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Asesinaron a Pillín Bracamonte y al “rana” Atardo. La foto que no se sacó el gobernador ni la ministra de seguridad.

Este 9 de noviembre, el histórico líder de la barra de Central Andrés «Pillín» Bracamonte encontró la muerte en una esquina de Rosario , donde fue previamente emboscado y acribillado cuando salía del Gigante de Arroyito, tras el partido que el equipo de Arroyito perdió ante San Lorenzo. También murió «Rana» Atardo, otro barra que iba junto a «Pillín» en su camioneta.

Este hecho, es la más formidable cachetada de la realidad, sobre  la  mentira tejida por todo el aparato publicitario y propagandístico del gobierno provincial que actúa de la mano de cuanto infiere, y proyecta el gobierno nacional respecto de la política criminal.

Durante los últimos meses el gobierno provincial se pavoneaba en los medios de comunicación y llenaba las redes sociales anunciando el fin de los tiempos violentos en nuestra ciudad, mientras que a la par se dedicaba a encarcelar personas en acciones intimidatorias en la vía pública por encontrarse en situación de calle o por portación de cara, insistiendo en que ese era el camino para terminar con las muertes y lo que ellos llaman delito en la provincia.

También en su momento decidieron proyectar una nueva cárcel e impusieron el rigor salvadoreño en esos espacios ampliando el poder de castigo y vigilancia perversa del Servicio Penitenciario provincial.

Más temprano que tarde la realidad dice presente. La teoría del ajuste de cuentas entre sectores de la barra del club Rosario Central, ya empieza a pedir pista. La economía ligada al narcotráfico, sigue oculta. Quien ocupe el espacio mercantil del fallecido , podrá explicar con sus propios desenvolvimientos económicos el crimen perpetrado. Los fallecidos dejan con sus vidas una existencia en ese espacio de existencia que implica la economía criminal, que sin dudas, penetra y sostiene la existencia miserable de todos los trabajadores rosarinos.Por las dudas, alguien aún no la haya visto, sería recomendable recordar a “los tataglia” en la memorable película El Padrino, para encontrar razones que oculta el poder burgués formal, y sus recetas represivas de política criminal.

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