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ESOS RAROS PEINADOS NUEVOS y LA TEORIA REVOLUCIONARIA

Son tiempos en los que la desesperante situación social da pie para que aparezcan en escena personajes de todo tenor. Hoy reciben mucho apoyo mediático tipos como Javier Milei, vendiendo como nueva y creativa, vieja mercancía ideológica enlatada y envasada para el consumo de los desprevenidos. Frente a este fenómeno, recordamos una intervención relevante de Jean Paul Sartre demostrando que el fenómeno no es nuevo sino renovado. En suma, otros tiempos mismas recetas históricamente agotadas pero funcionales y eficientes para oxigenar un orden social que no satisface sus propios paradigmas, exhibiendo el agotamiento histórico de la revolución democrática.

  He visto más de una vez que un argumento antimarxista no es más que el rejuvenecimiento aparente de una ida promarxista. Una pretendida superación del marxismo no pasará de ser en el peor de los casos más que una vuelta al premarxismo y en el mejor, el redescubrimiento de un pensamiento ya contenido en la idea que se cree superar.
(Jean Paul Sartre “cuestiones de método”)

La cuestión entonces es la siguiente: Si el fenómeno tiene esa existencia concreta con reiteración, por qué motivo se habilita su producción de modo pacífico e incluso se le otorga consenso. Sobre el punto, sin duda la respuesta no es única, pero en gran medida, la cuestión no es otra cosa que la exhibición evidente de las crisis sucesivas en la construcción del factor subjetivo de la revolución socialista, que pone a la luz la crisis en la tarea política específica del paso de la clase trabajadora en sí, a clase trabajadora para sí.

La falta de una tarea consciente en la militancia de intervención en la realidad concreta a través de un trabajo ideológico de penetración del programa socialista, en forma intensa y perseverante, en la masa de trabajadores facilita la emergente de los extremos liberales y sus formulaciones disolventes del todo social con eje en el individuo, pragmático, utilitarista y alienado en la mercancía y sus lógicas de prevalencia de la ley del valor.

La comprensión de que es ese aspecto de la realidad militante y no la imagen de Milei que resulta azarosa y arbitrariamente construida es el prevalente para la superación de lo dado, forma parte de la propaganda militante y es el centro de atención en la búsqueda de la construcción de una vanguardia genuina de la clase trabajadora. Esta tarea no admite ningún sucedáneo ni artificio político que se presente como una suerte de atajo para la concreción de objetivos revolucionarios.

“Sin teoría revolucionaria no hay acción revolucionaria “(Lenin).  Si la clase es sólo instinto, no tiene ideas revolucionarias, no sabe cuáles son sus intereses generales, repite las ideas burguesas, sigue a diferentes sectores de la clase dominante. Los trabajadores para expresarse políticamente, cara enherbolar sus propios intereses, tiene que construirse como clase que hace consciente en cada trabajador esos intereses y los transforma en sus objetivos existenciales, operación ideológica que solo alcanza magnitud significativa si alcanza el modelo organizativo de un partido político   

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