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LA CANCIÓN DE LA SILLA Y LA RUTA DE LA CLASE OBRERA AL SOCIALISMO

En el borde del camino hay una silla
la rapíña merodea aquel lugar
la casaca del amigo esta tendida
el amigo no se sienta a descansar
sus zapatos desgastados son espejos
que le queman la garganta con el sol
y a través de su cansancio pasa un riego
que le seca con la sombra el sudor……..
El que tenga una Canción tendrá tormenta
el que tenga Compañía soledad
el que siga buen camino tendrá Sillas
peligrosas que lo inviten a parar
Pero vale la canción buena tormenta
y la compañía vale Soledad
siempre vale la agonía de la prisa
aunque se llene de Sillas la verdad

(Silvio Rodríguez)


Todos los días sufrimos los efectos de una sociedad que porta una deficiencia estructural definida por la forma en que las relaciones sociales se establecen para satisfacer necesidades de quienes protagonizan esas relaciones.

 Esa manera concreta de existir, está en  crisis y esta se exhibe a la hora de intentar reproducir el orden social capitalista tardío y dependiente donde existimos y desde ella y por ella se nos imponen las condiciones de pobreza y misera cultural que nos agobia trazando una sinuosa ruta hacia la nada misma.

Por eso, frente al fenómeno tal cual es , es decir, posicionados en la crisis misma , hay que  detenerse sin embargo ,  en el factor subjetivo. Hay que correrse por un momento de esa crisis tal como se presenta por sus elementos objetivables y atravesarla desde la condición y apresición de la cosas que tienen los propios sujetos que la protagonizan . Lo contrario es repetir lo que todos ya saben y padecen por su propio existir, pero a la hora de entender las causas y saber dónde y por dónde ir.

Cuando nos detenemos en el factor subjetivo y todo lo que se puede incorporar dentro de esa suerte de conjunto de elementos que se alistan dentro de ese elemento común, partimos de la advertencia a nivel internacional  para indicar   la crisis de dirección de la clase trabajadora en la lucha de clases.

Esta crisis en la crisis, es producto de la irrupción del Stalinismo desnaturalizando el bolchevismo  y su ulterior. estrepitosa. pero anunciada caída con el Muro de Berlín. 

Más allá de esto hoy también  que poner en consideración necesaria el efecto cultural que resulta de la actividad social de la clase trabajadora «en s». Es decir, ubicarnos desde el trabajador por su condición de serdentro de las relaciones que le impone estructural y de manera naturalizada el capitalismo que deja ver sus signos más evidentes de descomposición. Esto nos conduce necesariamente a resignificar por su necesaria movilidad,  el papel del hombre en la historia que transita por significativas carencias de lo básicamente aceptado y considerado como “lo humano”.
En este sentido hay que tener presente que esos mentados  valores que hacen a la dignidad humana fueron inscriptos y puestos en textos con declaraciones de todo tenor y la forma jurídica que se le precie, pero que a la vista de lo sucedido , no han tomado  concreción por vía de  la revolución democrático-burguesa, que nos termina devolviendo a escenarios de barbarie inhumana, como el reparto de comida o su paralización deliberada .

Llamo la atención en esto, porque nuestra sociedad vivió en términos históricos momentos de extrema miseria, pero estando Argentina enclavada en el modo de producción capitalista eventualmente pudo superar escenarios de barbarie porque precisamente ese orden social no se encontraba en el estadio de crisis de reproducción que ahora se deja en evidencia.

Hoy oscilamos entre demanda de alimentos y reproche por no repartirlos, sin entender que si esas demandas fueran finalmente cubiertas cuanto se logra es simplemente naturalizar la carencia, es aceptar que en definitiva aquel que no tiene para comer, no volverá a incorporarse a la economía formal y sus espacios de vida .

Para poder entender todo esto, hay un momento definitorio en el espacio cultural que debe partir del propio trabajador, que no le viene de lecturas o de efectos de propagandas políticas, sale de su propio existir, que es el punto límite, es decir ese momento donde la palabra BASTA cubre el espectro de mil editoriales. Y es BASTA, porque la línea de la miseria y la pobreza entra en su vida como el agua en una inundación , es decir sin dique o compuerta que le pueda ofrecer resistencia.

Los trabajadores, por el solo hecho de serlo, por ir a trabajar todos los días, por mantener aún ese disciplinamiento social elemental y primario que le imponen las reglas de producción y las formas que asume su venta de fuerza de trabajo, necesitamos hoy más que nunca una intervención consciente mínima que pugne por la defensa de nuestro propio existir. Esa existencia es la que aventando el riesgo creciente del desempleo programado por la política burguesa es dialécticamente el comienzo de la ofensiva obrera sobre los parámetros de dominación , explotación y opresión que el poder burgués impone construyendo una sociedad de vigilancia y castigo penal.

Hay que salir con humildad de toda proyección cultural vehículizada por la pequeña burguesía, funcional a la reproducción capitalista y los grupos de poder económico no solo por la negativa sino poniendo en perspectiva la política autónoma de la clase trabajadora.

Hay que romper con el individualismo utilitarista que construye el discurso justificador y fundante de todos los comportamientos puramente reproductivos del consumo y los perfiles de una cultura decadente como lo es la cultura burguesa . Hay que  salirse de la búsqueda del centro y estar más en la relación con el otro en clave de transformación revolucionaria, para que ese propósito estratégico tome cuerpo extendido en la clase social llamada a concretarlo.
Es necesario abandonar la presencia significativa que el capitalismo en crisis le ha asignado ideológicamente a la imagen y en sentido inverso, darle contenido concreto al conocimiento profundo del fenómeno para que el mismo sea motivo y causa de acción valedera .

Por vía del acuerdo con nuestros compañeros de clase en la lucha y la política de clase en programa y acción es necesario romper la imagen y priorizar la realidad, de opresión y dominación burguesa. Dicho de otra forma. Es la política autónoma de la clase trabajadora y el programa socialista la que nos debe llevar a .
abandonar el sistema del rebaño, reduciendo intelectualmente el proceso de alienación al que estamos sometidos , para desde allí desde la construcción de poder obrero terminar con la dominación de clase.

La tarea de desarrollo de la vanguardia obrera, resulta prioritaria por encima de toda acción voluntarista individual. En lo individual de cada trabajador debe anidar la necesidad de terminar con lo dado y no simplemente de quejarse o denunciando esperando que ellos que nos oprimen y explotan nos traigan la solución.

 La crisis del capital es de tal magnitud , que ninguna protesta, ninguna rebelión que pueda producirse puede llegar a su inmediato y transitorio destino de satisfacción, si no toma cuerpo y no es conducida por esa vanguardia de clase y esa necesidad de decir basta no anida en el espíritu de determinación de cada trabajador.


Son tiempos en que la presunta “ derrota ideológica” pasa por haber sacado de las herramientas de nuestra tarea la palabra socialismo.

 Hemos llegado hasta aquí abarcados por una formulación de sostenimiento de la democracia burguesa como elemento de orden natural al contexto social, sin advertir su carácter transitorio, sus contradicciones y su condición de forma consensuada de la dominación de clases, por parte de explotadores y opresores.

 La cuestión, en definitiva, no se supera con más de lo mismo o recetas en contexto del orden jurídico-político burgués, sino con la superación de la barbarie en donde nos depositan esas estructuras y superestructuras económicas y culturales en situación crítica pero que no se retiran por sí solas de la escena sino que la contamina por su persistencia.
El camino es uno. Es de corte revolucionario. No acepta atajos y está lleno de desvíos y falsas salidas. La  revitalización y desarrollo de la vanguardia obrera , resulta ineludible para transitarlo con organización y poder obrero en clave de programa socialista.

En definitiva, del trabajador en sí hacia la clase para sí es el trayecto necesario de nuestra ruta existencial, confiando exclusivamente en nuestros propios métodos de lucha, en nuestra propia organización, con una política independiente de la burguesía, de sus instituciones y sus partidos.

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