Nuevo Curso

Las disputas mediáticas de sectores y los intereses de clase.  

En estos días, en que “los luchadores” deciden dejar las calles y realizar sus escolásticos campamentos, mientras las personas hacia las que presuntamente se dirigen buscando corporicen el sujeto necesario de las acciones que pregonan, siguen en la rutina del hambre y las carencias y el programa de gobierno sigue los designios que arquitectónicamente se trazan desde el poder burgués , el conjunto de esa clase explotadora y opresora, quiso utilizar la incidencia del azar, para tener en sus manos las implicancias de un hecho biológico objetivo que fue la muerte del periodista Jorge Lanata.

Con eso, más las peripecias de la costumbre que impone la cultura de reunirse en fin de un año para así estar juntos en la nada y en el vacío que supone el inicio de otro, se dio por bueno el esquema de piloto automático, para seguir andando en la dirección opresiva trazada por las dificultades de reproducción del capital y las necesidades de rigidez y ajuste que le impone un nuevo proceso de acumulación que de modo dialéctico acompaña al primero.

Es una premisa que hoy casi no se pone en cuestión que, “el capital viene al mundo chorreando sangre y lodo por todos los poros, desde los pies hasta la cabeza” y esta que es otra forma de permanecer y volver de modo renovado al mundo, no es la excepción , como da cuenta evidente todo lo que en el ocurre, en particular las guerras que desenvuelve la OTAN sobre distintos territorios buscando proteger los intereses de los capitales cubiertos por la forma jurídica institucional de los Estados Unidos.

Miles de seres humanos mueren de forma violenta en el mundo dentro de prácticas genocidas, pero en la cotidianeidad de nuestra sociedad, donde también los crímenes de las agencias estatales son frecuentes, parece ser que lo importante es hacer una suerte de juicio de residencia sobre una persona fallecida haciendo de él un icono de una presunta disputa de dos sectores de la burguesía que vienen haciendo una suerte de titanes en el ring, disfrazado de grieta, durante ya varias décadas

Es decir, lo que presenciamos fue, para beneficio de la clase dominante ,un procedimiento instrumentado por redes sociales, para revisar las actuaciones de una persona fallecida , es decir, que ha dejado de ser persona, que tuvo espacio público relevante en la formación de opinión y construcción del discurso de sentido común, que es en estos tiempos labor propia de lo que se llama periodismo, palabra que excede ya a un sujeto y remite a una persona colectiva contenida en una empresa que no difiere mucho de otras, en tanto finalmente lo que produce y vende , son mercancías.

Tratando de ponernos en el problema, pero por fuera de la operación que narramos, es interesante advertir, como en definitiva, lo que deja traducir el hecho del intento de ajusticiamiento moral de Lanata y la presencia de defensores alegando representaciones no legitimadas precisamente por el deceso del hoy pretendido imputado , es una arista no muchas veces explícita de la lucha de clases en el escenario de la república democrática, que pugna por continuar siendo la forma jurídica institucional de la dominación capitalista.

La cuestión es entonces, por fuera de los accidentes del caso, y sus ribetes específicos,  advertir acerca de cómo larvadamente se desarrolla al interior de la sociedad , en particular dentro de una de sus clases y con formato ideológico , una disputa de intereses, donde, por sus efectos hacia todo el orden social, la tarea militante de construcción de una política autónoma de los trabajadores con objetivos revolucionarios, debe tomar posición y traducirse en un mensaje colectivo dirigido a marcar que en todos y cada uno de los casos, cualquiera fuese la operación que desarrolle la burguesía, es imperiosa la construcción y consolidación del poder obrero y socialista exhibido estratégicamente, como espacio superador del caduco y criminal orden social capitalista.

Cuanto se presenta en el espacio de las apariencias por el orden dominante, cualquiera fuese la táctica para lograrlo, solo oculta un factor, que es la necesidad de dar continuidad al orden social explotador y opresor imperante. En este caso lo que se busca, es impulsar una toma de partido donde gruesos sectores de trabajadores formalizados, sea por determinación o por simple omisión, se enrolan y se alinean para uno de los sectores de la burguesía que entra en maniobras y enfrentamientos parciales con el otro. Sin duda cada uno de ellos toma formas políticas partidarias, aun cuando estas también se resquebrajan al no poder cumplir su función con soltura.

El teatro de operaciones montado por y con la muerte de un personaje público como era Jorge Lanata , deja ver además la intervención del reformismo y el -estalinismo escondido dentro del aparato k, moviendo fichas en ese tablero , sus fichas dirigidas discurso mediante, a la táctica del frente popular para subsumir su acción dentro de los propósitos finales de ese sector burgués que nunca han de rebasar el escenario de la república democrática.

En estos días , también ha tomado dominio público una cita poco difundida y mucho menos conocida,  de un texto de Trotsky, generado por este en sus últimos días con vida en México, que si bien se produce desde otra materialidad, de manera tangencial pero relevante, aborda este problema de la relación del objetivo estratégico de construcción del poder obrero, el lugar de la revolución proletaria en relación con el poder burgués y su Estado y la cuestión vital para los trabajadores que conforman la vanguardia revolucionaria , de saber en qué se revela  la profundidad de su revolución respecto al Estado, respecto a la democracia , con la situación actual de crisis del modelo de orden social gestado desde el capital.

Ante la constatación en los hechos de la presencia mediatizada del reformismo tomando parte en esas operaciones de pujas de sectores de la burguesía , que marca un desfasaje entre el movimiento real y la comprensión consciente de la profundidad de ese desarrollo por la vanguardia de los trabajadores , reflejándose en un problema para la construcción de su dirección organizada en forma partidaria , es que acudimos a esa cita , reproduciéndola , convencidos de que este obstáculo solo puede ser saldado hoy por el replanteo de los proyectos existentes  y no esforzándose inútilmente por hacerlos encajar en esquemas políticos  preestablecidos , de muy dudosa vigencia.

Dice Trotsky en el año 1938:

En México se está realizando una campaña contra la prensa reaccionaria. El ataque ha sido dirigido por los líderes de la CTM o, más precisamente, por el señor Lombardo Toledano en persona. El objetivo es «doblegar » a la prensa reaccionaria ya sea sometiéndola a una censura democrática o proscribiéndola del todo. Los sindicatos han sido movilizados para la guerra. Los incurables demócratas corrompidos por su experiencia con un Moscú stalinizado y dirigidos por «amigos» de la GPU, han alabado esta campaña que no puede ser vista más que como un suicidio. De hecho, no es difícil prever que incluso si esta campaña triunfa y conduce a resultados prácticos que se acomoden al gusto de Lombardo Toledano, las consecuencias últimas serán principalmente soportadas por la clase obrera.

Tanto la experiencia histórica como teórica prueban que cualquier restricción de la democracia en la sociedad burguesa, es, en último análisis, invariablemente dirigida contra el proletariado, así como cualquier impuesto que se imponga recae sobre los hombros de la clase obrera. La democracia burguesa es útil para el proletariado sólo en cuanto le abre el camino al desarrollo de la lucha de clases. Consecuentemente, cualquier «dirigente» de la clase obrera que arma al gobierno burgués con medios especiales para controlar a la opinión pública en general y a la prensa en particular, es, precisamente, un traidor. En último análisis, la agudización de la lucha de clases obligará a las burguesías de cualquier tipo a llegar a un arreglo entre ellas mismas;  aprobarán entonces leyes especiales, toda clase de medidas restrictivas, y toda clase de censuras «democráticas» contra la clase obrera. Quien todavía no haya comprendido esto, debe salirse de las filas de la clase obrera.

«Pero hay momentos» objetarán algunos “amigos” de la URSS en que «la dictadura del proletariado se ve forzada a recurrir a medidas especiales, particularmente contra la prensa reaccionaria.»

«Esta objeción», contestaremos, «proviene principalmente de identificar a un estado obrero con un estado burgués. Aunque México es un país semicolonial, también es un estado burgués y de ninguna manera un estado obrero. Sin embargo aun desde el punto de vista de los intereses de la dictadura del proletariado, proscribir a los periódicos burgueses o censurarlos no constituye en lo más mínimo un ‘programa’ o un ‘principio’ o un ideal establecido. Medidas de esta naturaleza sólo pueden ser un mal temporal e inevitable.»

Una vez en el poder, el proletariado puede verse forzado, por cierto tiempo, a tomar medidas especiales contra la burguesía, si la burguesía asume una actitud de abierta rebelión contra el estado obrero. En ese caso, restringir la libertad de prensa va a la par con todas las otras medidas empleadas en sostener una guerra civil. Naturalmente, si usted se ve forzado a usar artillería y aviones contra el enemigo, no puede permitir que este mismo enemigo mantenga sus propios centros de información y propaganda dentro del campo armado del proletariado. Sin embargo, también en este ejemplo, si las medidas especiales se extienden hasta convertirse en un patrón permanente, llevarían en sí mismas el peligro de volverse incontrolables y de que la burocracia obrera logre un monopolio político que sería una de las fuentes de su degeneración.

Tenemos ante nosotros un ejemplo vivo de tal dinámica en la detestable supresión de la libertad de expresión y de prensa que es ahora regla en la Unión Soviética. Esto no tiene nada que ver con los intereses de la dictadura del proletariado, al contrario, está destinada a proteger los intereses de la nueva casta gobernante de la oposición de los obreros y campesinos. Esta nueva burocracia bonapartista de Moscú es ahora imitada por el señor Lombardo Toledano y Cía., quienes equiparan sus carreras personales con los intereses del socialismo.

Las verdaderas tareas del estado obrero residen no en poner una mordaza policíaca sobre la opinión pública, sino más bien en liberarla del yugo del capital. Esto sólo puede hacerse colocando los medios de producción, incluida la producción de la información pública, en las manos de toda la sociedad. Una vez que se ha dado este paso socialista fundamental, todas las corrientes de la opinión pública que no han tomado las armas contra la dictadura del proletariado deben tener la oportunidad de expresarse libremente. El deber del estado obrero es hacer accesibles a ellos, en proporción a su número, todos los medios técnicos que requieran, como prensas, papel y transporte. Una de las principales causas de la degeneración del aparato de estado es la monopolización de la prensa por parte de la burocracia stalinista, que amenaza con reducir todas las conquistas de la Revolución de Octubre a la ruina total.

Si estuviésemos buscando ejemplos de la influencia fatal de la Comintern en el movimiento obrero de los distintos países, la actual campaña de Toledano aportaría uno de los más singulares. Toledano y sus compañeros de doctrina tratan esencialmente de introducir en el sistema democrático burgués medios y métodos que, en ciertas condiciones temporales, pueden ser inevitables bajo la dictadura del proletariado. Es más, ellos no están realmente tomando estos métodos de la dictadura del proletariado sino más bien de sus usurpadores bonapartistas. En otras palabras, están infectando a la ya enferma burguesía democrática con el virus decadente de la burocracia stalinista.

La anémica democracia de México se enfrenta a una constante y mortal amenaza desde dos direcciones: primero, por parte del imperialismo y segundo, de los agentes de la reacción dentro del país que controlan las publicaciones de mayor circulación. Pero sólo los ciegos o los débiles mentales podrían pensar que como resultado de la prohibición de la prensa reaccionaria los obreros y campesinos se librarán de la influencia de ideas reaccionarias. En realidad, sólo la mayor libertad de expresión, de prensa y de reunión pueden crear las condiciones favorables para el avance del movimiento revolucionario de la clase obrera.

Es esencial emprender una incansable lucha contra la prensa reaccionaria. Pero los obreros no pueden permitir que el puño represivo del estado burgués substituya la lucha que ellos libran por medio de sus propias organizaciones y de su propia prensa. Hoy, el estado puede aparecer como bondadosamente dispuesto hacia las organizaciones obreras; mañana el gobierno puede caer y caerá inevitablemente en manos de los elementos más reaccionarios de la burguesía. En ese caso, cualquier legislación restrictiva que exista será lanzada contra los obreros. Sólo aventureros que no piensan más que en las necesidades del momento serían incapaces de tener en cuenta este peligro.

El modo más efectivo de combatir la prensa burguesa es extender la prensa de la clase obrera. Por supuesto, vulgares periódicos amarillos como El Popular son incapaces de asumir esta tarea. Tales basuras no tienen lugar dentro de la prensa obrera, la prensa revolucionaria, ni incluso en una reputada prensa democrática. El Popular sirve a las ambiciones personales del señor Lombardo Toledano, quien a su vez sirve a la burocracia stalinista. Sus métodos -mentiras, calumnias, campañas de caza de brujas y falsificaciones- son también los métodos de Toledano. Su periódico no tiene ni programa ni ideas. Obviamente, tal basura nunca podrá tocar una cuerda sensible de la clase obrera o ganarle el proletariado a los periódicos de la burguesía. Así, llegamos a la conclusión inevitable de que la lucha contra la prensa burguesa empieza echando a los «líderes» degenerados de las organizaciones de la clase obrera, en particular, librando a la prensa obrera del tutelaje de Lombardo Toledano y otros que buscan las posiciones burguesas. El proletariado mejicano debe tener una prensa honesta que exprese sus necesidades, defienda sus intereses, amplíe su horizonte y prepare el camino para la revolución socialista en México. Esto es lo que Clave propone hacer. Así, empezamos por declarar una guerra implacable contra las viles pretensiones bonapartistas de Toledano. Y en este esfuerzo buscamos el apoyo de todos los obreros avanzados, marxistas y demócratas genuinos. «Libertad de prensa y la clase obrera. Clave (México), octubre de 1938. Traducido del español para este volumen de la [edición Norteamericana] por Gerry Foley.

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