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EL VOTO «CONTRA» AGONIA DEL FITU y UNA FORMA DE MILITANCIA

Desde ya que llamamos a no votar a Milei, sin embargo desde la izquierda no podemos darle ningún tipo de apoyo político ni electoral a Massa.(M Bregman por el PTS)=

El Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), que forma parte del Frente de Izquierda-Unidad (FIT-U), convocó a «no votar» al candidato de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei, en el balotaje que disputará ante el ministro de Economía y postulante de Unión por la Patria (UxP), Sergio Massa.

Política Obrera: “En Argentina no hay un movimiento fascista, ni los focus group de Milei avalan ese programa. Fue construido en gran parte por el oficialismo para neutralizar a JxC. Ahora es la excusa para votar al candidato de un gobierno hambreador, como es Massa. La derecha no está a la ofensiva sino en recule, buscando reagrupar sus restos fósiles para no morir antes del balotaje. El voto por Massa no tiene justificación alguna…” (Conferencia de prensa de Política Obrera ante el balotaje). Por lo tanto, voto en blanco sin más vueltas.

Partido Obrero. Aunque reconoce que Milei no es igual a Massa, “sus rasgos fascistizantes no alcanzan para constituir un movimiento fascista real, capaz de realizar una movilización reaccionaria de parte de la población contra los trabajadores que luchan y sus organizaciones. Su planteo [de Milei] de alteración del régimen político en favor de una ‘democracia de infantería’, basada en el rescate de la dictadura para dotar de otro rol a las fuerzas armadas y de seguridad, es un propósito, un objetivo que necesitaría reunir capital político” (Solano en Prensa Obrera). El balotaje “aparece como una trampa como una trampa para el pueblo trabajador”.

Todos estos posicionamientos que hemos tratado de sintetizar, padecen de un común denominador, que no es otro que aquel que les ha llevado a una posición marginal en la realidad.

Lo básico y nunca exhibido y mucho menos debatido es la construcción de ideas y su propagandización a partir de la negación de lo dado. Dicho en otro término, es la política como contradicción negatoria de lo real existente y nunca como expresión superadora que se niega pero que a la vez se afirma dialécticamente . Es la política del No .

De esta forma todo el mundo tiene claro que el FITU como colectora y  sus adyacencias ideológicas solo es “contra” Milei y la explicación de porque estar contra. Sin embargo, tanto en lo referente a su intervención en la definición de sus candidatos por las PASO, luego de haberlas negado por años , como en su particular manera de acceder al resto de la farsa electoral , estas organizaciones nunca definieron una política de clase a partir de los intereses objetivos de los trabajadores para facilitar organizativamente la premisa liminar según la cual “la emancipación de los trabajadores es la obra de los trabajadores mismos”, sino que se dedicaron a defender una lógica de aparato micro-partidario pretendiendo hacer coincidir esta con lo que pretenden sea la voz de los trabajadores.

Un supuesto teórico fundamental para cualquier proyecto político revolucionario es que la realidad se mueve dialécticamente y que, en consecuencia, sin una comprensión y actuación dialéctica es imposible que exista posibilidades de éxito, en particular cuando se confunde la simple negación de lo dado como la superación de una contradicción cuando en realidad implica en un aspecto, la afirmación de lo negado .

En este orden de ideas, la posición “anti” o “contra” les exime, según se sigue de lo dado de toda definición programática, y les tornan funcionales al concepto burgués de la necesidad de una representación “de la izquierda” en el parlamento burgués. Es que, si “izquierda” significa solo decir que NO o estar CONTRA algo, es bueno que alguien ocupe ese sitio para que ese papel de simple y tenaz contradictor se cumpla sin habilitar instancia superadora alguna, con lo que la reproducción del capital esta exenta por ese sector de toda intervención revolucionaria en el conflicto social de clases.

Nuevamente en ocasión de la segunda vuelta diseñada dentro de la farsa electoral, se interviene para salvar la ropa al interior de la organización y habilitar la continuidad de la existencia de estos aparatos organizativos congregados en una cooperativa electoral. Se interviene dejando en claro que se vota contra Milei, es decir se convoca al uso del voto para restarle espacio a un sector específico de las propuestas políticas, sin resignificar esa lucha contra con una LUCHA POR UN PROGRAMA DE CLASE CON PREMISAS TÁCTICAS QUE VINCULEN AL PROGRAMA MÍNIMO CON EL PROGRAMA MAXIMO DEL SOCIALISMO.

Esta política oportunista, de trocha angosta, reducida al voto “contra” inhabilita el uso del instrumento electoral fraudulento propuesto por la burguesía, para sostener su dominación de clases y su elenco político gestor de sus intereses denunciando su carácter farsesco.

Esta intervención de la cooperativa electoral es ajena a la clase trabajadora, obstaculiza la viabilidad de una acción de clase que haga conocer el programa socialista y la necesidad del poder obrero, a partir de un voto “por” ese programa y esas herramientas de intervención política.

Debe comprenderse y difundirse en el seno de la clase trabajadora, que la táctica electoral no es votar contra, sino utilizar el desmadre de los distintos sectores de la burguesía para enunciar a la raíz social de los males que padecemos los trabajadores. Es central la defensa de la independencia de clase expresada y sustentada en la propaganda hacia las masas denunciando al nacionalismo y estatismo burgués y pequeñoburgués. 

    En el mismo orden de ideas, estamos obligados a recordar que hace 40 años se realizaban las elecciones que llevarían al gobierno a Raúl Alfonsín terminando con la forma de gobierno dictadura cívico-militar genocida, pero no con el Estado que institucionaliza el poder burgués que se reencontró con la forma republicana que se estatuyo en la Constitución Nacional. Así, diciendo que con la democracia se come y se educa, se puso en acto una determinación política gestada desde EE. UU por la cual se debía ir terminando con los gobiernos militares que habían ocupado casi todo el Continente durante décadas para pasar a formas democrático burguesas bajo su tutela.

Es en este sentido podemos decir que las “nuevas democracias” son regímenes tutelados por el imperialismo y que en su nombre se avanzó más que antes en el sometimiento de nuestras naciones, en el saqueo de nuestras riquezas, en el desmantelamiento de nuestras industrias. Bajo formas democráticas se acentuó el atraso y el carácter atrasado y dependiente de Argentina.

El imperialismo concentro su tutelaje con formas cada vez más sofisticadas para imponer sus políticas, para combatir a los sectores que no se disciplinaban a sus directivas. Impuso leyes, alimentó la presencia de bases militares, de acuerdos de seguridad en nombre de combatir el narcotráfico y el terrorismo, etc. Avanzó en acuerdos con los servicios de inteligencia, con las fuerzas armadas, etc. El endeudamiento y la presencia del FMI también caracterizó estas 4 décadas.

Se asocia a Alfonsín y su Gobierno a las libertades, a los derechos humanos, el juicio a las Juntas, como un hecho excepcional en el mundo, sin embargo, el hecho excepcional que lo obligó a tomar esas causas e intentar dar alguna respuesta fue la lucha de las Madres, de los organismos de Derechos Humanos, la movilización cada vez más masiva exigiendo aparición con vida, castigo a los culpables. Esa enorme lucha democrática obligó al nuevo gobierno a dar respuesta. Política que traiciona ante el levantamiento carapintada impulsando las leyes de perdón a los genocidas. Luego reprime bestialmente el copamiento de La Tablada, declara el estado de sitio. La demagogia reivindicativa de la democracia oculta estos fenómenos.

En definitiva, son las formas democráticas, las que mejor encubren la dictadura de la burguesía y del imperialismo, el poder real detrás de esas formas

También hay que recordar que lo que se concentra en el concepto de libertades democráticas habían sido conquistadas mucho antes de aquellas elecciones de octubre de 1983 en que votó el 86% del padrón. Las masas en su ilusión confundieron esas libertades con la democracia.

   Dictadura cívico militar y democracia burguesa son formas de la dictadura del capital, donde el poder sigue residiendo siempre en las mismas manos, en los dueños de los grandes medios de producción.

No se debe confundir democracia con las libertades democráticas que sí hemos conquistado. Aquella votación, aquel cambio de gobierno, no modificó en nada el poder de los grandes capitales que tanto crecieron bajo la dictadura, siendo que de hecho cuanto se proyecta desde las imágenes de candidatos llamados a una segunda vuelta no es otra cosa que las líneas estratégicas de la política económica de la burguesía desde los tiempos de la triple A.

 Sin duda en todo tiempo resulta imperativo defender la existencia de las más amplias libertades porque eso nos permite llegar con nuestra propaganda socialista a las masas sin embargo en el mismo tiempo denunciamos que quienes restringen las libertades son los partidos, los gobiernos, las instituciones de la burguesía, que no soportan que las masas se expresen, se movilicen, utilicen sus medios de lucha, difundan ideas que cuestionan el orden capitalista.

En el movimiento obrero se puede verificar que es tan difícil la militancia y la organización como en la dictadura militar, los delegados y activistas son perseguidos y despedidos. En igual sentido son penalizados por participar de la protesta social callejera. Cuesta restablecer las asambleas. La organización no puede ser más que clandestina. En la Justicia hay miles de activistas procesados, como una de las formas de perseguir y castigar a la militancia.

En la Argentina país con una estructura capitalista atrasada y dependiente del imperialismo, con una avanzada concentración de los medios de producción cada vez en menos manos, las formas democráticas van desapareciendo. No podrá haber democracia burguesa plena, apenas una caricatura, fuertemente condicionada por el imperialismo.

Sólo podrá haber democracia, por primera vez, cuando los oprimidos conquistemos el poder, cuando terminemos con la dictadura del capital, cuando las asambleas populares, las coordinadoras, sean quienes instauren un gobierno obrero-campesino, de los oprimidos de la ciudad y el campo, y expropien esos grandes medios de producción para poder ordenar y planificar la economía poniéndola al servicio de la mayoría, empezando a construir el socialismo.

Se ha elegido a 2 candidatos a presidente, legisladores, gobernadores, intendentes. Por encima de ellos están los que verdaderamente mandan en el país, los que tienen el poder: el FMI, los banqueros, un puñado de oligarcas, los grandes capitalistas nacionales y extranjeros. A ellos no los vota nadie, pero son los que deciden. Contra ellos el FITU no presenta ningún programa, ni aclara cuales son sus objetivos de lucha y cual su estrategia de poder.

Es necesario partir una primaria reflexión: Se está eligiendo con el voto a quienes representarán los intereses de los poderosos en los gobiernos, en el Congreso. No nos representan a nosotros, no representan a la mayoría oprimida, no representan el interés nacional. Representan a una minoría que es dueña del país, de los grandes medios de producción.

Este es el régimen político que tenemos, una democracia que nos presenta algunos candidatos que han sido preseleccionados por ese poder capitalista, al que le deben obediencia, el que financia generosamente sus campañas, con millones de dólares y el uso indiscriminado de sus medios de comunicación.

Los candidatos que disputan los principales cargos han debido jurar respeto por la gran propiedad, por honrar las deudas que han tomado para fugar y especular y ajustar lo más posible a los oprimidos.

 El 97% de los votos afirmativos ha ido a candidatos que defienden el orden capitalista, la gran propiedad, el acuerdo con el FMI y sus imposiciones, la explotación del trabajo. Ambos se han pronunciado en favor del Estado de Israel y uno de ellos específicamente anuncia que incluirá a HAMAS como organización terrorista.

Sin embargo, se oculta que una gran parte de la sociedad no manifiesto ningún entusiasmo por las elecciones, está harta de este circo. Sobre ella fue que se ejerció una campaña directa e indirecta de presión para lograr que asistieran al acto electoral con resultado parcialmente negativo.

  Estamos viviendo un profundo desgaste de las formas democráticas, una pérdida de ilusiones en este régimen.

Los politiqueros siguieron hablando como si fueran ajenos al desastre de los últimos 50 años. La situación es insoportable, la inflación y la deuda nos destruye y ninguno plantea atacar de raíz los problemas. La inflación medida por el INDEC es de 138,3 % (y muy superior en alimentos), con un elevado nivel de pobreza, (la gran mayoría de los chicos son pobres). Alertamos que no hay solución posible en manos de estas gentes.

La necesidad y la urgencia de la situación urge salir del formato de la pura negatividad y la acción política reducida al NO. Está en nuestras propias manos, en nuestra propia organización, en nuestra propia política independiente de los capitalistas, la posibilidad cierta de su superación dialéctica, hacia el objetivo político de construcción de una nueva sociedad

El FITU con su inveterada política concentrada en la simple negación de lo dado y el simple papel de la denuncia, sin embargo, no hizo campaña desnudando la dictadura del capital, la democracia burguesa, la podredumbre del Congreso, la necesidad de expropiar los principales medios de producción. No dice que el capitalismo no se puede reformar, que sus instituciones no se pueden sostener ni mejorar. Omite de modo significativo la necesidad objetiva de la revolución social. No tuvo cómo capitalizar el hartazgo de buena parte de la población con este régimen, porque precisamente lo que hizo fue apuntalar ese régimen y sus instituciones.

El FITU y colaterales completan hoy su crisis política y su agotamiento llamando a no votar por Milei, sumándose a la Unión Nacional que proclama Massa, por vía indirecta.

Necesitamos debatir cómo nos organizamos para  luchar cualquiera fuese el por el salario y la personal político que se termine imponiendo en una puja Inter burguesa  por jubilación que alcancen como mínimo lo que cuesta la canasta familiar, contra toda forma precarizada de trabajo; por trabajo genuino para todos; por presupuestos de salud y educación suficientes para atender todas las necesidades, por un sistema único nacional, estatal y gratuito de salud y educación; por el desconocimiento de la deuda externa, por la estatización de la banca y el comercio exterior,

Para poder llevar adelante esta lucha es necesario independizarnos política y sindicalmente, confiar exclusivamente en nuestras propias fuerzas, en nuestros métodos de lucha, en nuestra organización desde las bases, en nuestra propia política revolucionaria,

Superemos con autonomía de clase la trampa electoral y su segunda vuelta. No le demos consenso a ese proceso de selección del verdugo de la clase dominante.  Con ese propósito anulemos el voto para dejar abierto el camino a un nuevo curso político de la clase trabajadora por el poder obrero y el programa socialista.

 NUEVO CURSO