A DONDE Y POR DONDE VA LA MILITANCIA

Estamos en un contexto de caída, pero no de extinción de la hegemonía de centros de poder del capital financiero con apoyatura bélica en los Estados Unidos y ante la emergencia de nuevas economías emergentes también con vocación imperial que hace que la puja sea desplazada de la básica guerra comercial por mercados hacia la guerra en sentido estricto y crudamente bélico por sus potencialidades destructivas, en proceso de internacionalización del capital

Esta situación y siendo que el capital es en este siglo XXI globalizado e impuesto como relación social general, que contradictoriamente demandaba nuevamente  expansión  territorial  y dominación de espacios geográficos donde yacen los recursos naturales necesarios para esa expansión que no opera en un solo sentido.

El proceso en curso, objetivamente y de modo contradictorio , por las consecuencias de hambre y barbarie cultural  que padecemos, que si bien genera esos efectos , a la vez   pone a la vanguardia de trabajadores ,aún cuando no sea el propósito consciente de las masas de asalariadas, en el imperativo categórico de potenciar sus posibilidades de confrontación con ese orden de cosas , dadas las posibilidades ciertas de grandes convulsiones y masacres generalizadas sobre las poblaciones  que conllevan las guerras.

Esa necesaria potencialización y desarrollo concreto de la clase trabajadora en sí  se traduce asimismo en el requerimiento político de acelerar sus tiempos en cuanto a la comprensión consciente del fenómeno tal como se presenta  por fuera de la vanguardia organizada, , todo lo cual implica el desarrollo  en plano nacional e internacional de  organizaciones obreras revolucionarias desde donde se gesta de manera táctica y estratégica la política de clases que facilita la expresión del interés universal de emancipación  de toda opresión y explotación, en momentos donde la democracia liberal se revela incapaz de organizar los nuevos espacios de acumulación  y reproducción que impone la relación capital-trabajo.

Cuando Trotsky , buscando defender al marxismo desde el exilio , puntualiza que el problema significativo del  atraso revolucionario , reposa en la crisis de su dirección, estaba marcando en su tiempo un indicador que en nuestro siglo toma significativa presencia luego del fracaso manifiesto en las dos primeras décadas de aquellos que vinieron a sentar tras la caída del muro de Berlín, la vigencia del espontaneísmo y la prevalencia de la batalla cultural del pueblo por sobre la lucha de clases en sí.

Este fracaso connotado en todas partes del mundo , trae tras de sí ante el desasosiego de la base militante y la vanguardia ante su frustración puesta de manifiesto en la corrupción burocrática de esos emprendimientos y los espacios de corrupción puestos de manifiesto en practicas de igual tenor que las de la política burguesa , que vuelva a tomar imprescindible centralidad el problema de la vía para la gestación de poder obrero y  la relación intrínseca entre partido y clase dentro de ese específico contexto.

El fracaso del espontaneísmo y el voluntarismo horizontalista ha dejado en claro para las nuevas generaciones que afrontan la confrontación de clase que los intereses emancipatorios propios de la clase trabajadora no toman realidad, no se corporizan, sino a través de sus partidos

Todo esto es así, en la medida en que el partido a su vez se construye bajo  formato de partido programa, donde la idea revolucionaria toma cuerpo y determina los ejes de intervención, siendo precisamente ese programa el que en constante dialéctica con la masa trabajadora adquiere existencia positiva y se justifica en sí mismo como elemento intelectual preciso , de ese intelectual colectivo orgánico que es la organización partidaria de la vanguardia obrera constituida de modo consciente en clase para sí.

 La organización de los trabajadores en partido transforma a esta vanguardia en clase para sí, por ser el cuerpo del programa y a la vez su mediador con las masas de trabajadores. Es en el programa del partido y no  en sus dirigentes , donde se vivifica la política obrera , en tanto ese programa no es un documento escrito sino la teoría marxista penetrada  por la lucha de clase concreta y la finalidad estratégica de conformación de un nuevo poder y una nueva sociedad  que avanza en el intento por organizar la producción social bajo las formas concretas de los comités de fábrica y los soviets.

Con todo, lo que los tiempos que corren marcan, es que  , y muy a pesar de detractores de todo pelaje, se manifiesta sin equívocos, el carácter revolucionario de la clase obrera, en su papel fundamental en la necesaria transformación de la sociedad que nos impone la situación actual.

En este sentido , los jóvenes trabajadores que conforman la vanguardia obrera y socialista , necesitan advertir y tener en claro que ,el soviet es un momento del proceso revolucionario, no su culminación, porque juega diversas funciones según la tarea sea la destrucción del poder burgués o la construcción de nuevas relaciones sociales diversas de las impuesta por el vínculo capital-trabajo.

 Por eso , hay que dejar en claro, que  la tesis auto justificante del estalinismo según la cual una vez tomado el poder por el Partido, los soviets pierden su razón de ser, de así serlo, como lo demuestra la historia, la tecnocracia se apodera de las funciones esenciales del poder institucional y la democracia obrera se transforma en dictadura de partido sobre los trabajadores y el pueblo.

El estalinismo es, entre otros factores ,la consecuencia de la percepción por los sectores desplazados de su rol en la sociedad por la acción de los  soviet que dieron la conducción al partido revolucionario , de que  su única viabilidad era ingresar al partido y desde él, aprovechando las miserables coyunturas de apremio económico que imponía a la sociedad  la guerra desatada contra la revolución y los frustrados intentos por expandirla en Alemania y otros países europeos, imponer la dictadura del partido , alterando los objetivos del proceso para convertirlo en una lucha por la prevalencia del partido , su burocracia y las estructuras administrativas del Estado. Es ahí , donde el partido deja de ser el mediador entre los soviet, sus decisiones y el poder del Estado en la acción de cumplimiento, para ser el centro de toda determinación con la exclusión de los soviet sobre los que se firma su partida de defunción. (de ahí que en el X Congreso, el de 1921, lo que fuera el partido bolchevique engrose sus filas de manera desmesurada y sin control alguno a la cifra de  750 mil miembros).

la clase obrera, por su papel en la producción, debe liderar la lucha de todos los oprimidos para acabar con la sociedad de clases y así establecer el comunismo.

En cada época, lo que determina la aparición y el carácter de las clases sociales es la manera en cómo se producen y cómo se apropian los productos del trabajo social. Así, la identidad de intereses de las diferentes clases sociales está determinada por el papel que juegan en la producción social y la manera en que se apropian de los productos del trabajo social.

Asimismo, existe otro aspecto significativo, muchas veces ninguneado cuando se pone énfasis en luchas por libertades democráticas encaradas bajo la defensa de políticas de asignación de derechos subjetivos  y es que en toda circunstancia, en el contexto estructural marcado por una sociedad de clases como la que impone el orden capitalista, la lucha de clases es, en esencia, una lucha por la apropiación del trabajo excedente de la sociedad , es decir , nacida de los fundamentos mismos de esa sociedad y por ello tiene una determinación final en los sujetos que la protagonizan que es estratégicamente revolucionaria, es decir, de superación dialéctica de lo dado, y no su simple negación fundada en valores de justicia distributiva.

Esta construcción que muchos impugnan bajo el paradigma de la ideologización de las categorías empleadas por Marx , se refleja en expresiones de este, en “Miseria de la Filosofía”. Es allí donde dice lo siguiente , y refrendando lo dicho en el párrafo anterior:

En principio, las condiciones económicas habían transformado la masa del país en trabajadores. La dominación del capital ha creado en esta masa una situación común, intereses comunes. Así, esta masa viene a ser ya una clase frente al capital, pero todavía no para sí misma. En la lucha, de la cual hemos señalado algunas fases, esta masa se reúne, constituyéndose en clase para sí misma. Los intereses que defienden llegan a ser intereses de clase”

Torciendo esta orientación, muchos por estos días alientan frente al problema subjetivo la premisa según la cual, son las masas las que crean el partido y no el partido el que hace la revolución, y para eso acuden a las tesis de abril de Lenin para significar como el partido bolchevíque operara por detrás de la conciencia que desarrollaban explotados y oprimidos. No hay discusión y por lo dicho anteriormente que son las masas quienes producen las transformaciones sociales, pero eso no desmerece el posicionamiento necesario del partido de trabajadores desarrollando su programa en consecuencia con ese emprendimiento de toda la clase trabajadora en sí a través de su vanguardia consciente y organizada en derredor de ese mismo programa . Lenin en sus tesis de abril de 1917 no se basaba en el hecho de que todavía no estuviera terminada la revolución democrática, ni que las masas tuvieran solamente ese tipo de aspiraciones , sino sólo en el de que la masa aún era incapaz de derribar al gobierno provisional y que se requería cuanto antes hacerla capaz de abatirlo, siendo esa la tarea de la vanguardia organizada en el partido y el espacio de esa labor los soviet.

Dirigir la revolución proletaria o circunscribirse al papel de oposición en el parlamento burgués, supone la alternativa que debe afrontar la organización en partido de clase, la vanguardia obrera. La segunda posición de naturaleza reformista e históricamente menchevique es la posición que han adoptado los aparatos políticos integrados en el FIT-U, cuya política de aparatos solo dificulta el desarrollo de la primer tendencia

En este despliegue del fenómeno donde transitamos nuestra existencia , es significativa la intervención de Trotsky en el texto Lecciones de Octubre , cuando dice luego de señalar dos tipos de militancia distorsiva del proceso revolucionario:

“Para el primer tipo, para el revolucionario mezquino que se contenta con ínfimas ganancias, las dificultades de la conquista del poder no cons­tituyen sino la acumulación y la multiplicación de todas las que están habituados a hallar en su camino. Para el segundo tipo, para el optimis­ta superficial, siempre surgen repentinamente las dificultades de la ac­ción revolucionaria. En el período preparatorio, estos dos hombres tie­nen una conducta diferente: uno parece un escéptico con quien es imposible contar firmemente desde el punto de vista revolucionario; por el contrario, el otro puede semejar un revolucionario ardoroso. Pero en el momento decisivo, ambos van tomados de la mano para erguirse contra la insurrección. Sin embargo, todo el trabajo preparatorio sólo tiene valor en la medida en que capacita al partido, y sobre todo a sus órganos dirigentes, para determinar el momento de la insurrección y dirigirla. Porque la tarea del partido comunista consiste en la toma del poder con objeto de proceder a la reconstrucción de la sociedad.”

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