Nuevo Curso

PARTIO EL CESAR ARGENTINO.

Las hostilidades propias de nuestra cultura decadente, muchas veces en la historia del siglo XX, nos han puesto frente a los embates que las incidencias políticas hacen sobre el futbol, advertido el poder de la condición estructural de hecho social que tiene en la Argentina, y su ligazón profunda con la clase trabajadora a partir de que gran parte de los clubes de nuestro país reconocen su origen en la voluntad fundacional de esos obreros para dar al domingo una fiesta por fuera de la celebración religiosa y un espacio de fraternidad entre los que trabajan .

Desde el barrio Fisherton ya entrado el siglo , la pelota fue en búsqueda de un pibe flaco, de movimientos que eran desplazamientos y dotado de un portentoso disparo , que desmentían a sus piernas desgarbadas. Cuentan que Menotti se paraba en el anden de la estación Antartida Argentina, a la salida de Rosario, cuando ya había dejado de jugar en Unión Americana, más conocido como “la carpita” y cuando se detenía allí el tren que iba para Cañada de Gomez se subía para jugar en el campo y ganar unos mangos.

Todo ese andar, toda esa cercanía al trabajo, y su ingreso en Rosario Central terminaron generando un acopio de calle, experiencia, trato con los viejos militantes del PC, y una filosofía de como ver y estar en el mundo, que lógicamente se proyectó al futbol. En esas cercanías, la presencia del talento formador del Gitano Juarez a cuyo lado se formó como ayudante de campo. Luego el Huracán del siglo , el gran campeón y posteriormente el talento en cancha con la formación de la selección campeona del mundo , donde jugaron pese a todas las presiones, Oviedo, Luis Galván y Valencia , tres talentos nacidos de ese futbol profundo y vivaz del interior argentino, al que nadie le daba la debida atención.

Se puede seguir diciendo mucho, pero estando mirando una final más de este futbol negocio , no puedo dejar de derramar una lágrima por esta partida de Cesar Luis Menotti.  Me queda la imagen del tipo con sobre todo y pucho en los labios, pisando firme en la final contra Holanda un domingo muy frio y gris, bastante semejante al que hoy nos toca sobrellevar. Viva el futbol de los futbolistas, Viva la fraternidad obrera, terminemos con el futbol negocio, en manos de los imperialismos comunicacionales y la fifa. Vivamos en otra sociedad, hagamos lo posible por construirse. Tranquilos que el Che, Diego y Menotti están hablando de futbol y de la vida como ningún filósofo podría hacerlo.

Daniel Papalardo