FORMULAS SIN CONTENIDO

El FITU y sus muchachos de “vocación parlamentaria” han iniciado una cruzada moralista, con la que pretenden inclinar la situación hacia una movilización y lucha de calles.

 Como parte de esa táctica, y como si estuviesen en ejercicio de  la paternidad responsable quieren que aquel al que tildaron de gatito mimoso del poder, de explicaciones de sus actos al cuerpo en donde anidan el partido del propio informante y los de sus aliados, esos que hasta hoy no evitaron que los proyectos de la actual gestión tuviesen cabida bajo forma legal , llaman hoy como lanzadores de la primer piedra a la regeneración moral de la política burguesa alegando una hipotética defraudación asombrados de un presidente que no ha dado a luz sino un acto más de su posicionamiento ideológico haciendo culto específico de su concepción de la libertad.

“Hay que ganar la calle para derrotar al gobierno estafador y su plan. Paro y plan de lucha. Es ahora.” Dice en modo agitación, Cristian Castillo, no ante una asamblea de trabajadores , sino por las redes sociales y a virtuales lectores y oyentes. En paralelo Izquierda Diario, titula : “Perdió en la calle online. Libra: la imagen negativa de Milei fue récord en las redes Según la consultora Ad Hoc, con más de 3,5 millones de publicaciones entre los días viernes, sábado y domingo, fue central la idea de que Milei fue parte de una estafa.”

habrá que recordar y hacerle recordar a los editores, que la imagen no tiene realidad. Lo que está dotado del ser es lo que proyecta la imagen y quien la observa. Como el FITU vive anclado en la dialéctica amo esclavo respecto del voto y no de las clases , prioriza las encuestas y nunca como construir políticamente y de manera autónoma conforme a  una finalidad emancipatoria. l descenso consolidado al cretinismo parlamentario se les olvida que la emancipación de los trabajadores es obra de los trabajadores mismos y no de oportunistas reformistas vergonzantes, que miden los posicionamientos obreros desde las encuestas de una agencia.

Pero más allá de esto, lo cierto es que subyace en la agitación Castillista un “es ahora”, que implica una interpelación a la clase trabajadora en abstracto, pues no está claro que ella le preste oídos a sus arengas y en segundo lugar una construcción falsa de lo real gravemente significativa en sentido negativo, en cuanto se refiere a la caracterización de la situación. Hay un grito reformista-oportunista en esta acción pública del PTS y sus propuestas. Una urgencia de aquí y ahora, absolutamente extraña a la realidad.

En ese sentido habrá que recordarle a estos militantes que las masas no reaccionan a la situación por vía de encuestas de opinión sino con actos reales, de significación política emergentes de la clase en sí y no desde el llamado de una organización política, que para colmo convoca para terminar “con un plan” y no con el orden social y sus relaciones de producción desde donde nace ese plan, con lo cual deja ver que cuanto alienta es un recambio de los operadores políticos del poder burgués para mantener la institucionalidad en la que también se refugia el FITU. Por lo demás nuevamente el FITU da muestra de la impronta que caracteriza su oportunismo: La política del NO. No al plan Milei y en su caso , luego qué. Cual es el entramado positivo incurso en ese NO convocante. Esto es, después del NO , a dónde vamos y con quienes.

Lo curioso del caso es que a todo esto se lo hace en nombre de Trotsky , como si se avalara la maniobra reformista en curso , con la trayectoria del revolucionario . Hay que recordar que existe y hay que luchar contra una falsa interpretación relativa a que Trotsky habría dejado señales de que por vía de una reivindicación y una consigna acertada se puede torcer el curso de una situación de movilización de masas. Eso no es estrictamente así, pero es del caso que lo central para Trotsky y para cualquier revolucionario es que exista ese estado de movilización de masas adverso , cosa que no ocurre en nuestro momento de la lucha de clases, precisamente porque se da lo inverso, es decir, una ofensiva de los explotadores sobre los trabajadores por vía de medidas económicas y la instalación de su dominio de clases con forma de leyes, en cuya elaboración intervino Castillo participando de los “debates parlamentarios”

En este último sentido lo que se hace es confundir movilizaciones callejeras puntuales y desconectadas una de otras , con la movilización real de una clase que brega por la defensa de sus intereses inmediatos y su sector minoritario por un cambio de un orden social . Castillo agita la construcción de una táctica hecha en base a “imágenes y opiniones” encuestadas por  una agencia y no sobre las relaciones sociales reales emergentes desde lo cotidiano. Pretende indicar que los trabajadores deben advertir que hay una estafa y el estafador es Milei y por eso hay que ganar las calles y hacer una huelga general, cuando si algo sabe el trabajador es que lo explotan minuto a minuto , pero aún así, para garantizar su sobrevivencia, sale a trabajar que no es otra cosa que vender su fuerza de trabajo en un mercado cada vez más concentrado. Como vive de las imágenes que proyectan Castillo y sus compañeros , terminan haciendo un fetiche de la imagen y la dan por cierta , y ello es el sustento de todo esta andanadas de urgencias y apremiantes convocatorias al paro y movilización.

En  el país de 30000 desaparecidos, una guerra iniciada y construida por especulaciones de poder militar. Ante una clase trabajadora que  escucho que desde un balcón se le decía que la casa está en orden y felices pascuas, o que sufrió la voladura de un arsenal integro en Río Tercero  o la promesa de revolución productiva, y que un peso vale un dólar  o que con un mega-canje íbamos a ser felices para finalmente que el que deposito dólares recibirá dólares , se  alienta ahora que se horrorice éticamente  por un registro en una red social en un entramado con criptomonedas  y en base a ese espanto inducido gane las calles y declare una huelga contra “el plan de gobierno”, pidiendo en consecuencia “otro plan”.

En el mismo momento, los dueños de los dedos acusadores recorren todas las redacciones interesadas para distribuir gratuitamente muestras de perfección ética o rebatir si es cierto o no que un diputado del FITU tiene o no un reloj de considerable valor, denunciando que esto es una operación de construcción de falsa verdad.

Como factor común de toda estas operaciones  por la imagen y no por la realidad esta una intervención de clase  que no es la de la clase obrera aunque se habla alegando socialismo , Esa clase es la pequeña burguesía intelectual que se desplaza al interior de esas organizaciones vaciando toda estrategia revolucionaria buscando con todo esto, encontrar un remedio político encubridor de su acentuada impotencia en tiempos de crisis de reproducción del capital, y su recurrente afán por un refugio dentro de la institucionalidad que toma cuerpo en la república  democrática burguesa.

Se confiesa con todo esto la intención de encontrar un punto de apoyo para desarrollar una movilización que facilite un salto de conciencia en la clase en sí en búsqueda de otro modelo de gobierno que amplie su base democrática cuando es precisamente la democracia lo que facilita y permite los actos por los que se llama a un baño de honestidad en los hombres y mujeres que ocupan el elenco de la política burguesa.

Hay en desarrollo un culto a la espontaneidad de las masas trabajadoras a las que se dirige la propaganda FITU denunciando la vana intención de colocarla tras la pequeña burguesía en un enfrentamiento con el poder por vía de una consigna centrada en un juicio moralizante de carácter abstracto y marcado del contenido ideológico propio de los prejuicios pequeñoburgueses.

La realidad, sin embargo, tal como lo indicara Trotsky ,es que el desarrollo de la especie humana no se agota ni con el sufragio universal, ni con «la sangre y el honor», ni con el dogma de la Inmaculada Concepción”. El proceso histórico es, ante todo, lucha de clases y al FITU se le ha olvidado advertir que la intervención de los trabajadores frente a las actitudes del elenco gobernante no se guía por esas reglas éticas que el FITU intenta bajar a tierra desde el universo del positivismo Kantiano y de los valores puros que habitan en el mundo de las ideas de Platón.

En el FITU habita con centralidad la creencia que montándose sobre un hecho ajeno a los trabajadores y con propaganda basada en principios morales puede y debe ocurrir de manera espontánea, por acción de las masas trabajadoras una transformación de lo dado con el único sustento en encuestas de imagen en la población. Así detecta una presunta caída de imagen del presidente y convoca a ir sobre él, aun cuando si eso sucediera no sería en ningún caso un índice o presupuesto  a partir del cual se puedan vivir escenas de insurgencia revolucionaria. El ejemplo de Chile esta para quien quiera advertirlo.

Dicho, en otros términos, aun cuando la imagen del presidente pueda caer, eso no implica una instancia movilizante o hipotéticos llamados a la huelga general en la medida en que el día después de ese pretendido objetivo en una ficcional guerra de posiciones haría que más temprano que tarde debiera cederse lo logrado a cualquier expresión burguesa ajena a los propósitos e interés emancipatorios de los trabajadores.

El escenario del 2001 no está planteado y su presencia no se mide por encuestas de opinión  y de estarlo el resultado no sería otro que un nuevo Duhalde al poder con todo lo que ello implica si se tiene presente que la vicepresidenta es la Sra Victoria Villaruel y sus amigos que pernoctan en la cárcel de Ezeiza.

Lenin argumentó fuertemente en contra de los cultores de la espontaneidad revolucionaria, considerándolo un posicionamiento y una actividad peligrosa para la estrategia revolucionaria  que degenera la naturaleza disciplinada  del hacer revolucionario y lo convierte en pensamiento arbitrario y estéril.

Los moralistas quieren, ante todo, que la historia los deje en paz; con sus libritos, sus múltiples dispositivos virtuales ,   suscriptores, el sentido común y las normas morales. Pero la historia no los deja en paz.

En ese sentido, nuevamente Trotsky como para aclarar que las acciones concretas del FITU no tienen  anclaje en su pensamiento y obrar, dice específicamente en el texto “su moral y la nuestra “que: “ Invocar fórmulas sin contenido de clase. Normas morales abstractas. No es un error filosófico desinteresado, sino un elemento necesario en la mecánica del engaño de clase”

El partido es el educador de la clase, en su interior y los actos militante se vive una escuela de estrategia revolucionaria en forma permanente. Si alguien en nombre de lo que pretende ser un partido alienta una táctica centrada en el espontaneísmo, claramente se aparta de estas premisas que hemos transcripto para mejor entendimiento de la fuente y la significación de este oportunismo.  Básicamente la esencia de la militancia partidaria en una situación prerrevolucionaria y preparatoria es la explicación paciente del programa que organiza a la estructura partidaria y le da su razón de ser a la masa trabajadora buscando su penetración en la conformación de una conciencia revolucionaria generalizada en los trabajadores , en función de una voluntad organizada en el objetivo de construir la revolución.

Lo que estamos viviendo es la desesperación  de la  pequeña burguesía desde el interior del FITU, por impulso de su propia dirigencia y sus pregoneros. Hay que advertir la necesidad de un nuevo curso superador de este derrotero que ajuste las acciones a lo real aún cuando esa realidad no sea acorde a los deseos de una cooperativa electoral. La voluntad colectiva organizada no puede estar junto al poder organizado de la burguesía.

Hay que rechazar los restos del espontaneísmo reformista oportunista, que tiene amparo en la democracia burguesa. Esto implica el desarme de la tarea revolucionaria y la entrega desguarnecida al poder de la burguesía de la mano del reformismo oportunista con formato parlamentario.

Nuevo Curso