con tanto atraso su atenta carta del 2/12/1971. […] Esa Fundación me comunica que se le ha sugerido mi nombre como posible interesado en una beca Guggenheim. Agradezco la intención del amigo que hizo la sugerencia y la gentileza de ustedes al enviarme los formularios correspondientes. […] Deseo dejar en claro que mis convicciones ideológicas me impiden postularme para un beneficio que, con o sin intención expresa, resulta cuanto más no sea por fatalidad del sistema, una de las formas más sutiles de penetración cultural del imperialismo norteamericano en América Latina. No es solo ni principalmente la cuestión de la beca Guggenheim en sí misma, sino de la política de colonización cultural de la que forma parte, en la que el imperialismo norteamericano no escatima en esfuerzos de organizaciones estatales, paraestatales y privadas. Los antagonismos de ese imperialismo y nuestros pueblos son profundos y violentos en todos los frentes, incluido por supuesto el de la lucha cultural. […] No soy un hombre de fortuna, como tampoco lo son la mayoría de mis compañeros […]. No reniego que en el orden personal, habría significado una gran oportunidad para mí […]. Yo entiendo que no puedo hacerlo y que mi gran oportunidad en este momento es Amé[1]rica, su pueblo, su lucha, la enseñanza y el camino que nos señalara el comandante Ernesto Guevara. Por lo demás yo he sido jurado de la Casa de las Américas en 1971, el mismo año en que usted me escribe, y considero que esa distinción que he recibido del pueblo cubano es absolutamente incompatible con una beca ofrecida por una Fundación creada por un senador de los Estados Unidos, o sea, no un hombre del pueblo norteamericano, sino del sistema que lo oprime y nos oprime. Atentamente Haroldo Conti

Haroldo Conti Escritor, estudiante del Seminario para sacerdotes y profesor argentino, premio Casa de las Américas (1975) en el género novela; secuestrado y desaparecido el 5 de mayo de 1976