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Nuevo Curso

Relaciones de fuerza

NUEVO CURSO

Suceden en los meses recorridos durante lo que lleva este año, una serie de fenómenos que acompañan a los que arbitraria e interesadamente se seleccionan por los formadores de opinión. Todos ellos concurren en un común denominador: la puja al interior de la burguesía, generada por factores en los que no tiene incidencia directa la clase trabajadora. Es decir, se presentan como problemas generales de la comunidad, significativos encontronazos de sectores. Lo parcial se hace total. Detrás, por debajo, en la trastienda o como se le quiera llamar, se presenta el fraccionamiento de una clase social dominante que ya no puede ocultar su crisis refleja de las dificultades sustantivas que tiene el capital para lograr su reproducción consensuada.

Este dato no menor, se exhibe en modo inverso. Se presenta precisamente por lo que no es. Se muestra con cantidades, tal vez por la necesaria referencia con un futuro conteo de votos que termine por seleccionar al equipo político de gestores de los intereses de la burguesía como clase en sí.

De esta manera, es que un presunto acto político, si se tiene como tal una expresión de voluntad colectiva por la demanda o generación de determinaciones específicas o programáticas de la república burguesa, en realidad se consolida en una simple presencia seguidita de una multitud a una persona y sus aparatos ligados al Estado, que puja a su vez por mantenerse en el centro de la escena política mostrando al resto que tiene control sobre esa multitud.

Ahora bien, esa exhibición de ayer en plaza de mayo, muestra la debilidad del sector burgués que se mueve tras la fachada montada en derredor de la única oradora. Es un formato político que enfermo de gravedad pretende dar salud y para lograr ese objetivo congrega como en misa a sus fieles, a sabiendas que esa acción no le sirve para consolidar dominio social. Esa multitud, no ha podido evitar que la oradora no fuese condenada en primera instancia, y sindicada como delincuente. No ha podido evitar ninguna de las determinaciones del poder judicial, y no tiene incidencia alguna en todo un paquete de leyes que han sido dictadas siguiendo la tendencia orientadora del capital financiero

Esta debilidad que se viste de fuerza. Este maquillaje que deja subyacente la crisis de dirección planteada hacia el interior del régimen político burgués en el país, en la medida en que las restantes expresiones de esa clase padecen fenómenos de otra naturaleza, pero coinciden en esa determinante esencial, que es la incapacidad de ser ellos por sí mismos los que tienen capacidad política suficiente como para conducir la crisis. “«Si la clase dominante ha perdido el consenso, entonces no es más “dirigente”, sino únicamente dominante, detentadora de la pura fuerza coercitiva, lo que significa que las clases dominantes se han separado de las ideologías tradicionales, no creen más en lo que creían antes. La crisis consiste justamente en que lo viejo muere y lo nuevo no puede nacer, y en este terreno se verifican los fenómenos morbosos más diversos» (Antonio Gramsci )

     Los trabajadores son solo número en este escenario. Su aprovechamiento desde la clase en sí, es nulo en tanto, no se verifica la construcción autónoma de consciencia en clase para sí, y sus organismos de masa en la lucha cotidiana frente a la reproducción del capital, ha optado por no presentar combate y alinearse detrás de uno u otro sector en pugna dentro de la burguesía. Lo propio ocurre con las expresiones políticas que dicen avanzar en la representación de los asalariados y los desocupados, en su doble condición de explotados y oprimidos.

En este último aspecto del fenómeno es relevante invitar a ver en los comportamientos de los sectores nucleados en el FITU como sus personajes visibles actúan en formato burgués acudiendo a pirotecnia y procederes similares. Léase en este sentido la infinidad de provocaciones, chicanas, llamamientos simbólicos a plenarios que lo menos que tienen es la plenitud. Mucha cámara televisiva, mucha red social, mucha pose para la tribuna, etc.

Se trata de un proceso que tiene muchas manifestaciones y en el cual las causas y los efectos se complican y se superponen. La “procesión a plaza de mayo” no ha sido otra cosa que una manifestación glamorosa de exhibir debilidad bajo los hábitos de un deshilachado populismo fiestero. El grito desesperado al vacío en busca de una aprendiz de hechicera para que manipule artificios huecos con los cuales afrontar la catástrofe social y la declinación encausada hacia la pobreza. Todo es crisis, con intentos vanos de obviarla en el mundo de las apariencias.

Las circunstancias objetivas de la crisis estructural del capital y sus dificultades sustantivas para su reproducción como orden social y modelo de producción. Refleja en la cultura burguesa dominante en todas sus expresiones. Esos efectos solo pueden ceder y transformarse a partir de la presencia significativa de la clase trabajadora con sentido propio, autónomo, no determinado mecánicamente por los haceres de cualquier sector burgués en pugna con sus pares de clase. El camino militante hacia el facilita miento propagandístico para la construcción de una vanguardia obrera que geste su organismo de poder, se organice a su interior, y con programa socialista, destruya el orden Estatal burgués, es el que debe recorrerse de todas las maneras posibles.