El comportamiento concreto, sea en plano discursivos o en acciones expresadas en las calles de las grandes ciudades del país, del sector político que se ubica a la izquierda de la república constituida por el poder burgués, tras mucho andar y oscilar de año en año , según haya o no convocatoria a elecciones ha decidido dejar de lado a Lenin y Trotsky para avanzar y refugiarse en las enseñanzas de Hesíodo y Solón. Con ellos y no con los primeros, encuentran herramienta mitológica y metafísica para su aplicación en la realidad que construyen en sus abstracciones y que vuelcan en su propaganda . Es por eso que han abandonado toda aproximación revolucionaria y desde el reformismo más recalcitrante toman la opción indubitable de encolumnarse detrás de todo lo que sale desde la agenda del poder formal, posicionado mecánicamente en su negación en contexto parlamentario «movilizaciones».
Para esa forma de actuar cuentan con la fuerza necesaria para una operación aparatista, mucha bandera, mucha gente que grita , mucho rostro enjunto, y muchos viejos militantes del advenimiento del regimen que sustituyo formalmente a la dictadura genocida cívico-militar, que se vuelven a poner los botines y salen a la cancha, pero el partido no deja de ser uno de veteranos y nunca la realidad de una lucha encarada por y desde el sector social que sobrevive con prestaciones jubilatorias .
Siguiendo a Hesíodo y Solón , con el leve aggiornamiento que implica sustituir en el relato a Zeus por el Estado, de una forma u otra, los voceros de la izquierda del régimen , nos dicen , a modo de manifiesto o proclamación, que sirve para entrar en la maniobra de los partidos abiertamente representantes del poder burgués con incidencia masiva en los actos electorales , y ponerse a la cola como furgón de ellos que: «Zeus-lease el Estado- tiene en sus manos el fin de todas las cosas y dispone de él como desea…por eso es a él a quien hay que dirigir demandas, documentos, marchas , firmas colectadas,…. ya que el Estado l es quien ha dado a los hombres la justicia, que es el mejor de los bienes . por eso es el Estado quien puede hacer justicia, y dar buenas jubilaciones, omitir vetos, y poner impuestos a la burguesía para sostener aquellas jubilaciones….»El ojo de Zeus ve todas las coas y no le pasa desapercibido qué especie de justicia encierra dentro de sí una ciudad. Malo es ser justo, si el más injusto debe tener la preeminencia en el conflicto jurídico. La justicia se sienta cerca de Zeus, y le comunica los inicuos propósitos de los hombres y fácilmente Zeus, maltrata a los fuertes, fácilmente rebaja al soberbio y fácilmente exalta a quién permanece en la sombra ; fácilmente pone derecho lo que está torcido y mortifica al arrogante….»
Es este entramado el que muestra el rasgo mitológico de la práctica política del reformismo oportunista constituído en izquierda del régimen , con sus partidos con estatutos adaptados a la Constitución del Estado burgués y su pretendida doble contabilidad que solo sirve para montar un embuste de etiqueta a la desprevenida militancia de base que acude a sus colores de bandera y símbolos de algo que no existe en realidad.
Debe quedar en claro que mañana se busca ocupar calles, detrás de la defensa de una ley votada por un sector del radicalismo y diputados y senadores sueltos de otros partidos y el bloque de todos por la patria. Si esto es objetivamente así, esta claro que en ese tren que solo lleva a la legitimación con forma jurídica de una fórmula de actualización que consagra el saqueo anterior y futuro sobre los aportes jubilatorios hechos por la clase trabajadora en sí, dentro del sector formalizado y que la sumatoria en calle de los que dicen que luchan , se encadena a esa formación de vagones ideológicos de la explotación y la opresión.
También deja en claro que el esfuerzo militante suma sus aportes físicos y simbólicos a un No Programa de la clase trabajadora, a una política de sometimiento que impone la clase dominante de conjunto, mistificando al Estado como si fuese una entidad diversas de las clases y ajena imparcialmente a su confrontación cotidiana, con un nuevo giro hacia el cretinismo parlamentario.
La agenda la sigue colocando el poder burgués y sus sectores de clase, que utilizan el parlamento como una suerte de ring de los luchadores de la troupe de Martín Karadagian. Embargados por el espectáculo los parlamentarios del FITU buscan ser la «momia o el ancho peuchele» y para ello llevan a la calle a su barrita, y hacen un fetiche adicional con el poroteo de votos y los despliegues represivos de Bulrich y sus muchachos que en sentido inverso día a día avanzan en su naturalización . Nada de esto conduce a un mejor posicionamiento en la lucha de la clase trabajadora en sí, que en ningún caso accede a la propaganda socialista que desnude la trampa conectada al sistema jubilatorio y toda prestación se seguridad social dentro del orden burgués cuando este se ve amenazado en su reproducción y la dominación de clase de la burguesía se ve complicada por ese factor objetivo de la crisis capitalista en sí.
El agravante mayor es el agotamiento que este tipo de opciones políticas de la izquierda del régimen impone incluso a su propia militancia que ocurre cuando la convocan pero que conoce de la frustración de verse metida en una contienda social en donde se la usa para que los fines de algún sector burgués prosperen en detrimento del otro. Todo conduce a una intersección donde la opción de tomar por un nuevo curso, de dejar esa ruta hacia la frustración , emerge como salida de este cuadro de situación y sus tendencias . Lucha por organización política de la clase obrera, agitación y propaganda del programa socialista, insistencia en la construcción del poder obrero, se perfilan como la salida de la oscuridad mitológica .
Nuevo Curso