Con esas manos de quererte tanto
pintaba en las paredes ‘Luche y Vuelve’
manchando de esperanzas y de cantos
las veredas de aquel 69…
Con esas manos de enjugar sudores,
con esas manos de parir ternura,
con esas manos,
que volvieron la fe en la nueva primavera,
bordaba la esperanza montonera.
Con esas manos que pintaban
la historia de celeste y blanco,
con esas manos de quererte tanto…
Cómo quiere usted que no ande
de acá pa’ allá
cargando la primavera,
cayéndose y volviéndose a levantar
la montonera.
Qué buen vasallo sería
si buen señor tuviera.
Y cómo quiere usted que no ande
de acá pa’ allá
luchando la primavera,
cayéndose y volviéndose a levantar
la montonera.
Qué buen vasallo sería
si buen señor tuviera.
La realidad da cuenta objetiva del vacío de la existencia alienada que protagoniza todo trabajador, aún cuando sea este mismo quién no lo percibe. Son múltiples las formas que utiliza el orden social para lograr que de modo hegemónico se reproduzca esa dominación por los objetos que nos convierte en ellos, mientras ellos toman la subjetividad que le da esa relación fetichezca.
Casi como una suerte de rey Midas del siglo XXI y al igual que ese que, de acuerdo con la mitología griega, tenía la maldición de convertir en oro todo lo que tocara, nuestra realidad existencial todo lo trastoca en mercancía y todo le rinde culto al dios mercado.
Hoy dando cuenta de su crisis, la sociedad de producción generalizada de manera imperceptible cosifica e introduce relaciones mercantiles hasta con los recuerdos que una generación , que ya está en condición de madurez en la vida , tiene de alguna persona. En particular eso sucede con lo que se da en llamar “personas públicas”, como ocurre por ejemplo con Roberto Fontanarrosa.
Es claro por la demostración evidente de los hechos que la socialdemocracia construyo en Santa Fe y en particular en Rosario , su lógica pueblerina de raíz cultural en los múltiples pueblos del sur de la provincia, por ser de esa génesis sus principales representantes, paridos generación tras generación mayormente por la universidad donde anidan y por las lógicas propias de los emprendimientos agrarios. Tal es así, que lo que esos operadores políticos del reformismo más recalcitrante tuvieron en miras, ya desde el pensamiento positivista y miserable de su estanciero fundador Guillermo Estevez Boero, fue hacerse de cargos en el Estado para garantizar el retorno de la inversión inicial del estanciero y mantener el funcionamiento rentado y arribista de sus ignorantes seguidores.
Así fue que se apoderaron de la intendencia, primero amenazando con “un tigre” que luego se mostró caballero con el menemismo y sus tropelías, para luego acudir a la venta de un producto más sofisticado , Binner y su proyecto de salud y desde ahí a ese oscuro sujeto cuya privacidad hoy escandalizaría a cualquier grupo feminista ávido por cazar al enemigo machista responsable de todos su males, mostrándolo como una suerte de Ramón Carrillo del fin de siglo y fue la salud la que se utilizó como emblema , con la peregrina idea de que se puede tener sistema de salud con una sociedad empobrecida por el simple juego de las coordenadas contradictorias del capital.
Desde el gobierno la fábrica de personajes que buscaban ganar ascenso social, se ampararon en la universidad y luego continuaron su periplo desde las instituciones municipales y provinciales. Una de ellas fue y es el área “cultura”, sitio a donde fueron a congregarse personajes semejantes a los que describe la película “el ciudadano ilustre” bajo apariencias de progres, que por vía de pagos por proyectos transformaron a esa área del Estado en una suerte de gran mecenas.
Actualmente los personajes iniciales de esta travesía perjudicial para la clase trabajadora habitan en el parlamento, donde se fueron a seguir su derrotero , sin decir como terminaron sumando votos para que más temprano que tarde emergiera el actual equipo de gobierno nacional.
Eso sí, cuando los monstruos idiotizados que hace emerger ese personal político que dirige los destinos de los intereses de la burguesía de conjunto, hacen sus primeros pasos con un acto público de formato mediatizado para lograr que se hable de ellos replicando de modo payasesco iconos fascistas , ese socialismo de frente amplio con los partidos de la dictadura genocida como lo fue el partido Demócrata Progresista o las múltiples versiones del gorilismo Lilito, no tiene mejor idea que denunciar a los realizadores del acto.
Toda esa gente, viendo que su emprendimiento político navega a la deriva por contraste específico con la realidad que ya no permite gente prolija, con sonrisa impostada y hábitos democráticos que no son tales , encontró en la semana pasada una posibilidad de movilizar “recursos humanos” memorando a Roberto Fontanarosa.
Memorar para la socialdemocracia reformista de miserable existir, es tomarlo como mercancía, es hacer de una persona fallecida un producto que tenga la fetichesca virtud de darles vida a ellos en su imparable vacuidad. Hasta vino por estos lados Serrat que ya no compone, ni canta, pero al que se lo puede traer para que haga lo que un viejo amigo jubilado puede hacer respecto de su compañero que ya no está.
Para que sea un producto vendible, de manera que todo rosarino dice hoy haber estado con él en un bar, como lo hacen todos los argentinos maduros diciendo que vieron el debut de Maradona, o los mismos rosarinos que dicen haber asistido a ese memorable partido donde Rosario bailo a la selección nacional en los primeros años de la década del 70.
Claro, que no resultan vendibles, ni aceptados para otorgarle el carácter de producto que vende cultura, reconocimiento y una supuesta ligazón de su pueblo con el autor, que el amigo Serrat haya escrito su canción para la Montonera, ni se recuerde al Fontanarrosa de “dos en moto” asociando la muerte que allí se relata en ese cuento, con la reciente muerte de un barra a la salida del mismo estadio. Esos Serrat y Fontanarrosa no tienen cabida, hablan de violencia y no le temen invocarla de forma expresa o figurada. Eso sí que está ausente. Presente, el Fontanarrosa del Congreso de la Lengua, la mesa de los galanes o en campaña por mostrar a Ernesto Guevara como hincha de Rosario Central o el Serrat haciendo apología de la amistad ideologizada justo en tiempos donde nada esta más alejado que
“ Decir amigo
es decir juegos,
escuela, calle y niñez.
Gorriones presos
de un mismo viento
tras un olor de mujer.”….
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