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EL DÍA DESPUÉS DE MAÑANA. LA MARCHA DEL 23 DE ABRIL Y LA UNIVERSIDAD QUE NOS “jode”

En el curso de la semana que estamos transitando, se anuncia el desarrollo de movilizaciones y protestas. Desde las universidades nacionales y con participación anunciada de la CGT, se saldrá a la calle el 23 de abril.

Dada esta situación, es necesario detenerse ante el fenómeno que se vislumbra, desde su actual desarrollo y antes de su paso al acto de protesta callejera en sí, para comprenderlo desde sus elementos componentes y los factores externos a su propio desarrollo específico que presionan sobre las manifestaciones del mismo . Una de ellos es la apelación desde el discurso propagandístico de las apariencias, a la posibilidad de una reencarnación de momentos lejanos de la historia, sobre los que es preciso tomar necesarias precauciones.

Sobre el punto hay que advertir que el problema del financiamiento universitario lo ha creado el propio gobierno al no modificar sino prorroga a valores históricos el presupuesto universitario. La situación no se modifica con una movilización general ya que, de darse, cuanto máximo se conseguirá que disponga nuevas partidas específicas luego que el daño ya ha sido causado en la medida de lo vivido durante los últimos cinco meses con altos registros inflacionarios y nulo ajuste del presupuesto.

Con todo esto lo que el gobierno ha querido venir a probar es que el gasto de funcionamiento institucional de la Universidad requiere un ajuste, es decir, que su política del recorte ha de poderse llevar a cabo y ya no se retorna a la situación de noviembre 2023, que ya era por demás de carente.

La burguesía no necesita de ese aparato educativo, porque precisamente no requiere de sus servicios y donde sí lo necesita, que es en el área de las ciencias duras, lo contrata por emprendimiento que la propia universidad “gratuita” , hace con los grupos burgueses en particular, que adquieren de forma barata servicios que de ser requeridos en la actividad privada le resultarían muchos más costosos. El resto de las facultades que integran la universidad producen de manera anárquica, títulos universitarios, para profesiones en las que los egresados no tienen posibilidad alguna de desarrollarse si se mira la estructura productiva menguada con la que la burguesía pretende diseñar las próximas tres décadas de nuestra sociedad a partir de un proceso primario de acumulación capitalista centrada en permitir al capital financiero la extracción de recursos y la protección de la renta agraria y los agro-negocios.

La realidad es de manera tan compleja, que la simple búsqueda de “soluciones” por vía de una marcha por multitudinaria que esta, pueda llegar a ser, en la que no se encuentra implicada de manera organizada y consciente la clase trabajadora resulta solo un síntoma de la insuficiencia política y de la crisis de construcción en el factor subjetivo que tiene la dialéctica de la lucha de clases.

 Por todo este enfoque sobre el fenómeno ,  no debe confundirse la situación ,y  además es necesario entender  que la presencia de la dirigencia de la CGT con un aparato no implica la movilización de una clase tras la consigna de la  defensa de una institución democrática, en la medida en que la clase en sí no se convoca con tal propósito por sus instancias organizativas de masas, ni se ha hecho coincidir una medida de fuerza como la huelga general con la movilización de mañana, habiendo existido posibilidades suficientes para ello.

Estamos en un camino de confusión generalizada donde parece que todo se circunscribe a dejar hacer al gobierno y cuando este implementa su ofensiva de clase sobre los trabajadores y los excluidos de la producción formal, la máxima respuesta es la simple negación con la que el gobierno lejos de desdibujarse se concentra sobre sí mismo en el centro de la escena y para cada caso específico de lucha desgrana su programa burgués de conformación del orden social con las variantes necesarias para permitir, facilitar y consolidar la reproducción del capital.

Los objetivos no explícitos se inscriben en la certeza dirigente que para ocupar un espacio electoral hay que saber apoyarse en las ilusiones democráticas de las masas y para esto hace falta un programa radical pequeñoburgués, en esto se inscribe la operatoria militante que centra el eje de la acción política baja la pretensión de la defensa de la universidad pública.

Con esto se hace otro acto funcional a la estrategia de dominación de la burguesía, que es volver a poner fuera del eje a la clase trabajadora en sí, de manera tal que esta no se exprese por sus propias estrategias ni diseñe una política de clase.

Por este motivo, lo que se advierte es la proyección de más de lo mismo y el resultado suma cero en tanto el gobierno no ve afectada su estabilidad política en la medida en que concentra tras de sí el apoyo explícito e implícito de todo el arco burgués y fija su objetivo en el pacto de mayo y el acuerdo con las dirigencias sindicales.

Los efectos visibles de las militancias proyectadas por quienes se dicen opositores al gobierno desde el interés de los trabajadores de manera autoproclamatoria   se abrazan a sin embargo a esas tácticas del poder burgués buscando de manera parcializada y sin programa alternativo y superador que éste seda por sí misma en su ofensiva de clase.

En circunstancias históricas diversas pero educativas en lo que a la experiencia de lucha de clases se refiere  Carlos Marx supo decir en el Manifiesto Comunista, – que hay que recordar que no fue un texto nacido de una necesidad académica sino por requerimiento de trabajadores en lucha- , que “ cuando la dura realidad de los hechos disipo la embriagues de su ceguera esta forma de socialismo degeneró en un marasmo lamentable, el de las mañanas de resaca” (,pag 46)                                                                                 

Es necesario acudir a la convocatoria de mañana de manera diferenciada a la simple adulación a una simple consigna de un programa pequeño burgués que se concentra en la propuesta de una universidad libre y gratuita, y se la disfraza por su presunta pertenencia como instrumento educativo a “los trabajadores”. En un orden social capitalista , con formas jurídicas que consagran por dispositivos legales la presunta autonomía universitaria, ese espacio no fue, ni es de los trabajadores, razón por la cual no hay que encontrar ni señalar quien “se jode” porque por definición y razón primaria de la lucha obrera , en un orden capitalista todas las relaciones sociales que se tejen a su interior y las educativas lo son , son contrarias a los trabajadores y son los trabajadores por verse jodidos quienes necesariamente se ubican como sujeto social del cambio que no tiene otro objetivo que en ultima instancia terminar con las clases sociales, a sabiendas que la emancipación de los trabajadores solo es y puede ser obra de los trabajadores mismos.

La Universidad está inscripta en el  problema educativo  general . Por eso la reducción presupuestaria que se adolece debe ser tomada para su adecuado entendimiento en el marco de la realidad de la estructura de relaciones sociales capitalistas que operan en Argentina y como parte integrante de la política de ofensiva de clase lanzada hacia la clase trabajadora y sectores sociales excluidos de la economía formal  por medio del gobierno burgués

A través de la Universidad la burguesía reflexiona sus posibilidades de desarrollo, y encontrándose la estructura del capitalismo en crisis de reproducción avanza sobre la tesis de hacer de ella la base de un emprendimiento empresario en lo que resulte rentable y dejar a su suerte desfinanciándolas a los demás espacio del actual formato institucional de las mismas, política que se compadece con lo diseñado para el CONICET

La dominación política burguesa expresa en sus manifestaciones específicas, como lo es  esta que se manifiesta por la reducción del presupuesto de las Universidades , una situación objetiva de crisis. Dado esto, la superación de la situación desde el programa de la vanguardia obrera impone una solución radical, que solamente puede darse en el marco de la política general de ofensiva de clase desplegada por la burguesía , y su  superación es inseparable de la derrota del conjunto de los plantes gubernamentales.

 Esa tarea trascendental puede ser realizada únicamente por el proletariado -por ser fuerza de trabajo no propietaria- pues se trata, en definitiva, de sustituirla propiedad privada burguesa por la propiedad social de los medios de producción. Estamos ante la tarea estratégica de superar todas las expresiones de la objetiva desintegración sociedad capitalista por un nuevo orden social superador de una sociedad de clases.

Esta necesaria revolución social describe su imperativo, desde que es a partir de ella  que surgirán la nueva sociedad y la nueva educación

En este plano lo fundamental – lo que puede conducir a la revolución a la mayoría de las masas trabajadoras o frustrarla-, el destino de la lucha depende de poner en claro qué clase social es la que hace las veces de vanguardia de a los de abajo, y les señala ese objetivo estratégico central de construcción del poder obrero y socialista y una nueva sociedad con ese programa.

Conocemos, por la experiencia histórica -nacional e internacional- y por la teoría que únicamente el proletariado puede llevar a los actualmente sometidos a explotación y opresión a convertirse en gobierno, a tomar el poder político.

Los estudiantes universitarios que se incorporan en la vanguardia revolucionaria, en la construcción del programa que permita la transformación social por el poder obrero, concurren a este propósito estratégico con su militancia pero esta construcción se hace llevando una estrategia revolucionaria sobre el lugar en el que se actúa.

Es la política revolucionaria del proletariado la que da la respuesta adecuada a la urgencia de transformar radicalmente la educación, de crear la escuela nueva y construir la real universidad de los trabajadores.

Las soluciones a la crisis educativa no son técnico-pedagógicas, ni dependen de más o menos partidas presupuestarias , sino políticas.

No se trata de discutir – artículo tras artículo- las leyes o decretos desde las cuales se perfilan estos recortes presupuestarios y se dan las bases para un modelo educativo acorde a la necesidad que tiene el capital y sus sujeto social la burguesía  de lograr por consenso la reproducción del capital atravesando una faz inicial de nueva acumulación compulsiva de valor a través de la degradación del salario , el recorte del gasto público y la entrega de recursos naturales para posibilitar el extractivismo saqueador.

Es un camino sin salida favorable a los intereses de la clase trabajadora, la postura reformista de limitarse a buscar el amparo de la ley pues tras la simple  propuesta de evitar o dejar sin efecto una ley  o un decreto , la situación nos vuelve al origen y era precisamente ese origen el que impulsaba la sanción de la ley puesto que generada la crisis la burguesía no puede permanecer en ese sitio e impone una forma jurídica nueva acorde a sus intereses.

Dicho de otra forma, el reformismo se queda en la no ley, ocultando que el anterior orden legal que debería sobrevivir de darse el No a la nueva ley que se pretende se ajustaba a una forma existencial que no puede pervivir desconociendo la crisis y la burguesía que es dominante no puede aceptar esa situación a costa de sus intereses.

Todo esto confirma que el Parlamento es incapaz por definición de solucionar la cuestión en favor del interés de los trabajadores. Nuevamente se pone en evidencia que lo que está cuestionada es la globalidad de la política gubernamental y que la Universidad ha sido vaciada en el molde de la ley bases que traduce la voluntad consciente de la burguesía dominante, empeñadas en bajar los costos de producción sacando ventaja de los bajos salarios, la eliminación de los beneficios sociales y la preparación de hombre y mujer  para la naturalización de la estructura de relaciones de explotación y opresión  .

Frontal y de manera militante la movilización del 23 de abril nos posibilita la tarea de propaganda y agitación explicativas y llamando a la organización de los trabajadores por una política autónoma de nuestra clase y un programa socialista, dando precisa indicación de que  los ideólogos de la burguesía no se atreven a combatir al principio de la escuela pública y gratuita y su proyección a los estudios superiores universitarios con igual perfil . Se limitan a pasar por encima de este enunciado y se dirigen francamente por vía de la desfinanciación, hacia la privatización de la enseñanza, porque su objetivo estratégico es el control directo por el empresariado de ese espacio social y cultural.

La convocatoria y la movilización del 23 de abril abre la posibilidad a la militancia que se ubica en el espacio socialista revolucionaria de exponer a la concurrencia estos elementos del fenómeno en que nos encontramos, al conjunto social, marcando una presencia diversa del amontonamiento aparatista de las expresiones reformistas que atan su carro por enésima vez a la búsqueda de un sector peronista expresión de la pequeña burguesía que se diga progresista.

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