Dijo Guevara el hermoso,
viendo al África llorar:
en el imperio mañoso
nunca se debe confiar
Y dijo el Che legendario,
como sembrando una flor:
al buen revolucionario
sólo lo mueve el amor
Dijo Guevara el humano
que ningún intelectual
debe ser asalariado
del pensamiento oficial
Debe dar tristeza y frío
ser un hombre artificial,
cabeza sin albedrío,
corazón condicional
Mínimamente soy mío,
ay, pedacito mortal
(Silvio Rodriguez . TONADA DEL ALBEDRIO)
En lo que lleva de este siglo, la realidad traduce en distintas formas, la angustia del hombre enajenado por fuera de todos los embustes de apariencia que se le quiera dar por vía de mecanismos ideológicos de formación del sentido común. El capitalismo en el plano de las aspiraciones culturales del ser humano ha dado todo de sí y no queda de él sino el anuncio de un cadáver maloliente en la medida en que su crisis agudiza el carácter fetichesco de la mercancía y la alienación en planos acentuados de objetivación que lo ponen ante el peligro de desaparecer como tal incluso a expensas de dispositivos que el propio capital ha generado para incrementar la productividad del trabajo y posibilitar la continuidad de la apropiación del plusvalor.
Esa condición material de los trabajadores, no habilita mecánicamente a que se les considere solamente como fuerza de trabajo y por ende como una mercancía, en la medida que esa pérdida de asignación de sentido a la subjetividad del hombre lo convierte en un testigo pasivo de la organización jerárquica de la sociedad con fundamento en la dominación de clases.
En ese contexto, el renovado mecanicismo Stalinista, disfrazado paradójicamente de innovador fustiga esta construcción indicando muy suelto de cuerpo, con esquematismo explícito que las ideas, las formas políticas, en una palabra, la superestructura jurídico-política se explica a partir de la base económica como si la referencia que de ello hace Marx en el prólogo de una de sus obras con finalidad puramente explicativa agotaran su construcción filosófica y ella quedara fija en esa suerte de metáfora.
Es por eso que presos de ese imposible regreso a un estadio cerrado del proceso de desarrollo de la idea, insisten en sostener que se cae en un error :
“Cuando se piensa al sujeto revolucionario, o sea la clase obrera, esa clase es, simultáneamente, el sujeto histórico que va a «emancipar» a la humanidad y una masa de maniobra que no hace la revolución porque la burguesía la «engaña» con ideología para que vaya contra sus propios intereses a través de sesudos aparatos formados para tal fin, desde la escuela hasta los medios de comunicación. Vinculado a este mismo fenómeno, se dice que el capitalismo es una sociedad anárquica donde la competencia, entre capitales individuales, lleva a no tener una planificación central que conduce a las crisis de sobreproducción y, al mismo tiempo, se afirma que casi todo evento, desde un ajuste o una política de «cooptación» pasando por la construcción de aparatos ideológicos pensados para evitar que la clase haga la revolución, está planificado por el conjunto de la burguesía. se cae en un estado de superposición cuántica que hace que la clase trabajadora sea y no sea al mismo tiempo” ( Gil Lezama La izquierda de Schrödinger y el razonamiento de superposición cuántica. La Caja de Herramientas para el debate)
Está claro que en este tipo de afirmaciones subyace, el propósito de introducir confusión dentro de lo ya confuso, a partir de advertir que las formas políticas de intervención real de lo que hoy se autorefiere como izquierda no ayudan sobre el punto por su emblocamiento con la táctica de la diversidad y las políticas de derechos, a donde fue llevada por una dirección que determinó como proyecto estratégico de militancia al reformismo parlamentario.
Con esa advertencia, estos renovados Stalinistas nos llevan nuevamente a despreciar la condición del sujeto al que solo se lo concibe como fuerza de trabajo y como tal, una mercancía, de lo que se deduce que habrá que esperar a que las propias contradicciones objetivas de la reproducción capitalista estallen por sí mismas para que la transformación dialéctica de la sociedad en un nuevo orden tenga posibilidad de realizarse.
Nuevamente , y por otra vía , cobra dimensión relevante la materialidad subyacente del debate que emprendió el Che en los comienzos de la revolución en Cuba y que marca la actualidad de sus aportes ante la emergencia de este nuevo obstáculo que tiene la lucha política con objetivos revolucionarios.
Hoy no da lugar a duda que, Ernesto Guevara es en sí mismo, como sujeto, la entrega a los ideales revolucionarios y al internacionalismo. Esa misma actitud de vida frente a la existencia siempre aciaga del orden social de clases que impone el capitalismo, tiene en Argentina, muchísimos ejemplos de réplica subjetiva concreta y de adecuación activa a las pecualiaridades de nuestra propia estructura productiva nacional, marcada por su capitalismo tardío , económicamente dependiente de la concentración monopólica que impone el capital financiero internacional con sus prácticas prevalentemente imperialistas .
La expresión organizativa de mayor significación tuvo su materialización en el partido revolucionario de los trabajadores, que fue sometido por el genocidio montado sobre la vanguardia de la juventud trabajadora desde los fines del gobierno peronista y su triple A hasta la finalización de la dictadura militar que lo ejecutaba.
Esta asimilación guevarista argentina, no volvió a tener expresión en otra organización política significativa y asimismo dio cuenta del derrotero errático de sus cuadros sobrevivientes al punto de que existe hoy una denominación similar para un conjunto de militantes que no responde a esa matriz ideológica guevarista pero hace uso de los símbolos partidarios reivindicando un inexistente sexto congreso como el cimiento de un sinuoso derrotero que insumió varias generaciones sin resultados positivos para la estrategia revolucionaria a la vista.
Sin embargo y posicionados ya sobre lo que puede ser entendido como herencia guevarista, tan asimilado por la vanguardia obrera y juvenil en nuestro país por vía del PRT , hay hoy incluso que hablar sobre la herencia del propio partido revolucionario de los trabajadores
En gran parte la personalización del legado de esa experiencia histórica y esa organización militante en la figura de Mario Roberto Santucho , tuvo el efecto negativo de llevar a un reduccionismo que apela únicamente a la figura del secretario general también desaparecido en combate , su condición de dirigente , haciendo que ese necesario reconocimiento oculte los aportes de la organización en su totalidad en el plano tantas veces marcado en la experiencia real de lo que por entonces se identificaba como “multilateralidad de los cuadros”, marcando en el combatiente, el imperativo por la integralidad de la construcción de su personalidad en la condición de revolucionario, ligada al esfuerzo sistemático por estudiar y hacer estudiar a sus camaradas, plasmada en práctica revolucionaria tal como se infiere de la noción de “hombre nuevo” desarrollada por el Che, en el texto El socialismo y el hombre nuevo en Cuba.”
“ El capitalismo recurre a la fuerza, pero, además, educa a la gente en el sistema. La propaganda directa se realiza por los encargados de explicar la ineluctabilidad de un régimen de clase, ya sea de origen divino o por imposición de la naturaleza como ente mecánico. Esto aplaca a las masas que se ven oprimidas por un mal contra el cual no es posible la lucha….”
Por eso, casi inmediatamente en el mismo texto indica que :
“El camino es largo y lleno de dificultades . A veces por extraviar la ruta, hay que retroceder; otras, por caminar demasiado aprisa, nos separamos de las masas; en ocasiones por hacerlo lentamente, sentimos el aliento cercano de los que nos pisan los talones. En nuestra ambición de revolucionarios tratamos de caminar tan aprisa como sea posible, abriendo caminos, pero sabemos que tenemos que nutrirnos de la masa y que ésta solo podrá avanzar más rápido si la alentamos con nuestro ejemplo”
En esta línea directriz es que se nos presenta necesario , frente a una realidad de la militancia tan diversa en nuestro tiempo, con la exhibición de dirigentes formateados en el estilo del partido Demócrata de los Estados Unidos que en la asimilación de ese legado revolucionario dejado por los caídos en combate en un contexto de prácticas genocidas lanzadas por el Estado rescatar el debate teórico sobre la transición al socialismo que produjo Ernesto Guevara con la ortodoxia Stalinista , que engloba una veintena de artículos que marcan un lugar particular en la historia del pensamiento marxista, hoy incluso renegado por algunos que dicen apelar a lo nuevo, degradándolo como pura ideología en el sentido estricto del término según lo perfilara Marx en “la ideología Alemana”, en tanto falsa construcción de lo verdadero.
El pensamiento del Che se dio en el siguiente contexto :
A principios de los años sesenta, cuando se proclamó el carácter socialista de la Revolución Cubana, se comenzó a aplicar el sistema de dirección de empresas existente en los regímenes Stalinistas que estaban bajo la órbita de la URSS, conocido como “Sistema de Cálculo Económico basado en la coexistencia del plan y del mercado. Las unidades productivas, las empresas, tenían cuentas propias, podían solicitar créditos y competir entre sí, bajo incentivos materiales reproduciendo, en cierto grado, las lógicas capitalistas. El fin era desarrollar al máximo las fuerzas productivas, que desde esta perspectiva eran el eje principal para el desarrollo socialista. En esta etapa de transición, las categorías mercantiles tendrían plena vigencia lo que incluía llamada Ley del Valor
“El Che se convenció muy tempranamente de que los planteamientos sobre el cálculo económico habían sido formulados en una situación excepcionalmente compleja y difícil en la Unión Soviética y, por lo tanto, según él, no se les debía otorgar el atributo de perdurabilidad (…) y mucho menos considerarlo como una categoría necesariamente generalizable para todos los países que emprendieran el proceso socialista”. (Orlando Borrego “Che.El camino del fuego”)
Guevara elaboró el Sistema Presupuestario de Financiamiento según el cual, no había fondos particulares de las empresas, sino un fondo centralizado y común que regía todas las finanzas del conjunto de la economía empresarial. Esta forma de organización le permitía al Estado manejar un conglomerado disímil de empresas como si fueran una sola, se centralizaban las cuentas bancarias, creándose un fondo centralizado que fue incorporado al presupuesto estatal. Con este procedimiento, Guevara pretendía eliminar la categoría mercancía entre empresas estatales, y el dinero sólo tenía un fin para la contabilidad.
Para el Che era clave dirigir conscientemente la económica, a través de la planificación, porque en el momento de ruptura revolucionaria los papeles se invierten y el proyecto de poder revolucionario puede y debe dirigir la economía, y no al revés. En el SPF a pesar de que no desaparece el mercado, el eje es la planificación, es el corazón de su mirada. Ya que en su visión, hay que romper la lógica capitalista donde cada uno produce de manera privada para obtener ganancias sin mirar al conjunto. Con la planificación se podía poner el centro en producir según las necesidades sociales y sin depender de las leyes del mercado, para ello los intercambios mercantiles deben reducirse al mínimo.
El Che se opuso a que los estímulos materiales guiarán este período, apelando a una combinación del sistema salarial, los estímulos morales y la emulación. Lo hizo en el Discurso en la Asamblea General de Trabajadores de la Textilería Ariguanabo, el 24 de marzo de 1963.
Fue en esa circunstancia en la que estableció que “el interés material estará presente durante un tiempo en el proceso de construcción del socialismo(…). El estímulo moral, la creación de una nueva conciencia socialista, es el punto en que debemos apoyarnos y hacia donde debemos ir.(… ) Uno está en decidido proceso de ascenso; el otro debe estar en decidido proceso de extinción. El estímulo material no participará en la sociedad nueva que se crea, se extinguirá en el camino y hay que preparar las condiciones para que ese tipo de movilización que hoy es efectiva vaya perdiendo cada vez más su importancia y la vaya ocupando el estímulo moral, el sentido del deber, la nueva conciencia revolucionaria.”
En “El socialismo y el hombre en Cuba” puntualiza además que : “En nuestro caso, la educación directa adquiere una importancia mucho mayor. La explicación es convincente porque es verdadera; no precisa de subterfugios…. La educación prende en las masas y la nueva actitud preconizada tiende a convertirse en hábito; la masa la va haciendo suya y presiona a quienes no se han educado todavía….. Pero el proceso es consciente; el individuo recibe continuamente el impacto del nuevo poder social y percibe que no está completamente adecuado a él. Bajo el influjo de la presión que supone la educación indirecta, trata de acomodarse a una situación que siente justa y cuya propia falta de desarrollo le ha impedido hacerlo hasta ahora. Se autoeduca. En este período de construcción del socialismo podemos ver el hombre nuevo que va naciendo. ……“persiguiendo la quimera de realizar el socialismo con la ayuda de las armas melladas que nos legara el capitalismo (…) se puede llegar a un callejón sin salida”. Las “armas melladas del capitalismo” tenderían reproducir y multiplicar relaciones capitalistas, fijarían una orientación incorrecta en los mecanismos para transformar la sociedad, en lugar de destruir y sustituirlas por relaciones de carácter socialista”…. “Lo importante es que los hombres van adquiriendo cada día más conciencia de la necesidad de su incorporación a la sociedad y, al mismo tiempo, de su importancia como motores de la misma”
Esta claro entonces , aunque en el mismo texto se expone de manera explícita, que “para construir el comunismo, simultáneamente con la base material hay que hacer el hombre nuevo”. Por ende, el instrumento principal para movilizar a las masas es la conciencia
El grupo de vanguardia es ideológicamente más avanzado que la masa, pero…. “Los revolucionarios carecemos, muchas veces, de los conocimientos y la audacia intelectual necesarios para encarar la tarea del desarrollo de un hombre nuevo por métodos distintos a los convencionales y los métodos convencionales sufren de la influencia de la sociedad que los creó.
En Guevara es fundamental privilegiar la acción consciente y organizadora, y luchar contra quienes sostienen una posición determinista de las fuerzas productivas, según la cual,una vez desarrolladas las fuerzas materiales la conciencia socialista se desplegaría por sí misma.
En contra de esta afirmación, Guevara sostenía que lo principal era la lucha política e ideológica, que la lucha por la producción está subordinada a esta, porque en gran medida para la construcción revolucionaria del socialismo , no bastaba con que la propiedad de los medios de producción sea estatal, sino en las formas de relacionarse socialmente, el carácter de los incentivos, el papel del mercado y las mercancías y la existencia de una planificación socialista está ligado a la comprensión consciente de las masas . Su centro es el ser humano
La reincidencia en el decadentismo del siglo XX abre un ancho cauce al revisionismo como puede apreciarse en estas expresiones que salen a la luz por las redes sociales. Guevara ya alertó en su tiempo que no comprender la necesidad de la creación del hombre nuevo, que no sea el que represente las ideas dominantes del siglo XX, decadente y morboso. “El hombre del siglo XXI es el que debemos crear, aunque todavía es una aspiración subjetiva y no sistematizada…”
“No debemos crear asalariados dóciles al pensamiento oficial ni becarios que vivan al amparo del presupuesto, ejerciendo una libertad entre comillas. Ya vendrán los revolucionarios que entonen el canto del hombre nuevo con la auténtica voz del pueblo. Es un proceso que requiere tiempo..”
La entidad cuantitativa de la vanguardia revolucionaria de los trabajadores en nuestro país es minoritaria, pero la apelación histórica a la dignidad y entidad de sus cuadros caídos en la lucha ,por el programa socialista, la legitima para dotarse de autoridad política en la medida en que prioritariamente se reivindique a esos cuadros . Luchemos contra la miseria, pero al mismo tiempo luchemos contra la alienación por la vía del poder obrero revolucionario con programa socialista
La tarea militante en plano organizativo y político de esa vanguardia aspiracionalmente esta marcada por el propósito o aspiración de que el partido de cuadros logre constituirse en el Partido sea de masas, pero esto solo ha de ocurrir cuando las masas hayan alcanzado el nivel de desarrollo de la vanguardia, es decir, cuando estén educados y asimilados en el objetivo del comunismo. Y a esa educación va encaminado el trabajo de propaganda y agitación que en esa misma actuación se justifica en sí, y niega toda especulación en torno a la esterilidad del empeño, a la que acuden los que hoy vuelven sobre los pasos del Stalinismo. El Partido es el ejemplo vivo; sus cuadros deben dictar cátedras de laboriosidad y sacrificio, que nunca puede emerger del formato socialdemócrata con el que nos empacha la propaganda vacía del reformismo.
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