Nuevo Curso

El objetivo de formalizar la informalidad por vía legal

La historia de las ideas, demuestra por si misma y en la tarea de elegir un método para su exposición, que la producción intelectual del ser humano, se transforma junto a las emergentes que nacen de la producción material de bienes que satisfacen necesidades .
Esta premisa nos impone por sus alcances específicos, que cuando tomamos un fenómeno social debemos remitirnos al método de conocimiento desarrollado por Marx .
Esa imposición nace a la vez de la necesidad de acercarnos de la manera más racional a los elementos y caracteres constitutivos del fenómeno en análisis y su implicancias,
Cuando hablamos del problema inherente al trabajo como extremo contenido en la relación constitutiva del capital ,necesariamente hay por razones de método, que rastrear a través del eje conceptual trazado por las categorías : clases sociales, Estado y revolución.

De esta forma, tomando esas herramientas, es posible indicar que cualquier acción humana que se ubique en su materialidad, en el espacio específico de lo Político, es decir, en la esencialidad de la relación Mando-Obediencia, esta siempre necesitada de una respuesta relativa a la pregunta por el sujeto de la acción y los sujetos implicados en esa relación .

En todo eso que aflora en el lugar de las apariencias, desde las implicancias de la pregunta, está entre otras cosas, establecer las matrices del discurso del operador político que tiene a su cargo la gestión de gobierno , desde su propio marco temporal.

Si bien la imagen de la apariencia contingente , variable y hasta a veces alocada que producen y traducen los dichos y haceres del actual presidente habilita pensar y especular algún tipo de confusión , lo cierto es que el titular del ejecutivo no cayó del cielo sino que todo indica que lo hizo como emergene de la sociedad civil real donde se desenvolvía hasta no hace mucho tiempo receptando deseos mucho tiempo encubiertos por otros modelo de gestión que se pronuncian de una u otra manera adversos y repelentes a toda construcción de perfil igualitario en las relaciones humanas que la integran y constituyen. De otra forma, lo larvado, afloró. Lo tendencialmente en potencia, encontró circunstancias favorables para el paso al acto de toda una construcción ideológica relativa a la naturalización de una estructura social necesariamente jerarquizada.

Asimismo, en conjunto con ese perfil ideologico que supera cuantitativa y cualitativamente los perfiles específicos del liberalismo y llama a terminar con toda concepción humanista nutrida por la idea de justicia social, a la que expresamente se aborrece en cada discurso y acción, la manera en que afloró el aparato de operadores políticos que gestionan actualmente los intereses del poder burgués real, existió y existe una ventaja adicional dada por la ausencia de toda oposición política de clase para con ese particular objetivo de acción y la consecuente carencia de una organización partidaria que haya podido implicar para los trabajadrores, su constitución en fuerza social, por la que esta clase «en sí» revela hoy una composición amorfa dentro de la cual, muchos de esos trabajadores son proclives a enrolarse en las filas políticas del gobierno sea por consenso explicito o por mera omisión de todo hacer adverso.

El gobierno deja ver por todos sus efectores un esquema jerárquico del orden social, que en cierta manera esta en la pretensión última de sectores mayoritarios entre lo que se incluye un amplio contingente de trabajadores, sean estos formalizados o no, a los que se adhiere otro sector significativo de la hoy llamada «población sobrante». Dicho de otra manera, y pese a la difusión de actos de rebeldía con demandas específicas por algún grupo social en ningún caso constituído en fuerza social, lo que aún prevalece y fue contenido esencial del voto 2023 es la demanda de orden que nace de los sectores más diversos de la sociedad, afectados todos por la ausencia de reglas claras en las anteriores gestiones y la presencia detectada de nichos de privilegio ligados a sectores de la política formalizada por el régimen .

Si se busca un soporte intelectual en todo esto y aún cuando es claro que su incorporación al entendimiento generalizado de gran parte de la población no se hace de manera consciente y con determinación voluntaria, hay que advertir por fuera de todos los señalamientos que se hacen reparando en escuelas económicas, que en el campo psicológico , que tal como sucedió con su auge en esta tierra en el proceso político de la dictadura militar, Lacan instala sus definiciones , en tanto en sus desarrollos, tal como lo señalara en su momento con precisión, Salvador Besnedra,»… el orden sibólico, el de la razón , y lo social es, aun en el psiquismoestructural, inmutable y se instala enn el individuo exclusivamente por medio de la función del corte, a cargo del padre, que rompe la unión narcisista e imaginara del bebé con su madre y promueve el acceso al orden de la cultura …» Besnedra Salvador. El traductor. pag. 257). Dicho en otros términos estamos ante un cuerpo social que busca su destino en recetas no abordadas hasta entonces y que descree de manera consciente de las salidas de corte igualitarista, haciendo de ellas, a la inversa la causa de todos sus males. Hay una demanda por el «padre» y el ejecutivo electo en principio y a los tropezones busca ocupar ese rol y convencer a la burguesía que es la herramienta necesaria para consolidar ese paso para el retorno consolidado de la sociedad ordenada en forma vertical y jerárquica.

Estamos ante un retorno vitalizado por la escenografía política y el empleo indiscriminado de herramientas de comunicación por redes de la dialéctica del amo-esclavo que sirve para naturalizar al Estado en rol de señorió y la servidumbre social que acepta esa dominación para no perecer como tal y para eso acepta un estadío mínimo de orden social capitalista con formato jerárquico que es el que el Estado propone para vencer al igualitarismo abstracto del progresismo.

En otros términos, la clave del equilibrio social y de la productividad económica, deviene de la capacidad que pueda lograr o no ese aparato político para hacer y aplicar con rapidez y diligencia las decisiones tomads desde el poder burgués en la cumbre jerárquica, que en definitiva es lo que garantiza la mayor eficiencia y tal propósito aunque con dificultades se viene logrando porque el gobierno no se enfrenta a otra fuerza social con otro programa sino que se dedica a salvar obstáculos dentro de un contexto generalizado de reproducción normativa, que no es puesto en crisis. la reinstalación social de la función del padre corporizado en el Estado y el operador político de turno y en particular de su ley , con reforzamiento en última instancia del principio de autoridad.

El discurso y las acciones del aparato gubernamental, cuando se desembaraza de las apariencias, apela a formar de modo naturalizado un discurso consensuado de sentido común que de cuenta de la urgencia y necesidad ineludible de un principio jerárquico para el orden social . Incluso para lograr ese propósito, se ocupa de armar un adversario que no tiene espacio como fuerza social en la realidad. Indica en ese rol al igualitarismo, al progresismo e incluso al «comunismo» sin precisar los alcances de cada uno de esos términos pero adjetivando para todos ellos el resultado «fracaso».

Este encuadre teórico con el que intentamos dar cuenta de algunos elementos del presente en el proceso de desenvolvimiento social, tiene ejemplo significativo en cuanto ocurre respecto de las formas que asume la relación laboral, capital-trabajo en el hoy y sus perspectivas futuras.
El gobierno avanza en la táctica de potenciar el trabajo informal, para luego de reducir la capacidad de fuerza y conflictividad de los sindicatos, imponerle por vía de la forma jurídica, en una ley, la vigencia de una formalidad de la relación laboral que en los hechos sea receptivas de las modalidades de puesta en acto de la fuerza de trabajo propias de lo que hoy se considera informal. En esto entra la propaganda ideológica por el empredurismo y el trabajo de plataformas.
En ese sentido, el diario La Nación hace saber con cifras que orientan aunque no son en sí corroborables , que “El 42% de las personas que trabajan, está en la informalidad. Es decir, “desarrollan sus actividades al margen de las normas que las regulan”. De lo que se trata ahora es que la forma jurídica reconociendo su condición de herramienta constitutiva de la relación social “capital” le de regulación a la informalidad e imponga una nueva variante de orden jerárquico en el cuerpo social que intensifica el sometimiento servil que impone la dominación de clase , bajo la legitimidad dada por una abstracción intelectual con poder de coerción a través de las leyes.