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Nuevo Curso

LA REVOLUCIÓN COMO SUEÑO O REALIDAD. LOS NEGADORES DE LA TESIS XI SE DESEMPEÑAN BAJO EL PARAGUAS DE “ LA IZQUIERDA” CANCELANDO EL COMUNISMO

NUEVO CURSO

Hace ya bastante tiempo que la palabra comunismo pasó a ser considerada como el significante de una sociedad irrealizable o la indicación en discurso, de lo que el Estalinismo supo conseguir con el despliegue de sus acciones y sus tesis sobre los trabajadores.

Lo cierto es que por una u otra razón la consecuencia necesaria es su ocultamiento por omisión o su lisa y llana negación, como ocurrió palmariamente en el primer debate televisivo entre candidatos a presidentes, cuando la postulante por el FITU, dijo no tener nada que ver con lo que le refería Milei sobre el particular.

El giro del debate se dio de la siguiente manera:

Javier Milei a Myriam Bregman: “El comunismo donde se aplicó fue un fracaso en lo económico en lo social y en lo cultural, y además mató a 150 millones de seres humanos. ¿Me quiere decir por qué lo quiere aplicar acá?”

“Es falso, es una fake news de características enormes que se repite, pero no porque se repite mucho en las redes sociales pasa a ser verdad”. (…) “Yo soy socialista, defiendo otra cosa”, afirmó Bregman.

Está claro entonces que, como Bregman defiende otra cosa, las explicaciones necesarias sobre que tipo de sistema político imperó en el tiempo y lugar al que se refiere Milei, no vienen al caso. Por eso la diputada del FITU, prefirió correr el cuerpo a la realidad, y al sentido común instalado sobre la revolución de octubre y sus posteriores desarrollos termidorianos, que terminaron en la configuración del Stalinismo, que no es otra cosa que lo que Milei procuró capitalizar. Cualquiera que transita su existencia por este país escucha lo que el también diputado le interrogó a Bregman, abusando que eso que “la rusa” llama “fake news” existe en el plano de conocimiento de las mayorías como certeza, aún antes de la caída del muro de Berlín. Basta recordar para eso la famosa consigna “ni yanquis ni marxistas, peronistas “.

Sorprende la actitud de Bregman ante la posibilidad de poner en claro la cuestión frente a una audiencia calculada en 5 millones de personas. La sorpresa radica en que también el sentido común tiene en claro que el FITU es una cooperativa electoral que congrega a todos los renegados del trotskismo, quienes se manifiestan confusamente, como trotskistas.

De serlo auténticamente, sin duda, Bregman se hubiera valido de un arsenal teórico legado por el propio Trotski y hubiera recordado el esfuerzo del líder soviético por defender el marxismo en palabra y obra a través de la fundación de la IV Internacional, hecho político por el cual el Stalinismo decidió ejecutar la orden de quitarle la vida.

El acto de ‘cancelar’ en las redes sociales se volvió común en internet cuando se pudo reaccionar a acciones de los usuarios. La persona ‘cancelada’, en definitiva, es la que, después de escribir o decir cosas controvertidas, hace que otras creen opiniones negativas acerca de ella.

Trayendo esto a cuento, es posible advertir que, lo cierto es que la palabra comunismo ha, como se dice en la actualidad “cancelada”. Bregman buscando simpatía en usuarios-consumidores de internet y redes, apela a la actitud de ese sector, con lo que lejos de difundir ideas aprovechando la farsa electora, lo que hace es discurrir buscando la aceptación de ese grupo social, tan diverso del proletariado del que hablaba Marx en el Manifiesto “COMUNISTA”.

Sin embargo, el desplazamiento de tipo cancelatorio de la candidata del FITU de un proceso histórico y su necesaria explicación, no hace otra cosa que mostrar de cuerpo entero los tiempos críticos de un frente político que deja ver en claro que solo nació y existe como mecanismo para evitar el obstáculo de las PASO, reuniendo a organizaciones menores por la simple sumatoria de votos, pese a los planteos diversos que tienen sobre la realidad.

No obstante, ello, el bajo porcentaje de votantes obtenido en las PASO, recurrente en términos generales con guarismos de las últimas elecciones desarrolladas desde su emergencia como “frente”, los obliga con lógica de pura conservación de aparato a presentarse como una opción ética y no ideológica respecto de lo dado. Es la apelación concreta al valor justicia, todo cuanto exhibe la cooperativa electoral, sin especificación incluso de que contenido se da a lo que se llama “lo justo”

La caducidad que imponen al comunismo, viene de la mano con la apelación en toda la línea del término izquierda, que no reconoce relación con la revolución de octubre sino con la revolución burguesa. El FITU, a través de su diputada dejó en claro que es “izquierda” y “no tiene nada que ver “con lo sucedido en la Unión Soviética desde su emergencia revolucionaria. Queda claro entonces, que la palabra izquierda, emblemática del frente que la consigna entre sus siglas identificatorias, nada tiene que ver con un proceso revolucionario de nuestro siglo, sino que remite a la revolución burguesa – El fitu, es entonces la versión a la izquierda del orden social capitalista, y por ello busca su intervención sin objetar la existencia del orden social, capitalista.

Pero el FITU, no solo esconde a quién dice seguir, es decir no solo oculta a Trotsky, sino que resiente las tesis mismas del marxismo , en particular aquellas que se exhiben en  las Tesis sobre Feuerbach escritas por Karl Marx en la primavera de 1845 y  publicadas por primera vez por Friedrich Engels en 1888 como apéndice a la edición aparte de su Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana, donde se puede leer como tesis 11 que:” Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modo el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”. El FITU no quiere transformar, sino reformar.

De lo que no se olvida el FITU es de “interpretar”, pero para colmo no lo hacen sobre “el mundo” sino sobre los discursos, pujando por “debatir” con los arrestos oratorios del personal político de la burguesía. Nada bueno puede salir de todo esto, tal como se lo ha dejado ver la clase trabajadora en las últimas PASO, con el significativo bajo porcentajes de votantes nacido de ella, y en sentido inverso, del alto índice de ausentismo al acto eleccionario o votos nulos o en blanco.

Lo imperativo es superar a los “comentaristas con diario del lunes” en su actitud de testigo de la realidad y nunca protagonista, advertir sobre la agonía de esa cooperativa como posible herramienta de lucha y denunciar su oportunista intervención en la farsa electoral. Se impone un nuevo curso de acción que tome enseñanzas de lo vivido por está ultima experiencia socialdemócrata oportunista, y reformule los sentidos de la militancia con eje en la prevalencia de la clase trabajadora para operar la transformación de lo real.

El comunismo no es la apelación retórica a una experiencia futurista impredecible, sino un objetivo estratégico de los trabajadores organizados. Su posibilidad de concreción debe ser planteada en términos reales y contraponerse con la posibilidad de los escenarios de la barbarie capitalista.