Nuevo Curso

LE TOCO A MARCELO. LO PADECE UNA MADRE, LO SUFREN TODAS LAS TRABAJADORAS

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Le tocó a MARCELO. No pongo el apellido, porque por fuera de los intereses del capital privado e institucional, en Rosario y gran parte de los pueblos que hacen a diario la sobrevivencia de Argentina, no hay otro Marcelo que Marcelo Bielsa.

De entrada, es difícil andar por la vida con el adicional “loco”. En los medios dominantes, no es Marcelo Bielsa, es el “loco” Bielsa. Nadie sabe quien dirige esa caracterización de matriz psiquiátrica, pero a nadie se le escapa que es una estigmatización peligrosa, que no puede encubrirse con pretendido afecto, atento a que en todos los casos el poder psiquiátrico, como variante del poder punitivo asecha. Claro un tipo que a fuerza de poner toda su subjetividad en tratar de hacer mejor lo que mejor hace. denuncia con su hacer falencias de otros , no tildados de locos sino de profesionales respetables, normalizados en las “reglas de juego” que habrán venido en el empaquetado de lo que se presenta como “el juego de la vida”, pero a la mayoría de los trabajadores nunca se las compartieron sino se las impusieron.

Marcelo, jugo en todo el mundo. En todos los equipos dejó rastros.  Luis Suarez también hizo lo propio, pero con una diferencia. Dejó sus dientes en el cuello de un rival y deslealtades varias en muchos campos de juego.

Suarez tiene 37 años, como está siendo parte de un negocio monumental escondido tras Messi, en un torneo de veteranos , donde el relajamiento es la regla y el trato profesional se relativiza por la masa de valor que crean todos esos ex. Jugadores con innegable talento demostrado en la historia del juego futbolístico, se guía por su existencia, es decir, se torna devoto de la premisa básica según la cual la existencia determina la conciencia. Pero ocurre que fuera de Miami, y como lo dejo ver en la última copa América, el tiempo pasa, y “como corren los pibes”, que duras son las condiciones de juego, ya no alcanza con morder y pegar bajo el paragua de la “garra charrúa”. Es más lindo Miami, con sus playas y todo ese formato de degradada conciencia americana que más temprano que tarde le atrapa a los oprimidos sudamericanos que ponen sus intereses en esas tierras no venerables, salvo por el esfuerzo de inmigrantes que buscan su destino, ese que el propio Estados Unidos le negó en sus tierras.

Ocurre entonces que Luis Suarez no advierte que no puede trabajar en Uruguay y en cualquier lugar del mundo que no sea Miami. Pero el es Luis Suarez, en Miami le abren todas las puertas, acelera su auto veloz y caro , del tipo que ningún futbolista que trabaje en su país tiene. Entonces- ¿cómo este tipo me va a decir que hasta acá llegué?

Entonces Luis Suarez recuerda que tiene razones para pensar que los medios pueden vender su mercancía putrefacta y enterado que ya no juega más mientras esté Marcelo, invierte la situación objetiva y se victimiza. Anuncia retiro con cara seria, pensante, y mucha lágrima. Conmovedor, sí. Pero en el segundo tiempo de esta mala performance, unos días después, uno de esos medios se decide a vender la mercancía, y ahí está Suarez quejándose de mal trato e involucrando a todo el equipo. Es fácil, hacerlo, más difícil es desmentir esta nueva versión del “yo te creo” y todo se hace creíble al solo discurso, en base a que el imputado es “loco” y para colmo tuvo la mala fortuna de no reconocer la norma y decir que los pisos de los yanquis en sus fastuosos estadios para otros deportes eran malos, y que la organización defeccionaba. Cuando se hablaba de malos pisos no solo se alude a como transita la pelota, sino como sufren las piernas, única herramienta válida de trabajo desde el cuerpo luchador del futbolista. Es decir, el despiadado entrenador, se ocupa de las piernas y la salud de los jugadores que integran el equipo que dirige. Luis Suarez, optó por el silencio al respecto.

Mucho a luchado la humanidad para obtener condiciones de venta de la fuerza de trabajo que le otorguen dignidad en su producción, más allá de la alienación con el producto mercantil que genera. En ese derrotero con pies en el barro capitalista, se han reducido jornadas de trabajo, e impuesto sanciones a los abusos de quienes conducen el proceso de trabajo. El futbol profesional no es ajeno a eso, y en general la ideología del consumo, no hace otra cosa que mostrar «lo bien que viven las estrellas” de ese deporte. Sin embargo, una parte del abuso es cada vez más notoria. La frecuencia de los encuentros y las forzadas jornadas de juego con temperaturas extenuantes, para cumplir con los calendarios que imponen los vendedores y dueños del producto final. Nada nuevo. Explotación capitalista y punto.

Sin embargo, Luis Suarez, cero al respecto. Se siente molesto por que el técnico no mira a los ojos y habla de costado. Porque se dirige en tono alto hacia un compañero o  a él para marcarle un error en el juego y acude a pautas para no desconcentrar al jugador con lo que debe hacer en clima de alta tensión y máxima exigencia como lo son los torneos de selecciones. Marcelo piensa en futbol y quiere dotar al hincha de una divisa, de un deporte que nace en todos los sectores del pueblo, porque solo se necesita de una pelota para que muchos jueguen. Es un ser humano, tiene una determinada personalidad , pero nadie duda de honestidad y apego al trabajo.

Marcelo no es más o menos Bielsa, según le vaya a Uruguay. Marcelo solo es Bielsa cuando no se desentiende de su trabajo y busca que ese hacer resulte competitivo, como lo hace cualquiera que vende un producto y sabe que tiene un competidor que lo vende más porque lo produce mejor y más barato. Son las reglas de la materialidad capitalista y no las de Luis Suarez, que ya está “amortizado “como producto y sabe que luego del negocio Miami, le espera comentar partidos de la liga uruguaya con buen viento a favor y en unos años los chicos le preguntarán al padre , ¿ y ese quién es? Suarez sabe que no hay superación posible y entonces en su decadencia, en lugar de optar por la dignidad como valor humano, toma partido por el negocio, la rosca y la apariencia engañosa de la defensa de condiciones de trabajo dignas, que nunca exigió en ninguna parte.

Solo una lección para nosotros, los peatones de la existencia. Ojo con los motes. Ojo con “que loco este tipo” , ojo con “loco lindo”. No hay ningún loco que sea lindo, porque no es lindo padecer trastornos de salud mental. No son lindos los que te dicen loco lindo sino posibles Suarez al asecho. Ojo con la victimización y las inversiones del principio de inocencia, según el cual “yo le creo” sin detenerme al análisis del fenómeno y sus connotaciones.

En Rosario, pasaron infinitos presidentes por NOB , todos prometieron, prometieron y se fueron por la puerta del fondo silbando bajo, pero con las cuestas oscuras. En ese lodo propio de una ciudad que se hunde en la mediocridad dentro de la crisis capitalista, Marcelo donó un hotel para la concentración de esos jugadores que los medios dicen que maltrata. Nunca pidió nada a cambio y los contratos que firmó siempre se los ganó en todos los clubes donde trabajó , sus montos son acordes con un negocio que le redunda a quien contrata beneficios superiores al valor que le incorpora Marcelo al producto desde su calificada fuerza de trabajo.

EL ANGEL DE LA BICICLETA

Causo “impacto” en las redes, la foto. Claro la diosa “imagen” en este caso es implacable. Habla por sí mismo y nadie te la cuenta. Una joven mujer trabajando en reparto en una bicicleta con bebé en brazos. Sucede sin bicicleta en talleres textiles, en trabajo doméstico, en gastronomía, sucede….

En estas situaciones no se ve a Mujeres Argentinas, La opresión de la mujer es una cuestión de clase y la sociedad que la produce hoy, aquí , ahora en esa mujer se llama capitalismo y si no se termina con él , no se supera este dolor que causa esta foto. Quien pedalea con una caja también fue ese bebe y el tiempo sigue andando. Lucha por la vida y no vida para ser vivida. También tienen que hablar los que prefieren las entregas en la puerta y la reciben de esta madre. Es esta una sociedad que puede seguir desde estas pautas culturales del trabajo informal y la utilización del otro para el propio goce.

 A la par de esta madre, muchas madres en Palestina, medio oriente, el Magreb , Rusia , Ucrania, encuentran la muerte con bombardeos o colonizadores armados. Es esta la sociedad que queremos. La de Luis Suarez, y la del tipo que te pone una caja en la espalda, y siendo mujer te obliga por imperio del “mercado” a pedalear con hijo en brazos. Hay otra, por eso hay esperanza, pero hay que construirla . Mientras nos enredemos con un veto a una ley , no podremos avanzar contra el monstruo capitalista que anida en toda esta miserable cotidianeidad.