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Nuevo Curso

LAS CONSECUENCIAS DEL REFORMISMO . SU INCIDENCIA EN LA DESHUMANIZACION DE LA CONDICIÓN HUMANA.

NUEVO CURSO

Muchas veces, apremiados por la lucha cotidiana por la sobrevivencia, centramos nuestra preocupación en ese espacio inmediato que por tal reclama respuestas de igual tenor. Sin embargo, si se sale de lo específico y contingente y se avanza sobre la totalidad y sus partes de modo analítico, se verá que  el problema  más significativo de nuestra época  que subyace bajo las apariencias de los fenómenos específicos y diversos  que debemos atravesar según nuestro posicionamiento objetivo de pertenencia a una clase social en sí,  es la deshumanización de la condición humana, que viene de la mano con la frustración de las expectativas que generó el capitalismo como modelo de organización social determinante de las relaciones intersubjetivas que operan en la sociedad civil.

Esas expectativas ínsitas en la tríada, libertad, igualdad y fraternidad, enunciadas en tiempos revolucionarios desde 1789 en adelante y renovadas propagandísticamente tras la caída del muro de Berlín y los regímenes Stalinistas, se dejan ver hoy bajo su inversión dialéctica, es decir como negación.

Si hoy hay algo que no necesita mayor esfuerzo de demostración es precisamente, los objetivos indicadores de desigualdad social y oportunidades entre los miembros de las clases sociales en pugna.

Lo propio ocurre con las libertades democráticas que se ven rigurosamente cercenadas luego de haber sido declaradas a los cuatro vientos, en consonancia con la crisis de reproducción social que presenta el capital.

Finalmente es la lógica del individualismo exacerbado, la que aleja la posibilidad de todo lazo solidario y fraternal entre los hombres, afirmación que cede paso a su negación, es decir, el individualismo militante, la ausencia de todo discurso colectivo y la prevalencia del individuo y la parcialidad sobre el todo.

Sin embargo, si llevamos estos fenómenos sociales y los totalizamos en una suerte de orden de situación general del hombre concreto ante sus circunstancias es posible vernos como nunca expuestos a las distracciones más seductoras, inculpando a los demás por las violencias domésticas o en sociedad y queriendo encontrarle «el sentido a la vida» (unos sentidos más momentáneos y volátiles que otros), al acceso a la mercancía de turno.

En ese contexto, visto desde la clase trabajadora en sí, es posible advertir que los despojados de la propiedad de los bienes que producen y en los cuales se enajenan, están adhiriendo masiva y despreocupadamente a la era del desconocimiento de sí en pos de todos los beneficios de una presumida «vida encantadora» que proporciona el fetiche de turno

La deshumanización de la condición humana es el efecto subjetivo necesario de la crisis objetiva de la reproducción social capitalista en crisis. Todo cuanto podía ofrecer ese orden social en beneficio de la situación del hombre en el mundo, se ha agotado en su desarrollo, iniciando en su sobrevivencia artificialmente impuesta por la violencia estatal y los aparatos mediáticos generadores de falsa conciencia una serie de dispositivos de barbarie, entre los cuales el armamentismo y la guerra muestran su presencia concreta y amenazante.

En nuestro tiempo histórico. En nuestro mundo sobrevivir es la situación más desconcertante para los trabajadores seamos activos o desocupados. La revolución como proceso general de superación negadora de los factores negadores de las premisas fundantes del orden capitalista con sus procesos de explotación, opresión y alienación, es el camino por donde se debe transitar,

En ese camino propuesto, la premisa que funda el sentido de lo específicamente humano ¿Para que sobrevivir si no es por aquellos que no sobreviven en las actuales condiciones de existencia? Los muertos están muy cerca de los vivos. “La tradición de las generaciones muertas oprime como un fantasma el cerebro de los vivos” (Carlos Marx. 18 brumario de Luis Bonaparte), la construcción de Poder obrero, y la materialización del programa socialista, son las emergencias del momento.

El combate con los distractores, los formadores de falsa conciencia, los señaladores de atajos que no existen o no son viables, resulta imprescindible. Su naciente siempre esta en los que entregaron la vida por ese mismo objetivo, o los que la perdieron por la continuidad arbitraria de la barbarie capitalista. Los ojos sin la memoria, no ven nada.

Hundidos en una sobrevivencia cruel. Sometidos culturalmente al apogeo del individuo y en él, al del narciso. Prisioneros de una cárcel invisible, condenados a mirarnos al, flagelación y frustración sin reposo, la lucha revolucionaria, es el camino a recorrer para salir de ese entramado deshumanizante.

La historia es trágica, ese es un dato de la realidad en tiempo presente y determinante en el devenir. La cuestión es cómo puede ser atravesada, cómo pasar de la sobrevida a la existencia genuinamente humana. Un mensaje simple: frente al Estado de la burguesía, su poder, su dominación cultura mente opresiva y a la explotación que le constituye desde la producción misma, levantar la democracia socialista, el poder obrero, la destrucción del poder burgués.  

Es posible a pesar de todo, mantener la condición humana en modo prevalente. La emancipación a la que aspiramos, parte necesariamente de estos tiempos de incertidumbre, y se perfila como necesaria síntesis superadora.