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El problema de «Dirección» . La táctica del FRENTE ÚNICO y el programa socialista

En los hechos, hemos podido encontrarnos en las calles en ocasión de la movilización que se convocó conjuntamente con el paro del 24 de enero de 2024 y en los días que siguieron a esa jornada con la fuerte tendencia a una suerte de frente popular anti-Milei , disimulado bajo la apariencia de un frente único.

Esto sucede porque esa unidad en las calles esta reproduciendo de modo significativo un eje táctico centrado en la pura negación del programa de gobierno y el ejercicio de un programa mínimo de puro corte economicista contenido dentro de la relación capital-trabajo y el orden social capitalista.

La característica esencial que presenta el fenómeno que abordamos  puesta en evidencia con el festejo en plaza de los congresos  y recinto parlamentario,  de peronistas y FITU , sobre el retiro del proyecto de ley “bases” del gobierno pese a tener la aceptación en general, es que, la defensa de las cuestiones inmediatas  que se  ponen en escena están ausentes de toda ligazón o dependencia con  del programa “máximo” y esto implica  el abandono en sí, del eje estratégico de demoler de modo revolucionario al poder burgués que toma cuerpo en la forma jurídica estatal.

El problema del frente único cobra vigencia en la situación actual frente al ataque del gobierno Milei con alianza manifiesta con el macrismo ortodoxo y las patronales, pese a los conflictos de interese internos que han derivado en el retiro del proyecto por puja entre sectores de la burguesía. En particular se resignifica la relevancia de esta táctica porque está quedando en evidencia que un sector de la burocracia sindical ya pactó los términos de la entrega de los intereses obreros a manos de la clase dominante.

Otros sectores de la burocracia como las CTA, y el moyanismo, no pasan de declaraciones de intenciones y  declaran en forma forzada la posibilidad de alguna acción aislada a futuro sin plazo ni programa , porque su objetivo no es organizar la fuerza de la clase obrera para enfrentar la Reforma Laboral sino llevarla a confiar en los políticos reformistas de la burguesía, agazapados en el peronismo en cualquiera de sus formas, no hay que olvidar para esto la cantidad de funcionarios de esa orientación  que revisten en estamentos significativos del poder ejecutivo.

Lo cierto es que “neoliberales” y peronistas todos a su manera y desde el poder burgués, nos hunden cada vez más profundo en el pantano de la pauperización. De ahí que los momentos de abrazos en las plazas no sean el camino de la emancipación obrera.

La táctica del frente único obrero, a través de la exigencia a las direcciones conciliadoras de los sindicatos de la unidad de acción para enfrentar los ataques (sintetizada en “golpear junto, marchar separados”) posibilita que los trabajadores que tienen predisposición a luchar y aún confían en ellas realicen una experiencia con estas direcciones, pero en ningún caso puede estar despojada de la referencia militante al programa máximo y la estrategia necesaria de construcción del poder obrero y el programa socialista de una nueva sociedad sin explotadores ni. Explotados.

Creemos que, pese a las diferencias históricas coyunturales a la elaboración del texto que seguidamente transcribimos ilustrando nuestro razonamiento precedente, resulta relevante tener presente las afirmaciones de León Trotsky:

CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE EL FRENTE ÚNICO

 1.- La tarea del Partido Comunista es la de dirigir la revolución proletaria. A fin de orientar al proletariado hacia la conquista directa del poder, el Partido Comunista debe basarse en la predominante mayoría de la clase trabajadora.

En tanto el Partido no cuente con esa mayoría, debe luchar para lograrla.

El Partido solo puede alcanzar este objetivo si es una organización absolutamente independiente, con un programa claro y una estricta disciplina interna. He aquí por qué el Partido tuvo que romper ideológica y organizativamente con los reformistas y los centristas que no luchan por la revolución proletaria, que no tienen el deseo de preparar a las masas para la revolución y que, con su conducta, coartan esta tarea. Los miembros del Partido Comunista que se aliaron en la escisión con los centristas en nombre de “las masas proletarias” o de la «unidad de frente”, están demostrando su incomprensión del ABC del Comunismo, y que están en las filas del Partido Comunista solo por accidente.

2.- Luego de asegurarse una completa independencia y homogeneidad ideológica de sus cuadros, el Partido Comunista lucha por influenciar a la mayoría de la clase obrera. Esta lucha puede asumir un carácter rápido o lento, que depende de las condiciones objetivas y la eficacia de la táctica seguida.

Pero es bien evidente que, la vida de clase del proletariado no se detiene en ese periodo preparatorio para la revolución. Los choques con los industriales, con la burguesía, con el aparato del Estado, ya respondan a la iniciativa de un sector o del otro, siguen su curso.

En estos choques, que envuelven ya sea a los intereses del conjunto del proletariado, o de su mayoría, o a este u otro sector, las masas obreras sienten la necesidad de la unidad de acción: de unidad para resistir el ataque del capitalismo, o de unidad para tomar la ofensiva en su contra. Todo Partido que se oponga mecánicamente a esta necesidad del proletariado de unidad en la acción, será condenado infaliblemente por los obreros.

Por otra parte, la cuestión del Frente Único no es, ni en su origen ni en su esencia, una cuestión de relaciones mutuas entre la fracción parlamentaria comunista y la socialista, o entre los Comités Centrales de ambos Partidos, o entre “L’ Humanité” y “Le Populaire”. El problema del Frente Único -a pesar del hecho de que es inevitable una escisión en esta época entre las organizaciones políticas que se basan en el voto- surge de la urgente necesidad de asegurarle a la clase obrera la posibilidad de un Frente Único en la lucha contra el capitalismo.

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