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Nuevo Curso

«CONCIENCIA DESDE FUERA»

NUEVO CURSO

Desde Nuevo Curso, sostenemos que: «Al obrero se le puede dotar de conciencia política de clase sólo desde fuera, es decir, desde fuera de la lucha económica, desde fuera del campo de las relaciones entre obreros y patronos. La única esfera de que se pueden extraer esos conocimientos es la esfera de las relaciones de todas las clases y sectores sociales con el Estado y el gobierno, la esfera de las relaciones de todas las clases entre sí. Por eso, a la pregunta de qué hacen para dotar de conocimientos políticos a los obreros no se puede dar únicamente la respuesta con que se contentan, en la mayoría de los casos, los militantes dedicados a la labor práctica, sin hablar ya de quienes, entre los, son propensos al «economismo», a saber: «Hay que ir a los obreros». Para aportar a los obreros conocimientos políticos, los socialdemócratas deben ir a todas las clases de la población, deben enviar a todas partes destacamentos de su ejército.»V.I Lenin «¿Qué hacer?» Capitulo III (1902).

Esta premisa es vital en el tiempo que corre. Hoy se definen como “izquierda” quienes se apartan de ella y los resultados están a la vista. Difícil emprender transformaciones donde se actúa esperando que las modificaciones ideológicas y la comprensión de lo situacional surja en el sujeto única y exclusivamente por esa condición .   

Siguiendo este trazado conceptual, filosófico y estratégico que introduce Lenin por vía de este discurso que hemos descripto , advertimos que la cita no direcciona a una mera proyección intelectual del autor.  En sentido inverso, el texto remite a un suceso histórico real-objetivo como lo fue la revolución bolchevique. Allí está su realización concreta ,  un fenómeno por el cual lo ideal traduce en lo real y como tal  adquiere objetividad que no puede ser desmerecida por cualquier otro desarrollo de ideas .

 Con esto estamos diciendo que hoy como ayer ,el problema central de la definición estratégica  que debe darse en torno al contenido específico que requiere la militancia política revolucionaria de nuestro tiempo,  se ubica  en el Estado en tanto instrumento político jurídico del poder burgués.

Así planteada la situación en examen, el propio Lenin se ocupa de  indicarnos para  dar contenido a la construcción de  esa “conciencia desde fuera” que el elemento analítico central que debe ingresar a la clase trabajadora en sí para que esta transite hacia la construcción de su vanguardia configurada en clase para sí es la necesidad de la abolición del poder político burgués y construcción de los organismos específicos de la democracia directa del poder burgués que consolidan su dictadura.

La cuestión de las relaciones entre el Estado y la revolución social y entre ésta y el Estado, como en general la cuestión de la revolución, ha preocupado muy poco a los
más conocidos teóricos y publicistas de la II Internacional (1889-1914). Pero lo más característico, en este proceso de desarrollo gradual del oportunismo, que llevó a la
bancarrota de la II Internacional en 1914, es que incluso cuando abordaban de lleno esta cuestión se esforzaban en eludirla o no la advertían.
En términos generales, puede decirse que de esta actitud evasiva ante la cuestión de las relaciones entre la revolución proletaria y el Estado, actitud evasiva favorable
para el oportunismo y de la que se nutría éste, surgió la tergiversación del marxismo y su completo envilecimiento……

Desde 1852 hasta 1891, a lo largo de cuarenta años, Marx y Engels enseñaron al proletariado que debía destruir la máquina del Estado. Pero Kautsky, en 1899, ante la
traición completa de los oportunistas contra el marxismo en este punto, sustituye la cuestión de si es necesario destruir o no esta máquina por la cuestión de las formas
concretas que ha de revestir la destrucción, y va a refugiarse bajo las alas de la verdad filistea «indiscutible» (y estéril) ¡¡de que estas formas concretas no podemos conocerlas de antemano!!
Entre Marx y Kautsky media un abismo, en su actitud ante la tarea del Partido proletario de preparar a la clase obrera para la revolución………..La tergiversación y el silenciamiento de la cuestión de la actitud de la revolución proletaria hacia el Estado no podían por menos de desempeñar un enorme papel en el
momento en que los Estados, con su aparato militar reforzado a consecuencia de la rivalidad imperialista, se convertían en monstruos guerreros, que devoraban a millones de hombres para dirimir el litigio de quién había de dominar el mundo: sí Inglaterra o Alemania, si uno u otro capital financiero.» LENIN. EL ESTADO Y LA REVOLUCION Cap. VI