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Facundo Molares Schoenfeld un asesinato que va camino al olvido . LAS INFANCIAS MISERABLES y el fraude tras las políticas de Estado UNA RELACION NECESARIA Y EL CAPITALISMO COMO INELUDIBLE RESPONSABLE

Hace mucho frío

Y los negocios esperan

Con impaciencia las ventas

Las ventas

Frente a la vidriera

De una gran juguetería

Hay chiquillos que suspiran

Que suspiran

Sus narices hechan sueños de vapor

Pero el vidrio va empañando la ilusión

Hay una muñeca

Y un osito que conversa

Mientras los pequeños sueñan

Sueñan, sueñan

Los niños miran y miran

En la vidriera empañada

Como se escapan los sueños

A través de sus miradas

Y mientras los niños sufren

Los juguetes se preguntan

Con tantos niños afuera

Que hacemos en la vidriera?

Y mientras los niños sufren

Los juguetes se preguntan

Con tantos niños afuera

Que hacemos en la vidriera?

Héctor Luis Ayala / Eduardo Alberto Fazio

Hoy podría utilizar la convención mercantil del “día De”. Escribir sobre la hipocresía que significa cambiar el nombre de día del Niño como se le conoce por tradición culturar y emplear por día “de las infancias” alegando desde la secretaria Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF),  que la con esa fecha se  celebra la diversidad de toda la niñez ya que “ Es muy importante que el Estado acompañe las transformaciones culturales que estamos viviendo e impulse cambios que colaboren en visibilizar inequidades, y favorezcan prácticas más inclusivas”.

Sin embargo , ocurre que a poco más de una semana, traspasando la farsa electoral en su primer etapa, embotados por la exhibición pública del candidato más votado y sus imágenes proyectadas a futuro, existe un suceso al que se ha sepultado en el olvido con diferentes artilugios, y no es ni más ni menos que la muerte violenta generada por las fuerzas represivas del Estado , sobre Facundo Molares. No dejo de pensar frente al último acto de su presencia , concentrado en la inhumación de sus restos, en la condición de niño que éste transitó y su final abrupto y asesino. No dejo de pensar en el emparentamiento que este derrotero tiene con el de muchos niños actuales en su lucha por la vida y condiciones dignas de existencia. Por eso trazo un puente entre ambas situaciones y abogo por sus distintos niveles de superación por vía de la lucha por la revolución socialista a través del poder obrero

Una generación   recibió  en sus oídos, como evangelio laico, a  Mercedes Sosa, diciéndonos  con dulce voz “Es honra de los hombres proteger lo que crece, cuidar que no haya infancia dispersa por las calles, evitar que naufrague su corazón de barco, poniéndole una estrella en el sitio del hambre. De otro modo es inútil, de otro modo es absurdo, ensayar en la tierra la alegría y el canto, porque de nada vale si hay un niño en la calle”.

 También, ya en el plano de lo normativo, se nos pretende educar apropiando como saber, que el niño es sujeto y no objeto de derecho, y que ese paradigma forma parte del bloque constitucional de derechos humanos, con recepción legislativa en la ley 26061.

 Sin embargo, el plano de la realidad se superpone sobre lo normativo y lo ético, haciendo que el arte y la poesía se revelen insuficientes y hasta si se quiere absurdos, al punto tal de transformar ese bagaje ideológico  ,en una foto  trágica de la miseria humana.

En esta sociedad donde prima el orden social capitalista. En esta sociedad donde una clase social, la burguesía estructura un poder institucional dentro del cual se cuenta la mentada Secretaría , los índices estadísticos, indican que  dos de cada tres niñas y niños de Argentina (66%) son pobres por ingresos o están privados de derechos básicos, como el acceso a la educación, la protección social, a una vivienda o un baño adecuado, al agua o a un hábitat seguro, según  así lo hizo conocer  UNICEF tomando a la  pobreza  con parámetros multidimensionales

De esta manera, si se compara esta “iniciativa” estatal  de cambio de nombre en una celebración ,  en la que se embarca con propaganda que se baja sobre la población en general y se la coteja con las cifras que antecede , conviene alertar en referencia al “fraude de etiqueta” que se contiene en estas  acciones políticas de superficie, solamente limitadas a las formas y ajenas a los contenidos materiales que debieran darle sustancia .

  En relación a esto habrá que recordar que el Estado capitalista cualquiera fuera la definición o caracterización  que se adopte a su respecto  , es el  instrumento político de la clase dominante,  es decir un aparato institucional con base normativa, necesario para la reproducción de la explotación capitalista por consenso legalmente establecido y la consolidación de esa opresión dominante. .

Este elemento  signado por la dominación de clase y factor funcional de la explotación del trabajador, le impone y deja ver que esa estructura institucional-normativa es la condicionante del proceder de  quienes enrolados como l personal político que gestiona los intereses de la burguesía,

  En paralelo, es de la esencia de los comerciantes, aprovechar los circuitos mercantiles para hacer real aquello de comprar un objeto a un precio y venderlo a uno mayor empleando  con técnicas de mercado, que incluye la apología de  los niños que necesitan un día de reconocimiento.   Sin embargo , hoy esa intermediación cruje, se resiente, entra en crisis, por una simple razón: no hay dinero para cerrar  ese circuito primario de la mercancía .

 En la puerta del boliche, y mirando pasar a la gente por su frente está el paisaje de la caída.  Hoy pocos compran lo que ofrecen los señores que se acuerdan de  los niños y las infancias inclusivas  una vez al año y le ponen objeto y precio a ese fingido reconocimiento social.

 De esta forma, queda claro que “el niño o el infante o como quiera que se quiera llamar a cualquier persona en desarrollo biopsíquico  ” también es un sujeto sometido a la enajenación mercantil y al culto fetichista de ese objeto .

Buscando ocultar ese entramado estructural de la cultura burguesa en un país de capitalismo tardío y dependiente, se cambia por dinero por vía del “día de infancias “políticas sociales inocuas que organizan un sinnúmero de instituciones y operadores  que se bastan a sí mismos sin que el fracaso o la frustración de ese proyecto les perturbe. “Visibilizar inequidades, y favorezcer prácticas más inclusivas”, no implica superar las injusticias sino solamente ponerlas en la vidriera de la vida ante quienes ya las conocen por ser  precisamente sus protagonistas que no necesitan que se las recuerden sino que se las superen . Es el límite del reformismo y su agonía en el estadío de crisis de reproducción en el que se encuentra el orden capitalista.

No obstante, ahora hay fracaso también en ese plano. Oferta y demanda, muestran su abominable rostro de utilitarismo y cosificación, de hombre transformado en consumidor.
Sin embargo ,a esa constatación , la realidad le añadió, otra faceta más tremenda de su rostro sombrío. Sobre la exaltación del niño pergeñada de manera  genérica , abstracta, inmaculada, aparecen las carencias propias de la miseria.

Hasta allí no llega el embuste de las “infancias diversas”. Sucede que ahí esta lo concreto, lo sensible y racional de las consecuencias de un modo de vida que se sustenta en el pago de fuerza de trabajo, y cuando este falta, en la migaja de la “ayuda social” financiada con el esfuerzo de los demás explotados.

Todo esto no sucede arbitrariamente, ni viene necesariamente atravesado por la ideología . El fenómeno en sí, tiene en su matriz premisas objetivas que lo determinan en un contexto caótico  de relaciones sociales y ambientales que le dan un perfil específico.
Existe por la base material una fenomenología que da cuenta de, la indiferenciación de roles simbólicos en tanto se mezclan y combinan en un aparente caos, parentesco, paternidad , maternidad, agregación de terceras personas al núcleo biológico primario, sustitución de etapas del crecimiento, penetración de símbolos emergente de relaciones externas al grupo generadas por la anticipada inserción en el mercado productivo de los niños, etc. .

 En definitiva, una alternancia de procederes que modifican el núcleo mínimo de desarrollo de la subjetividad, en forma tal que los presupuestos que definen los bienes sociales a ser preservados por la norma jurídica se ven alterados desbordando esas formas jurídicas transformándolas en inocuas y simple instrumental represivo incapaz en todos los planos de brindar superación al conflicto e impedir a futuro su reproducción nociva.

La deconstrucción de lo que en sentido profundo significa esta realidad, es tarea de la lucha social que no se agota en su denuncia e impone una práctica política activa orientada a la superación de la forma jurídica estatal que habilita el ejercicio del poder burgués con toda la violencia que este implica en particular con aquellos que son víctimas de la explotación y opresión que este conlleva.

 El señalamiento de esta compleja trama de opresión es labor del activismo y no de peritos psiquiatras, psicólogos y trabajadoras sociales asalariadas por ese mismo Estado.  En la medida en que la lucha solo se circunscriba a la puja distributiva , económica, en torno de la relación trabajo-capital. La crisis sistémica es tan profunda que no puede ser leída en índices de inflación, tasas de desempleo, valor de la fuerza de trabajo, si a la vez no se la vincula con los efectos sociales de esa innegable realidad de explotación y opresión de la clase trabajadora y toda la población económicamente sobrante .
         Hay que trascender  lo contingente y aparente y advertir en la base las necesarias consecuencias de la barbarie, que no solo implica necesidades básicas insatisfechas, sino fundamentalmente la cosificación del sujeto, que en muchos casos puede llevar a estadios anteriores a la elaboración consciente de nuestros comportamientos substituidos por pulsiones animales primarias

El  creciente resquebrajamiento social da cuenta de una grieta real entre los que se mantienen dentro de las formas jurídicas con valores convivenciales, ideológicamente aceptados como positivos, y los que por sus condiciones culturales de existencia no ajustan su proceder a esos paradigmas, no de modo intencional sino por el desenvolverse en otros planos de existencia que no contemplan adhesión a una vida que no viven, ni están habilitados a vivir en tanto se barra la miseria humana debajo de la alfombra y los sistemas políticos nos sigan vendiendo días de la infancia, gobernantes sonrientes, operadores políticos de sonrisa permanente o fingida aflicción .

La palabra infancia viene del latin “Infans” que significa “el que no habla”, basado en el verbo “for” (hablar, decir). “Infantia” en latín equivale a “incapacidad de hablar”. Aunque no significa puramente incapacidad de hablar puesto que “fari” no es simplemente hablar sino hablar o expresarse en público, o si se quiere expresarse de una manera ininteligible para otros. Pero esa voz que no se escucha no puede ser la de un sujeto individual significante sino la del colectivo expresado en la clase trabajadora explotada y oprimida, en tanto el infante, el niño o como se le quiera llamar es, en el núcleo primario que le da vida y lo sostiene en sus carencias, que no puede lograrlo precisamente porque quienes tienen responsabilidades parentales también lo son por tener empleos con salarios que no cubren las necesidades mínimas o simplemente se encuentran sin empleo formal.

Si la miseria no cede, si la pobreza no acaba, si la indigencia es material y moral, puede esta sociedad anómica adjudicarse la condición necesaria, de ámbito potencialmente capaz para desarrollo integral e igualitario de las personas. Y si no lo puede, ¿como explica su existencia desde la idea de justicia? Tal vez la foto sonriente de políticos en campaña, pueda darnos la respuesta

 Socialismo o barbarie sigue siendo la consigna, el aviso, el diagnóstico preciso de lo real existente. La labor política, la lucha por un programa acorde con el primer término de la alternancia lucen , como la herramienta necesaria del cambio.

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