NUEVO CURSO
La pregunta por lo humano y las razones de su existencia consciente, sin duda tiene mejor decir desde lo poético. Siempre expresiones literariamente bellas tienen la facilidad de aclarar lo oscuro, tal vez porque el terreno de las emociones donde ellas se desenvuelven sea más fructífero en escenarios de crisis y desorientación.
En ese mar de dudas que hoy atraviesa a la clase trabajadora, transcribimos este decir de una docente de alma, con la certeza de su belleza y la esperanza abierta para el desarrollo de la reflexión sobre su contenido.
Tenía veinte años cuando voté por primera vez.
Tenía veinte años cuando armé la mochila y me fui a ser maestra.
Para enseñar a leer y a escribir.
Para cuidar recreos.
Para regar el futuro que crecía en el patio.
Como un viento fuerte
el tiempo desparramó 40 años
y millones de boletas.
En la polvareda bailan los nombres
la danza de las promesas.
¿De qué color será el futuro que nos espera?
¿Negro? ¿Amarillo? ¿Violeta?
¿Blanco y Celeste?
¿Verde? ¿Rojo? ¿Multicolor?
Difícil saberlo.
Lo cierto es que, después de cada elección,
miles de maestras prolijas
juntan las boletas que el domingo,
no entraron a las urnas.
Reciclaje, dirán algunos.
Transmutación, decimos otros.
En los salones, con sabiduría infantil,
los chicos las convierten en valiosos objetos:
borradores para las cuentas,
pelotitas para el recreo,
dibujitos para la seño,
cartas de amistad, de amor o de odio,
según el ánimo de los autores.
En medio de la polvareda, viene a mí un recuerdo. Estaba estrenando oficio cuando se me ocurrió proponer en mi grado una actividad conjunta con las familias. Entre grandes y chicos recortaríamos letras en diarios y revistas para formar las palabras nuevas: Democracia. Justicia. Igualdad. Derechos.
¿Cuarenta años ya? Parece mentira, pero todavía, no terminamos la tarea.
“Que en este recuerdo al poeta no haya nada que nos abata o nos haga perder valor. El resorte que tensa nuestra época es incomparablemente más poderoso que nuestro resorte personal. La espiral de la historia se desarrollará hasta el fin. No nos opongamos a él, sino que ayudémosle con toda la fuerza consciente de nuestro pensamiento y de nuestra voluntad. Preparemos el porvenir. Conquistemos, para todos y para todas, el derecho al pan y el derecho al canto”. León Trotsky.
En «medio de tanta polvareda» dice la autora y desgrana sus palabras claves, porque busca saludar un aniversario número cuarenta. Sin embargo, habrá que advertir que el propio saludo las perturba, porque las llama como valores y a la vez constata su inexistencia en plano real. Se ha olvidado la autora de advertir que la historia enseña que las palabras DEMOCRACIA, JUSTICIA IGUALDAD, DERECHOS, son propios de una revolución, factor que explica que pasados 40 años su idea de novel maestra se vea aún inconclusa. No termina la tarea, los recortes y la construcción de palabras con sus significados si esa otra construcción a la que ninguna maestra convoca a los padres, la revolución, no se realiza y solo queda para una fiesta de 1 de mayo, con música de la internacional y vestido rojo.
Tal vez si al iniciarla hace cuarenta años con Alfonsín diciendo que con la democracia se come, se vive y se educa, – a la tarea de recortar letras convocados por la “escuela” me refiero- hubieran advertido que solo había que armar dos palabras previo a todo trámite: REVOLUCION PERMANENTE, habrían podido advertir que en nuestra existencia esas otras palabras (DEMOCRACIA, JUSTICIA IGUALDAD , DERECHOS ) solo adquieren sentido si se proyectan desde el poder obrero y la democracia directa de la dictadura del proletariado .
Aviso que si no se acuerdan de esa “Teoría”, y me consta que muchos MORENOS NAHUELES, incluso los actuales se ocupan de oscurecerla con sus desdichados «aportes» es probable que si se las sigue teniendo en el olvido, seguirán las reuniones en un patio con cualquier maestra para buscar tejer y destejer como Penélope, mientras las negaciones se imponen en sus más diversas variables: hambre, guerras , crisis, y sobre todo fetiche de la mercancía para diseñar la barbarie que nos cuestiona como seres humanos.
“La teoría de la revolución permanente exige en la actualidad la mayor atención por parte de todo marxista, puesto que el rumbo de la lucha de clases y de la lucha ideológica ha venido a desplazar de un modo completo y definitivo la cuestión, sacándola de la esfera de los recuerdos de antiguas divergencias entre los marxistas rusos para hacerla versar sobre el carácter, el nexo interno y los métodos de la revolución internacional en general. Con respecto a los países de desarrollo burgués retrasado, y en particular de los coloniales y semicoloniales, la teoría de la revolución permanente significa que la resolución íntegra y efectiva de sus fines democráticos y de su emancipación nacional tan sólo puede concebirse por medio de la dictadura del proletariado, empuñando éste el poder como caudillo de la nación oprimida” (León Trotsky)
Creo que a todos quienes cortan palabras con su existencia y genuinamente queremos la libertad, y el alma de todos los amparos existenciales que nacen a partir de relaciones sociales plenamente humanas nos mejoraría nuestro penar existencial recordar lo que Trotsky dijo sobre Esenin en elogio de la poesía.
“Su resorte lírico no habría podido desarrollarse hasta el final más que en una sociedad armoniosa, feliz, plena de cantos, en una época en que no reine como amo y señor el duro combate, sino la amistad, el amor, la ternura. Ese tiempo llegará. En el nuestro, se incuban todavía muchos combates implacables de seres humanos contra seres humanos, pero vendrán otros tiempos que preparan las actuales luchas. La personalidad del hombre se expandirá entonces como una auténtica flor, como se expandirá la poesía.”
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