
En Argentina, una movilización de día sábado, realizada el pasado 1 de febrero, puso al gobierno frente a una multitud, que se concentraba en torno de un elemento saliente: la diversidad de demandas contra esa gestión inicialmente potenciada por una asamblea previa del colectivo LGTB realizada en razón de un discurso del presidente de la nación en el foro de Davos que fue considerado amenazante. Tras la asamblea y bajo una nutrida propaganda de los partidos del FITU y colaterales, se intentó convertir esa acción en una acción lisa y llana contra los actuales miembros del elenco político que gestiona los intereses de la burguesía de conjunto, que tropezó con la intervención decidida de los operadores ligados al discurso peronista de Cristina Kirchner al que se encolumnaron finalmente.
Si embargo, es advertible transitando ya el fin de mes, la facilidad con la que otro hecho fuera de agenda alteró el curso de arroyo sin salida que llevaba la situación política con posterioridad a aquella marcha. Sucede entonces que, el suceso de la caída de una criptomoneda borró ese escenario y las demandas de los grupos que se sentían. Lo que presenciamos entonces es que , el problema financiero, cierra bocas y gritos callejeros y pasa sin solución de continuidad a los discursos efusivos de los siempre dispuestos a la agitación, que cambian de ropaje y salen a lanzar anatemas buscando se identifique al gobierno en una situación de abandono de sus paradigmas y se le condene al menos moralmente y para eso , reclamando la formación de una comisión investigadora o bien una interpelación parlamentaria o finalmente el juicio político al presidente, todo esto dentro del marco institucional donde toma forma política y jurídica el poder burgués.
Así las cosas , las comunidades LGTB y otros que luchan por la identidad y la diversidad deberán advertir que sus demandas y prevenciones y la presencia amenazante del “fascismo” con la que formularon su convocatoria presurosa a inicio de mes, deberán esperar turno para ser atendida y asimiladas por las masas , ya que estas , según parecen decirlos los siempre listos actividistas de las formas y apariencias, también presuntamente se preocupan por la imagen que el ayer facho , hoy deshonesto, les deja en sus presuntas andadas financieras.
En el medio también debe constatarse dentro de las acciones del poder dominante, que han pasado de largo las interpelaciones y ataques defensivos frente a la posible eliminación o suspensión del régimen electoral de primarias obligatorias PASO y el sistema de la llamada ficha blanca, extremos en que la izquierda parlamentaria sufrió sendas derrotas, ya que las iniciativas gubernamentales tomaron cuerpo y se materializaron , sin que la clase trabajadora tuviera oportunidad de expresarse sobre el particular, cerrando la semana con un rechazo en el senado de la iniciativa de formar una comisión investigadora frente al hecho de las criptomonedas.
Frente a todo este complejo conjunto de factores, que solo dejan ver impotencia y frustración desde las iniciativas políticas que toman quienes se dicen llamados a la lucha, nos vemos en la necesidad de puntualizar lo siguiente:
- Esta puesto en evidencia que luego de la marcha del 1 de febrero, esa acción política fue neutralizada por diversos mecanismos, exhibiendo los operadores en el gobierno, la capacidad de dirección política del orden social. Queda como necesaria conclusión que, para borrar la opresión sexual de nuestra sociedad debemos superar al capital como relación social fundante del capitalismo y la sociedad de clases, y no formar ilusiones democráticas en una república burguesa en decadencia que ya lo ha dado todo al respecto y no puede incluso sostener determinaciones legales que ya ha adoptado en el pasado próximo.
- En segundo orden , hay que decir que la realidad pone en evidencia , que no se trata de conformar un frente popular contra Milei, sino de atacar a la totalidad de las instituciones burguesas del Estado y los intereses de la burguesía de conjunto porque es ese interés concreto y esa clase quien lo sostiene en tanto dirección formal del equipo de operadores políticos que se ocupa de su gestión. Por eso la táctica frentista es la de frente único obrero.
- En ese sentido es importante traer a cuento las afirmaciones que Trotsky pone de manifiesto al explicar a los cuadros del partido revolucionario los alcances y modalidades de esa táctica:
“ La tarea del Partido Comunista es la de dirigir la revolución proletaria. A fin de orientar al proletariado hacia la conquista directa del poder, el Partido Comunista debe basarse en la predominante mayoría de la clase trabajadora.
En tanto el Partido no cuente con esa mayoría, debe luchar para lograrla.
El Partido solo puede alcanzar este objetivo si es una organización absolutamente independiente, con un programa claro y una estricta disciplina interna. He aquí por qué el Partido tuvo que romper ideológica y organizativamente con los reformistas y los centristas que no luchan por la revolución proletaria, que no tienen el deseo de preparar a las masas para la revolución y que, con su conducta, coartan esta tarea. Los miembros del Partido Comunista que se aliaron en la escisión con los centristas en nombre de “las masas proletarias” o de la «unidad de frente”, están demostrando su incomprensión del ABC del Comunismo, y que están en las filas del Partido Comunista solo por accidente.
Luego de asegurarse una completa independencia y homogeneidad ideológica de sus cuadros, el Partido Comunista lucha por influenciar a la mayoría de la clase obrera. Esta lucha puede asumir un carácter rápido o lento, que depende de las condiciones objetivas y la eficacia de la táctica seguida.
Pero es bien evidente que, la vida de clase del proletariado no se detiene en ese periodo preparatorio para la revolución. Los choques con los industriales, con la burguesía, con el aparato del Estado, ya respondan a la iniciativa de un sector o del otro, siguen su curso.
En estos choques, que envuelven ya sea a los intereses del conjunto del proletariado, o de su mayoría, o a este u otro sector, las masas obreras sienten la necesidad de la unidad de acción: de unidad para resistir el ataque del capitalismo, o de unidad para tomar la ofensiva en su contra. Todo Partido que se oponga mecánicamente a esta necesidad del proletariado de unidad en la acción, será condenado infaliblemente por los obreros.
Por otra parte, la cuestión del Frente Único no es, ni en su origen ni en su esencia, una cuestión de relaciones mutuas entre la fracción parlamentaria comunista y la socialista, o entre los Comités Centrales de ambos Partidos, o entre “L’ Humanité” y “Le Populaire”. El problema del Frente Único -a pesar del hecho de que es inevitable una escisión en esta época entre las organizaciones políticas que se basan en el voto- surge de la urgente necesidad de asegurarle a la clase obrera la posibilidad de un Frente Único en la lucha contra el capitalismo
- En tercer orden de exposición, también toma forma de evidencia con base en los hechos la definición estratégica establecida como categoría conceptual por Marx al afirmar que es La clase trabajadora el sujeto social que se constituye en la propia relación capital-fuerza de trabajo, aquella en donde reside objetivamente n el poder de derrocar al capitalismo y desarrollar demandas democráticas pendientes con sentido emancipatorio superador de toda sociedad de clases.
La relación entre teoría y prácta no es una cuestión que se resuelva en debates realizados en espacios académicos o mediáticos cualquiera fuese la forma en que estos sean planteados, ya que la actividad del teórico puede tener cierto alcance sólo si se ejerce en referencia a las prácticas sociales y a sus contradicciones reales.
En este tiempo calendario, donde se produce un nuevo aniversario del Manifiesto Comunista queda clara su vigencia en cuanto tiene que ver con el necesario empleo en la militancia de tres niveles permanentes de posicionamiento frente al fenómeno social , que están dados por el análisis conceptual, el estudio de la realidad empírica tal cual es, y el trabajo de organización política sobre lo objetivamente dado y existente . Con esa metodología puede advertirse que hay hoy en Argentina “otra cosa” cultural en la sociedad para la que no resulta eficiente la experiencia política que trajo a la realidad al FITU y es eso nuevo lo que demanda ser atendido y exige superar esa experiencia, que ha puesto a su plantel político dirigente y a la militancia que se enrola en ese andarivel en actividades que no son de gestión de una política obrera, en tanto acción de clase , sino por el contrario , de los perfiles y contenidos de la política burguesa.
Dicho en otros términos, existe y se pone en evidencia con el caso de las criptomonedas ,que las recetas que utiliza el FITIU, que podían servir para fenómenos similares de exposición pública en las que en el pasado se vieron mezclados los operadores políticos de Macri y Cristina , se muestran incapaces de conmover, en términos de acciones militantes, el orden transitorio de dominación que ha fijado la gestión de la administración Milei, a partir del respaldo electoral que recibió en las urnas.
Lo cierto es que, hay una nueva definición de las relaciones entre pensamiento colectivo, de masas y la realidad histórica y contemporánea que se denuncia por sí misma con la presencia legitimada del elenco de operadores políticos en el ejercicio formal del poder burgués desde la institucionalidad, que no se conmueve de manera socialmente sensible ante las acciones políticas del reformismo y los desechos implosionados del progresismo .
Esa situación , solo puede ser vencida por una vanguardia organizada de trabajadores capaz de llevar el programa socialista revolucionario a las organizaciones de masas de la clase en sí y más profundamente a esa clase en sí misma, partiendo de la premisa de que es ella el sujeto social del cambio.
Advertimos esto, porque la clase trabajadora no puede naturalizar que se le imponga por aparatos políticos , la poesía cruel de no pensar más en sí y para sí. Esta ventaja transitoria de la clase dominante en el escenario político por parte de la burguesía tiene frágiles cimientos en la medida en que todo el despliegue ideológico montado busca , precisamente ocultar que esa clase se encuentra en descomposición de manera directa con la crisis de reproducción que manifiesta el capital.
Los medios empleados para que los trabajadores no piensen en sí y actúen en correspondencia con esos pensamientos, son hoy infinitos , casi se podría decir que la agenda burguesa se los proporciona de manera sistemática. Empezar por la necesidad de asumirse como trabajadores y por tales como clase social con objetivo estratégico emancipatorio , exige un nuevo rumbo político en la militancia de la vanguardia trabajadora que la ubique con espacio propio y política de clase en la escena concreta de la existencia social .
Haber extraviado al trabajador en el dominio de las mercancías , es el resultado del desarrollo capitalista. Para reencontrar al hombre y la mujer trabajadora las necesarias tareas emancipatorias que impone la sociedad de clases donde sobrevivimos la ruta imperiosa es la revolucionaria.
Hay que cambiar lo hasta aquí dado y el método de lo que se ha generado en el escenario de la actividad militante . No hay que buscar la verdad de la sociedad por la falsedad de su ideología sino tomar por punto de partida , las practicas sociales efectiva y tratar de fijar el mecanismo , frecuentemente inconsciente de su producción y funcionamiento. La clase social que está comprometida en la lucha revolucionaria, por su vanguardia en empleo práctico de la teoría debe refutar las ideologías que sostienen al orden social capitalista, para darle un nuevo desarrollo a su propia existencia como trabajadores en el marco de la superación histórica de ese régimen de explotación y opresión basado en la producción generalizada y extensiva de mercancías.
La historia se constituye , se forma y está dirigida necesariamente , hacia la resolución de conflictos .Esta caracterización de la situación en el plano del entendimiento militante, en particular de la joven vanguardia de trabajadores , del por qué y el para qué de su militancia , es la que le da actualidad al Manifiesto Comunista , toda vez que la principal función de ese texto como la de todo manifiesto , es llamar a la lucha puntualizando en particular cual es esa lucha y específicamente cual es la situación que hay que superar. Marx llama ya en los mediados del siglo XIX a la necesidad dialéctica del triunfo del proletariado y con ello lo señala como el sujeto social revolucionario. Son los trabajadores quienes se ven impelidos a construir su poder , disolver el estado burgués e iniciar la realización de una nueva sociedad sobre relaciones sociales basadas en el principio de colaboración como pauta de justicia , superadoras de la la relación capital-fuerza de trabajo.
El capitalismo es ignominioso. Esa afirmación de Marx, se traduce ante nuestros ojos en el episodio de las criptomoneda y de la ignominia Marx llama a la necesaria indignación, en tanto lo ignominioso es afrenta, vergüenza, deshonor, ofensa y eso es lo que en definitiva no generó el suceso en sí, en tanto la vida sigue igual para el trabajador si de lo que se trata es de llevar al sujeto presuntamente protagonista a una interpelación o una comisión investigadora o un juicio político. El capital es ignominioso, no un sujeto en particular, cualquiera fuese su rol en la sociedad, pues ello solo da una diferencia de grados y no desustancia. El capital, solo se supera de manera revolucionaria y desde las tendencias sociales contenidas en sus propias contradicciones. La finalidad de la militancia no ha de ser refutarlo en mesas de debate, es nuestro enemigo a través de la clase que lo corporiza, y lo desenvuelve facilitando políticamente su reproducción, la burguesía. La tarea no es otra, que la destrucción del Estado institucionalizador del poder burgués y ese es el llamado del manifiesto.
- Por todo lo expuesto, está planteada una instalación programática socialista en la clase trabajadora y sus organizaciones de masas por vía de la vanguardia organizada en partido. la necesidad de organizarnos en torno a las ideas revolucionarias gestadas en la lucha de clases desde Marx hasta nuestros días que hoy se enfrentan a la resignificación ideológica de su escollo en las teorías libertarias y el ocaso del peronismo k en tanto corporeización del discurso progresista en nuestra sociedad.
“Sin teoría revolucionaria no hay acción revolucionaria”. Ese enunciado cuya autoría se adjudica a Lenin, tiene complemento en el tiempo y en su praxis con la premisa que le da concreción y precisa su contenido, en la afirmación de Trotsky , cuando advierte que el programa hace al Partido, premisa que en definitiva nos está indicando en qué medida la finalidad estratégica determina la estructura organizativa y la propia táctica partidistas. Esto implica no otra cosa que señalar que sin desarrollo de la teoría revolucionaria, no hay desarrollo de la acción revolucionaria
Lo que distingue al movimiento proletario de todos los movimientos políticos anteriores, por importantes que éstos hayan sido, es que es el primero claramente consciente de sus objetivos y de sus medios. En ese sentido, no sólo es para él la elaboración teórica uno de los aspectos de la actividad revolucionaria: es inseparable de esa actividad. La elaboración teórica ni precede ni sigue a la acción revolucionaria práctica: las dos son simultáneas, y se condicionan mutuamente .
La teoría revolucionaria sólo puede conservar su validez si se desarrolla constantemente, si se enriquece incorporándose todas las conquistas del pensamiento científico y del pensamiento humano en general, y en particular sabe asimilar la experiencia del movimiento revolucionario, si se somete, cuantas veces sea necesario, a todas las modificaciones y revoluciones internas que la realidad le imponga.
En ese contexto es que Guillermo Lora ha dejado dicho con justeza que hoy adquiere relevancia significativa que:
La elaboración del programa (conocimiento de la realidad objetiva, de la mecánica de clases y revelación de las leyes del desarrollo y transformación de la sociedad con ayuda del método marxista) corresponde a la etapa en la que algunos elementos, considerados como individualidades, se aglutinan alrededor de ideas políticas centrales. No se puede esperar que desde ese momento tales ideas agrupen al grueso de las masas o se materialicen por el solo hecho de haber sido incorporadas en el texto de un programa. La férrea organización del Partido y su entroncamiento en la clase constituyen los pasos necesarios y previos para el logro de tal finalidad. Falta todavía que el programa penetre en el seno del grueso de las masas y lo hace a través de la organización política de la vanguardia, que únicamente puede estructurarse con el uso indispensable de la argamasa programática.”
El programa tiene que probar, en la piedra de toque de los acontecimientos de la lucha Reducen el problema al absurdo ¡os que plantean que lo dicho anteriormente significa que el programa político para realizarse no precisa de la organización, vale decir, que el Partido debe ser considerado como algo etéreo, como un simple amontonamiento Guillermo Lora El partido y su organización 8 de ideas o de consignas. Entre programa y organización existe una mutua relación y condicionamiento dialécticos y esta última actúa activamente sobré el programa, contribuyendo a su enriquecimiento y puede llegar al extremo de desvirtuarlo completamente en caso de degenerarse. Lo que hemos indicado es que el programa (expresión de la lucha consciente o política, de la finalidad estratégica)tiene primacía con referencia a la organización, que es, en último término, su factor determinante.”
En definitiva, el actual estadio de desarrollo de la lucha de clases , no ubica frene a un desafío militante que esta determinado por la superación política de las estructuras organizativas e ideológicas del reformismo y el progresismo que atraviesan a la vanguardia de trabajadores con mayor énfasis desde los comienzos de este siglo, a partir de los signos evidentes de su descomposición por la necesaria frustración a la que conducen. El ayer no puede ser el indicador del hoy, porque si así fuera, entonces se justificaría que solo se realicen modestas reformas y hoy ello no tiene cabida en nuestra situación. El procedimiento ideológico esconde que un estado que depende de una conjunción histórica concreta se presenta como un rasgo eterno, universal y naturalizado para la condición humana del trabajador y es así como, el interese de la burguesía se disfraza de interés humano universal. Tanto el reformismo, como el progresismo son funcionales a ese paradigma. La revolución impone su destrucción, por vía de destrucción de la institucionalidad Estatal y la construcción del poder obrero y socialista.
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