HACER LO SUFICIENTE

Nos sucede en la vida con determinación militante  y el funcionamiento en alguna organización política, que se conoce a muchas personas sin que inicialmente uno se lo haya propuesto.

En ese derrotero ,  se advertirá que quienes lo hicimos desde los fines de la década del 70 para acá, estamos hoy en un momento de nuestras vidas que de manera imperceptible comenzamos a recibir noticias que tenen que ver con nuestro tiempo cronologico de existencia y el de toda una generación forjada desde aquellos momentos.

En nuestra comprensión consciente solo existío y existe la asociación de la muerte como una resultante de algún accionar represivo estatal o para estatal o alguna dificultad de orden general ambiental o accidental. No se registra en mayor caso, otra causalidad, en parte porque nos compramos ese discurso de nuestros primeros responsables políticos de aquello del futuro o el rojo amanecer y por otra por la fuerte carga de esperanza y sentido específico de vida que tiene la militancia.

Recuerdo que mi abuelo, de buenas a primeras empezó a mirar las noticias necrológicas con tanta rigurosidad como lo hacia con los devenires del fútbol y el consabido comentario traslativo a mi abuela, con aquel “sabes quien murió”- También recurdo todos los días que Gieco dejó encarnado aquel deseo compartido de que “la reseca muerte no me encuentre sin haber hecho lo suficiente”

También la militancia, mayormente como la tomó mi generación , significó en ese largo derrotero , mucha polémica y mucha pelea discursiva “a muerte” , mucha fracción , mucha intriga, mucha configuración falsa de lo verdadero. Por el juego de esos factores gran parte emergente de las propias circunstancias históricas, ocurre que uno se distancia de otro con el que había compartido vida..

Esto último me sucedió con un compañero con quien la distancia hizo lo suyo, y ayer , tal como mi abuelo , no por el diario y sus necrológicas sino por las redes, me entero de su súbito fallecimiento.

Queda una sensación amarga, se plantea seguir hasta que lo mismo nos suceda y que la reseca muerte no nos encuentre sin haber hecho lo suficiente, con la simple convicción de que el tiempo biológico es solo una herramienta más del enemigo de clase para sacarnos del camino, pero hay otro tiempo, el de la historia de la lucha de clases que a diario define su sendero  para todo aquel que vive de su esfuerzo como trabajador.

Vos sabes Angel que no es “hasta la victoria siempre”, porque la victoria se construye y se obtiene, y como enseñan los tiempos , ello generalmente no sucede , pero hay que seguir su sendero emancipatorio.

Chau, Ángel, y un abrazo, como el último que nos dimos por vernos casualmente hace muy poco,  en una calle de Rosario.

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